La telara?a de los celos patol¨®gicos
La celotipia, una de las principales causas de violencia contra las mujeres, tiene tratamiento
E.M.R., de 40 a?os, fue detenido hace unas semanas por agredir a su esposa, F.E., con un hacha cuando ¨¦sta se dispon¨ªa a salir de su casa, en El Masnou (Barcelona), acompa?ada de un amigo que la llevar¨ªa al trabajo. La causa: "Una cuesti¨®n de celos", seg¨²n cont¨® m¨¢s tarde la v¨ªctima. F.E. asegur¨® a la polic¨ªa que aqu¨¦lla era la primera vez que su marido ten¨ªa actitudes violentas hacia ella. Afortunadamente, la agresi¨®n no tuvo consecuencias irreversibles. Pero, en muchos casos, la mara?a de los celos llega a atrapar de tal modo a sus v¨ªctimas que acaba en tragedia. Y, de hecho, la celotipia es una de las principales causas de agresiones a las mujeres, seg¨²n constata el Defensor del Pueblo en su informe La violencia dom¨¦stica contra las mujeres.Con much¨ªsima frecuencia, violencia y celos suelen ser dos caras de la misma moneda. El agresor, afirma el informe, es "un ser profunda y patol¨®gicamente celoso. Ans¨ªa la exclusividad, quiere ser el primero y el ¨²nico en la atenci¨®n de su mujer. Por ello, la gran parte de los actos de violencia se inicia ante la percepci¨®n err¨®nea de que ella, su mujer, le puede dejar". "Para el hombre violento, cada situaci¨®n que interpreta como un desaf¨ªo la vive como un aniquilamiento de su ser. Es entonces cuando supera esos estados por medio de actos violentos", explica el estudio.
Pero la celotipia no s¨®lo se da en hombres. Existen tambi¨¦n mujeres celosas, aunque la principal diferencia entre hombres y mujeres celosos ser¨ªa el tipo de agresividad que practica cada uno desde su patolog¨ªa. Seg¨²n ?ngeles Sanz, directora del departamento de problemas sexuales y de pareja del Centro de Investigaci¨®n y Terapia de Conducta (Cinteco) de Madrid, "las mujeres celot¨ªpicas practican una agresividad basada unas veces en el desprecio o la ignorancia, otras en el chantaje emocional hacia la pareja (por ejemplo, amenazarle con suicidarse); en cambio, en los hombres celosos, adem¨¢s de este tipo de agresividad pasiva, se dan con mucha frecuencia formas de agresividad activa, es decir, aqu¨¦lla en la que se practica la violencia f¨ªsica".
Pero ?qu¨¦ son los celos y cu¨¢ndo se convierten en patol¨®gicos? Seg¨²n Sanz, "en toda relaci¨®n de pareja tiene que haber y hay celos por parte de ambos. En las relaciones existe un componente de amor, pero tambi¨¦n de obsesi¨®n. Y el problema, la patolog¨ªa, aparece cuando dicha obsesi¨®n llega a tales extremos que hace que el celoso interprete cualquier conducta de su pareja como un ataque". Todo lo que hace entra en contradicci¨®n con ¨¦l. Una frase como "Qu¨¦ bien te encuentro hoy" ser¨ªa interpretada por el celoso como "Luego, normalmente no me encuentras bien".
Inseguro y controlador
Raimon Gaja, director del Instituto Superior de Estudios Psicol¨®gicos de Barcelona, define el perfil de celot¨ªpico como una persona "de pensamientos intrusivos, que monta su vida en funci¨®n de la posible infidelidad de su pareja y que, a pesar de enfadarse, a veces puede llegar a sentir incluso un cierto placer pensando en esa infidelidad. Normalmente, son personas de pensamiento muy tradicional, inseguras, de baja autoestima y, en muchos casos, con una infancia muy peculiar". Sanz los describe como "controladores, irracionales, tremendistas y nula capacidad para objetivar la realidad".El celot¨ªpico magnifica, exagera. Con su actitud acaba condicionando todos los movimientos de su pareja. Y hasta los pensamientos. "En casos de celotipia muy exagerada hace falta medicaci¨®n. En otros, lo m¨¢s eficaz es la psicoterapia", argumenta la psic¨®loga. La terapia debe tratar por separado al celot¨ªpico y a su v¨ªctima, ya que el primero, con su actitud, provoca conflictos psicol¨®gicos en la segunda. Una vez hecho el diagn¨®stico, el primer paso es que el celoso reconozca su patolog¨ªa. A partir de aqu¨ª, la terapia se realiza por separado: en el celoso, mediante el control de sus pensamientos, y en su pareja, con t¨¦cnicas que le ense?en a no seguirle el juego a su compa?ero, porque muchas veces llega a mentir para que no se enfade y con ello consigue el prop¨®sito contrario: aumentar su suspicacia, explica Sanz.
Para que el celot¨ªpico llegue a reconocer su patolog¨ªa, es de gran ayuda hacer que registre sus propios comportamientos y los verbalice. Al mismo tiempo se trata de conseguir que aumente su grado de satisfacci¨®n en el d¨ªa a d¨ªa, ya que el celoso pierde el tiempo en pensar qu¨¦ estar¨¢ haciendo su pareja, y si est¨¢ con ella, cavilando sobre qu¨¦ estar¨¢ pensando. El segundo paso es lograr que admita la contradicci¨®n: que cuando su pareja rechaza sus pretensiones, la salida no sea la imposici¨®n, sino la negociaci¨®n.
Aprender a decir no
En el caso de la v¨ªctima se trata de modificar su actitud: "Al celoso nunca se le debe mentir para evitar un conflicto, pues lo ¨²nico que se consigue es reforzar a¨²n m¨¢s su obsesi¨®n. Los celot¨ªpicos preguntan y controlan tanto que casi siempre llegan a descubrir el enga?o", apunta Sanz. Por otra parte, debe rechazar sus imposiciones, ya que el celoso siempre interpreta el resultado torcidamente. "No debe acostumbrarle a que imponga sus mandatos, no debe acceder a los chantajes", se?ala Sanz. "Por ejemplo, si no quiere que lleve minifalda para no atraer la mirada de otros hombres, aceptar esta imposici¨®n significa entrar en su l¨®gica y reforzarla".Superada la fase de las terapias individuales, debe realizarse una terapia conjunta destinada a reajustar la relaci¨®n: se les ense?a a comunicarse y a resolver las situaciones de conflicto. "Cuando llegan a esta fase, los resultados de la terapia son muy buenos. El problema es que socialmente est¨¢ aceptado que todos seamos un poco celosos, y pocas parejas reconocen la patolog¨ªa y se plantean recurrir a un especialista", indica Sanz. El 18% de las parejas que asisten a terapias en Cinteco presenta como causa de su infelicidad los conflictos por celos. "No existe cultura de ir al psic¨®logo por un problema de celos", corrobora Gaja. Si la hubiera, podr¨ªan evitarse muchas muertes y mucha infelicidad.
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