SOR ENGRACIA URBANO MEDALLA DE ANDALUCIA "S¨®lo he cumplido con mi obligaci¨®n de religiosa"
Los flashes de los fot¨®grafos no dejaron de dispararse durante los instantes en los que el propio presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Manuel Chaves, le ayud¨® a retirarse sobre su silla de ruedas despu¨¦s de recibir la Medalla de la Comunidad. Dos gestos por los muchos que ella ha tenido con la gente m¨¢s necesitada. Despu¨¦s de toda una vida dedicada especialmente a las ni?as abandonadas en C¨¢diz, sor Engracia Urbano (C¨®rdoba, 81 a?os) no se vale ya por s¨ª misma pero, a¨²n as¨ª, permanece en la residencia de pobres de su congregaci¨®n Reba?o de Mar¨ªa en la localidad sevillana de Aharal. "Para lo que podamos servir", dice. Pregunta. ?Por qu¨¦ repite una y otra vez que no se merece este galard¨®n? Respuesta. Porque no he buscado y no he hecho nada para merecerlo. No tengo m¨¦ritos para haber recibido una cosa tan grande para m¨ª. P. Pero dedicarse toda una vida a los m¨¢s necesitados es m¨¦rito suficiente. R. Al menos no me he dado cuenta porque no lo he hecho con esa intenci¨®n. Tan s¨®lo he cumplido con mi obligaci¨®n de religiosa, entreg¨¢ndome por entero al Se?or y a sus pobres durante toda mi vida, especialmente a las ni?as abandonadas. P. No me diga que no le gusta que le reconozcan su dedicaci¨®n. R. La verdad es que estoy muy impresionada y enormemente feliz, porque no s¨®lo se me premia a m¨ª, sino a todas las hermanas de la congregaci¨®n. P. Adem¨¢s de sus compa?eras, ?en qu¨¦ ha pensado con este galard¨®n? R. Solamente en que venga la paz, que no nos tiremos los unos a los otros y que nos portemos como hermanos, cada una con sus ideas. En los tiempos actuales es dif¨ªcil, pero no es imposible. P. Ya no hay tantas ni?as abandonadas y la pobreza no es tan extrema? R. Es cierto. La vida ha cambiado much¨ªsimo y las pocas que est¨¢n abandonadas reciben atenci¨®n de las instituciones p¨²blicas. P. Y los valores sociales de la vida, ?han cambiado tambi¨¦n? R. Creo que no llevamos la vida con la necesaria resignaci¨®n cuando afloran situaciones de necesidad. Hay menos necesitados, pero tambi¨¦n la gente no es tan solidaria como antes. P. ?A?ora mucho C¨¢diz? R. S¨ª, porque he estado all¨ª toda mi vida. Yo quiero much¨ªsimo a C¨¢diz. La gente se ha portado conmigo de maravilla durante 55 a?os y eso que he estado todo el tiempo pidiendo. Era todo mi vicio y C¨¢diz me ha respondido muy bien. Yo nunca he llegado a una puerta que me hayan cerrado.
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