Camino sobre las aguas
Una conducci¨®n de 1859 permite recorrer el agreste ca?¨®n que surca el r¨ªo Guadalix cerca de El Molar
A quien anda mucho por el monte -estrenando amaneceres, abriendo portillas, cortando las cintas de telara?a de los caminos-, las inauguraciones oficiales, los champa?azos repletos de maceros y fuerzas vivas, le producen una tristeza infinita. Por eso, cuando los cronistas de la Villa y Corte evocan risue?os el 24 de junio de 1858, en que una fuente de San Bernardo surti¨® por primera vez la linfa del Lozoya ante la mirada sedienta de Isabel II, a este cronista del Madrid campestre le da por pensar en los dos mil reos que penaron durante siete a?os para edificar, 76 kil¨®metros aguas arriba, una presa de abastecimiento, la del Pont¨®n de la Oliva, que luego no sirvi¨® para nada, pues perd¨ªa m¨¢s fluido que el marido de la reina.A quien anda mucho por el monte no le cabe en la cabeza, aun sin ser ge¨®logo, que se escogiera precisamente una hoz de la sierra de Patones -caliza y, por ende, muy permeable- para embalsar el Lozoya. Ni tampoco que, en tan s¨®lo seis meses de 1859, a los responsables del desaguisado les diera tiempo de construir, as¨ª fuese a fuerza de l¨¢tigo, una presa auxiliar en el r¨ªo Guadalix y una conducci¨®n de cuatro kil¨®metros -presa y canal del Mesto- que conectaba con la del Lozoya en las cercan¨ªas de E1 Molar.
Ca?¨®n selv¨¢tico
E1 caso es que, con ser hijo de la prisa y sobrino de la chapucer¨ªa, el canal del Mesto pali¨® anta?o las carencias del Pont¨®n y hoga?o es, merced a su cubierta llana de tierra, un se?or camino para recorrer el anfractuoso y selv¨¢tico ca?¨®n del Guadalix, que de otro modo ser¨ªa intransitable.A quien anda mucho por el monte, le ha de agradar una ruta que, partiendo de la plaza del Ayuntamiento de E1 Molar, sigue el camino asfaltado del cementerio y, al llegar al camposanto, vira a la derecha para, 150 metros m¨¢s adelante, doblar a mano contraria por una pista se?alizada hacia el canal del Mesto. Dicha pista baja culebreando por un vallejo lateral del Guadalix -perteneciente ya al t¨¦rmino de Pedrezuela- y, nada m¨¢s rebasar una casa del Canal de Isabel II, enlaza en la orilla misma del r¨ªo con la plataforma del canal del Mesto, como a una hora del inicio. Antes de continuar por ¨¦sta, empero, habr¨¢ que remontar el r¨ªo unos pocos metros para contemplar la curiosa presa donde tiene su origen la conducci¨®n: se trata de un espeso muro de sillares de gneis, de unos 25 metros de longitud, que forma una masa perfectamente compenetrada con los pe?ascos del cauce, casi como si no fuera una obra de hombres sino una extra?a cristalizaci¨®n de la roca subyacente.
A quien anda mucho por el monte, no hollando por lo com¨²n m¨¢s que trochas de vacas, la plataforma del canal del Mesto le parece todo un lujo. Cual ancha terraza, se abre paso sin estorbo entre las carrascas y los enebros que tapizan la cada vez m¨¢s escarpada margen izquierda del Guadalix. Y como se mantiene siempre horizontal -salvo al pasar por la pe?a del ?guila, donde se transforma durante un breve trecho en un abrupto y sinuoso sendero-, ofrece al caminante, sin ning¨²n esfuerzo de su parte, el espect¨¢culo del r¨ªo ahond¨¢ndose m¨¢s y m¨¢s en la garganta con su corte de alisos; que por eso le dijeron los moros guad-alix: r¨ªo de los alisos. A quien anda mucho por el monte, los cuatro kil¨®metros del canal -una hora escasa desde la presa- se le pasan en un decir am¨¦n. No se le pasan, en cambio, las profundas transformaciones que sufre el paisaje en los ¨²ltimos hect¨®metros, pues, dejando atr¨¢s las gris¨¢ceas rocas sil¨ªceas -mayormente gneis-, el r¨ªo atraviesa una estrecha faja de rubias calizas para salir repentinamente de su ca?¨®n al llano arenoso donde lo recibe el pueblo de San Agust¨ªn. Y es precisamente en el borde de este alto escal¨®n que marca el l¨ªmite exacto entre la sierra y la llanura, donde la plataforma desemboca en una pista asfaltada del Canal de Isabel II que, sigui¨¦ndola siempre en direcci¨®n ascendente, va a dar a la carretera de Burgos entre las ¨²ltimas casas de E1 Molar, a un kil¨®metro de la plaza.
Parajes in¨¦ditos
D¨®nde. El Molar dista 41 kil¨®metros de la Puerta del Sol y tiene rapid¨ªsimo acceso por la carretera de Burgos (A-1), que pasa por encima del pueblo. Desde Madrid hay frecuentes autobuses de Continental-Auto (tel¨¦fono 91 3145755), que salen del and¨¦n 3 del intercambiador de transportes de la plaza de Castilla y tienen parada en la misma plaza del Ayuntamiento, donde comienza la ruta.Cu¨¢ndo. Gira de 14 kil¨®metros, con un desnivel acumulado de 200 metros, que puede suponer tres horas a pie o una hora y cuarto en bici. Excepto en verano, que hace una chicharrina de cuidado, cualquier ¨¦poca es buena para recorrer la garganta del Guadalix.
Qui¨¦n. Felipe Camarero, Miguel ?ngel Bermejo, M¨®nica Bustillos, Mill¨¢n Fern¨¢ndez y Jos¨¦ Ignacio L¨®pez son los autores de Del Guadalix al Jarama, gu¨ªa de Los Libros de la Catarata (tel¨¦fono 91 5324334) en la que se describen diversas excursiones pedestres o en bicicleta por estos parajes casi in¨¦ditos de nuestra regi¨®n.
Y qu¨¦ m¨¢s. Pese a que el camino es en todo momento evidente, puede consultarse el mapa 19-20 del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito, donde el canal del Mesto figura como canal del Guadalix.
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