EE UU sigui¨® ocultando en los a?os noventa las atrocidades cometidas en Guatemala
El Gobierno de Ronald Reagan sab¨ªa en los a?o ochenta que el Ej¨¦rcito de Guatemala practicaba una pol¨ªtica de exterminio sistem¨¢tico de aldeas mayas y no hizo nada para impedirlo, seg¨²n documentos de la CIA reci¨¦n desclasificados que han sido facilitados a EL PA?S por el National Security Archive, una organizaci¨®n independiente de Washington. Otros documentos revelan que, ya en los noventa, el Gobierno de Bill Clinton hizo o¨ªdos sordos a la informaci¨®n oficial sobre la persistencia de las ejecuciones sumarias y la destrucci¨®n de pruebas de las matanzas por parte de los militares guatemaltecos.
La Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA) fue el organismo que suministr¨® estos datos a Clinton. Los documentos, desclasificados con muchas tachaduras, prueban la complicidad entre los militares guatemaltecos y Estados Unidos denunciada por el informe de la Comisi¨®n de Esclarecimiento Hist¨®rico del pa¨ªs centroamericano. Esa comisi¨®n asegur¨® que EEUU, obsesionado por terminar con las guerrillas izquierdistas del continente americano, fue tambi¨¦n responsable de la muerte a manos de militares guatemaltecos de unas 200.000 personas.Desde que en 1954 la CIA organiz¨® el golpe de Estado del que se derivar¨ªan las turbulencias de Guatemala, los sucesivos Gobiernos norteamericanos s¨®lo pensaron en apoyar a los Gobiernos derechistas y a las Fuerzas Armadas de ese pa¨ªs, con independencia de las tropel¨ªas que pudieran cometer. En 1954, el general James Doolittle escribi¨® un informe al presidente Dwight Eisenhower sobre la guerra fr¨ªa en el que dec¨ªa: "No hay reglas en esta guerra. Las normas de lo que es una conducta humana aceptable no se aplican aqu¨ª". Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, la Casa Blanca, ocupada entonces por Reagan, segu¨ªa practicando esa filosof¨ªa. A finales de febrero de 1982 un informe de la CIA dice: "A mediados de febrero, el Ej¨¦rcito de Guatemala reforz¨® su presencia en el departamento central de El Quich¨¦ y lanz¨® una operaci¨®n de limpieza en el tri¨¢ngulo Ixil. Los oficiales al frente de las unidades han recibido instrucciones de destruir todas las ciudades y aldeas que cooperan con la guerrilla del Ej¨¦rcito Guerrillero de los Pobres (EGP) y eliminar toda fuente de resistencia".
Aldeas quemadas
"Desde que la operaci¨®n comenz¨®", prosigue la CIA, "varias aldeas han sido quemadas por completo y un gran n¨²mero de guerrilleros y colaboradores han sido abatidos. Comentario: cuando una patrulla del Ej¨¦rcito encuentra resistencia y es tiroteada, se entiende que toda la poblaci¨®n es hostil y, en consecuencia, es destruida. El Ej¨¦rcito ha encontrado muchas aldeas abandonadas antes de su llegada y asume que apoyan al EGP, por lo que son destruidas. Hay cientos, posiblemente millares, de refugiados en las colinas sin hogares a los que volver". "El Ej¨¦rcito", prosigue el documento, "todav¨ªa no se ha encontrado una seria fuerza guerrillera en el ¨¢rea. Sus ¨¦xitos hasta el momento parecen limitarse a destruir localidades controladas por el EGP y matar a colaboradores y simpatizantes indios. La bien documentada creencia del Ej¨¦rcito de que toda la poblaci¨®n india ixil es favorable al EGP ha creado una situaci¨®n en la que no cabe esperar que d¨¦ el menor cuartel a los combatientes y los no combatientes".El 21 de noviembre de 1983, un an¨¢lisis de la Oficina de Inteligencia e Investigaci¨®n del Departamento de Estado da cuenta de la reanudaci¨®n de la actividad de los escuadrones de la muerte con el asesinato de un sacerdote y de tres trabajadores humanitarios.
"El general Mej¨ªa", dice el documento, "est¨¢ m¨¢s preocupado por mantenerse en el poder que por crear pol¨¦mica ejerciendo autoridad sobre las fuerzas de seguridad y los abusos en materia de derechos humanos".
No obstante, Reagan decidi¨® defender el a?o siguiente la causa del Gobierno guatemalteco ante el Congreso de EEUU. Un memor¨¢ndum del departamento de Estado de fecha 3 de febrero de 1984, tambi¨¦n desclasificado, dice: "Aunque persisten serios problemas de derechos humanos en Guatemala, el Gobierno ha adoptado acciones para reducirlos. Mantener la asistencia en materia de seguridad es esencial para apoyar ese proceso". Es toda una contradicci¨®n con los comentarios sobre el general Mej¨ªas del an¨¢lisis de noviembre de 1983.
Terminada la guerra fr¨ªa, ya bajo la presidencia de Clinton, Washington continu¨® optando por el silencio. Un informe secreto del departamento de Defensa de noviembre de 1994 informa de que un "n¨²mero no determinado" de exguerrilleros de la Uni¨®n Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG) ha sido reclutado por el Ej¨¦rcito. "Los que se niegan a integrarse", dice el informe, "son ejecutados de modo sumario y enterrados en tumbas sin marcas. Esta t¨¦cnica ha sido utilizada por el Ej¨¦rcito de Guatemala desde el comienzo del conflicto y sigue siendo utilizada hoy, aunque el Ej¨¦rcito reconoce que ¨¦sta es una nueva era".
El Gobierno de Clinton es informado de que, como en el pasado, el Ej¨¦rcito de Guatemala "no toma prisioneros de guerra. Todos los guerrilleros capturados, con excepci¨®n de los utilizados con prop¨®sitos propagand¨ªsticos, son interrogados y en la mayor¨ªa de los casos asesinados y quemados". El mismo informe a?ade que las autoridades guatemaltecas est¨¢n destruyendo pruebas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.