El sabor

Para las doce de hoy, el Club de Debates Urbanos y otras asociaciones, entre las que se incluye la denominada No Nos Resignamos, han convocado una manifestaci¨®n en Madrid, junto a la ignominia estatuaria de La Violetera. El prop¨®sito de la concentraci¨®n es reducir, al menos, las acciones municipales que perjudican la apariencia de la urbe. Bastar¨ªa, por ejemplo, que las autoridades cesaran de introducir nuevos elementos en calles, esquinas y plazas para mejorar. Pero, adem¨¢s, siendo posible, estos sufridos ciudadanos se proponen aliviar o barrer los incontables artilugios que han bombardeado la ciudad de perifollos, rocallas, monigotes, chirimbolos, subpapeleras, palitroques, sogas y matojos infames que atacan las ganas de salir.Hasta ahora las quejas contra la birria se han dirigido al se?or alcalde, pero esto, precisamente, ha bloqueado la gravedad de la situaci¨®n. El se?or ?lvarez del Manzano no entiende nada de estas cuestiones est¨¦ticas, incluso le aturden much¨ªsimo. Don Jos¨¦ Mar¨ªa, gentil y de buen coraz¨®n, es de esa clase de hombres a quienes siempre les ha comprado la ropa su mujer. ?C¨®mo echar sobre ¨¦l la responsabilidad de una escenograf¨ªa para millones de personas? Ni sabe nada de esto ni le entran tampoco los ejemplos de otras capitales. Podr¨ªa, conociendo sus carencias, delegar en equipos con sensibilidad, pero igualmente, por lo que se ve, carece de informaci¨®n y de criterios. El resultado es que el alcalde est¨¢ sufriendo mucho interiormente. Aparte de su monoman¨ªa por los t¨²neles, s¨ªntoma de su barrena interior, es probable que deseara complacer a los discrepantes de hoy, pero es que no puede. As¨ª como hay personas duras de o¨ªdo, hay otras duras de paladar, y mientras cunde el mal gusto, la alcald¨ªa brinda por el nuevo sabor local. ?Mor¨¢n? ?Sabe o no sabe?