La astucia del Valencia fue suficiente

El Valencia parec¨ªa no encontrar motivos para la ¨¦pica en su partido en el Villamar¨ªn, y los jugadores saltaron al campo con el casco puesto, prestos a parapetarse en su ya cl¨¢sica y rentable trinchera. El Betis cogi¨® el guante y atac¨® y atac¨® con un sentido de equipo apreciable. La defensa estaba ordenada, bastante atendida y sin dejar de mirar por el rabillo del ojo ni un solo instante a Illie y Claudio L¨®pez. El regreso de Ayala, aparte de mostrar que ni el inflamable Clemente es inmune a las indirectas de Manuel Ruiz de Lopera, contribuy¨®, y mucho, a poner orden en la l¨ªnea defensiva que, sin embargo, tuvo que ser otro experimento al lesionarse Merino. Ranieri adelant¨® bastante a sus laterales y llen¨® el centro del campo de gente, a la espera del bal¨®n perdido que pudiera rebotar a uno de sus veloc¨ªsimos puntas: un cl¨¢sico ya de los valencianos que se est¨¢ conviertiendo en una se?a de identidad (y de victorias). Los b¨¦ticos, sin embargo, no perdieron la cara y con mucha culpa de Denilson llegaron a poner en aprietos a los valencianistas. En el minuto 14, el zurdo brasile?o se qued¨® solo ante Ca?izares, pero el bote del bal¨®n en el c¨¦sped mojado ¨²nicamente le dej¨® tirar alto. Cuatro minutos despu¨¦s, fue Finidi el que anduvo lento y permiti¨® que le despejara un defensa el tiro a bocajjaro por la derecha.El ¨ªmpetu del Betis en estos minutos fue bastante mentiroso, ya que, por un lado, era el Valencia el que se replegaba intencionadamente, sin olvidar que estaba basado en una cuesti¨®n muscular. Clemente declara sus preferencias por la testosterona en detrimento de la neurona en cada alineaci¨®n. Fernando sigue siendo delantero centro para el de Barakaldo, mientras que Oli (que lo es para el resto del mundo) ve el f¨²tbol desde el banquillo. El pulm¨®n de Ca?as se ha hecho tambi¨¦n un hueco en el equipo, y Filipescu es el encargado de inventar cosas. El resultado es que los balones suelen llegar a los delanteros atropellados, poco sutiles y sin los metros necesarios para pensar o ni tan siquiera regatear.

El Valencia esperaba paciente (y trabajador) a que llegara su momento, que lo hizo de una manera inopinada y puede hasta que injusta. Mendieta tir¨® una falta desde fuera del ¨¢rea. El chut le sali¨® flojo y tontorr¨®n, pero Prats se olvido de que llov¨ªa, se desconcentr¨® o todo al mismo tiempo y m¨¢s que poner los brazos como una barrera para el bal¨®n, los puso como p¨®rtico a su entrada mansa en las redes.

Clemente, que no hizo cambios en el descanso, decidi¨® uno doble en el minuto seis de la segunda parte. Oli y G¨¢lvez intentaron dar m¨¢s fuerza al ataque, pero era el Valencia el que hab¨ªa comprendido el encuentro desde muy al principio y con un gol a favor quer¨ªa seguir segundo en la Liga y no dej¨® ni un resquicio a los b¨¦ticos.

En esta segunda mitad, el gran protagonista fue el ¨¢rbitro. Daud¨¦n Ib¨¢?ez pit¨® todo lo que vio (aunque no lo vio todo) y el Betis se qued¨® con nueve en dos minutos: una merecida segunda tarjeta a Jaime y una muy discutible y una m¨¢s que dudosa roja directa para Benjam¨ªn. Ah¨ª se acab¨® el partido y se encendi¨® el p¨²blico. Astuto especulador: 1; M¨²sculo y poco m¨¢s: 0.