La inspiraci¨®n de Revivo decidi¨®

Veinte minutos de inspiraci¨®n de Revivo fueron suficientes para que el Celta se alzara con un triunfo que nunca hab¨ªa conseguido en La Romareda. Fue en los compases iniciales del encuentro, cuando el cuadro vigu¨¦s jug¨® como es habitual. Sin embargo, el conservadurismo del segundo periodo le caus¨® demasiados problemas ante un Zaragoza presionante, que insisti¨® y lo encerr¨® en su ¨¢rea.El ritmo del encuentro fue vertiginoso desde sus inicios, con ambos equipos volcados hacia la porter¨ªa contraria. V¨ªctor Fern¨¢ndez, lejos de todos los pron¨®sticos, se olvid¨® del partido europeo del martes y mantuvo a toda su artiller¨ªa en el once inicial. Rojo tambi¨¦n apost¨® por jugarle de igual a igual al Celta y cubri¨® las bajas de Acu?a y Kily con un equipo muy ofensivo, en el que tuvieron entrada Gustavo L¨®pez, Jamelli y Milosevic.

El bal¨®n fue de ¨¢rea a ¨¢rea sin que apenas se entretuviera en el medio campo. El Zaragoza utiliz¨® largos desplazamientos perpendiculares de Arag¨®n y Marcos Vales para progresar. Y recurr¨ªa a las entradas individuales de Gustavo L¨®pez cuando el ataque era est¨¢tico. El Celta ten¨ªa a Revivo como referencia, que soportaba todo el juego ofensivo gallego.

A los seis minutos, Esquinas sancion¨® con penalti una ca¨ªda de Jamelli. Dutruel aguant¨® el lanzamiento de Arag¨®n, raso y al centro, y lo despej¨®. La locura ofensiva se mantuvo, y el Celta puso a prueba a Mondrag¨®n por dos veces. Hasta que en el minuto 20 Revivo aprovech¨® un error de la barrera zaragocista en un lanzamiento de falta para colocar el esf¨¦rico junto al poste.

Con el 0-1 se rompi¨® el partido. El Zaragoza se desdibuj¨® y perdi¨® la tensi¨®n. Mientras, el Celta despleg¨® el juego de tiral¨ªneas que sabe de memoria. En la banda izquierda, Revivo resultaba imparable. El Zaragoza tard¨® demasiado en recobrar el tono.

La segunda parte fue radicalmente distinta. Los locales, gracias a la entrada de Garitano, se adue?aron del bal¨®n, lo movieron con criterio, con diagonales y aperturas por banda, y las ocasiones se sucedieron.

Una absurda entrada de Penev a Garitano en el mismo c¨ªrculo central acab¨® por complicar del todo las cosas al Celta. Con diez jugadores y mucho partido a¨²n por delante, el conjunto vigu¨¦s se meti¨® atr¨¢s, con S¨¢nchez como ¨²nica referencia en punta. Fueron 20 minutos extra?os, con el Celta achicando balones, lanzando pelotazos. El Zaragoza insisti¨® de todos los modos: balones al ¨¢rea peque?a, paredes, lanzamientos lejanos; pero all¨ª estuvo Dutruel.

El Celta dej¨® muestras, cuando tuvo el bal¨®n, de que su prestigio de ahora no es casual. Pero sin el esf¨¦rico se mostr¨® vulnerable y desorientado. El Zaragoza jug¨® y lo intent¨®, pero a pesar de Milosevic sigue siendo un equipo con falta de pegada.