"Me indigna que hablen de cuotas"
Carmen Maroto Vela, catedr¨¢tica de Microbiolog¨ªa de la Universidad de Granada, de 60 a?os, casada, madre de tres hijos, es una mujer acostumbrada a romper moldes en los ¨¢mbitos acad¨¦micos. Fue la primera mujer que ocup¨® una c¨¢tedra en Granada, y ma?ana se convertir¨¢ en la primera mujer que ingresa, 267 a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, en la Real Academia Nacional de Medicina, que hasta ahora s¨®lo contaba con una acad¨¦mica de honor, la doctora Gabriela Morreales. "No hay m¨¢s mujeres por la Academia en s¨ª, sino por el ambiente general, que nos ha confinado a los hijos y al hogar. Pero lo femenino no es s¨®lo eso", se?ala Carmen Maroto.La nueva acad¨¦mica, que desarrolla en la actualidad importantes investigaciones sobre el sida y la hepatitis, sostiene que su obra m¨¢s perfecta son sus hijos y que es absurdo enfrentar el trabajo con la familia. "Siento indignaci¨®n cuando oigo hablar de cuotas para asegurar puestos a las mujeres. Somos lo que somos y lo que valemos", agrega.
Pregunta. Usted naci¨®, estudi¨® y ejerci¨® como profesora en Madrid. ?C¨®mo vino a Granada?
Respuesta. Tambi¨¦n por motivos de mujer. Mi marido sac¨® una c¨¢tedra en Granada y decid¨ª abandonar la labor docente que hab¨ªa emprendido en Madrid. Me somet¨ª a una escala de prioridades. Entonces lo tuve claro y hoy no me arrepiento. Los dos quer¨ªamos conseguir una c¨¢tredra y ¨¦l la obtuvo primero. Hay que ser pragm¨¢ticos. Vine a Granada y tuve que empezar de nuevo. Adem¨¢s, ten¨ªa dos hijos peque?os. P. ?Ha tenido la sensaci¨®n de ser pionera en la Universidad?
R. S¨ª, tengo esa sensaci¨®n, pero no lo digo porque se puede entender como orgullo o soberbia. En la mayor¨ªa de los sitios donde he ido -congre-sos, reuniones de facultad o de hospital- he sido la ¨²nica mujer, pero luego lo he asimilado. Ahora ya somos muchas, en otros campos. Romper moldes no tiene m¨¦rito, es una cuesti¨®n de edad. De lo que estoy segura es de que las mujeres vamos a ocupar cada vez m¨¢s cargos de responsabilidad.
P. ?Se ha sentido marginada a lo largo de su carrera?
R. Nadie me ha puesto cortapisas por ser mujer. Todos los hombres se han portado maravillosamente bien, aunque es verdad que yo exploto mi lado femenino. En la vida se consiguen muchas cosas con una sonrisa, lo que no quita la posibilidad de dar alguna vez un golpe en la mesa.
P. ?Considera a las academias en general instituciones desfasadas?
R. No. La Universidad y las academias se caracterizan por tener una mente y un esp¨ªritu abiertos, que es como yo me considero, abierta a cualquier tipo de conocimiento o sensaciones. En ese ambiente las mujeres no debemos encontrar tantos problemas como en otros ¨¢mbitos, como el pol¨ªtico. Por eso me irrita tanto lo de las cuotas que imponen los partidos. Somos lo que somos y lo que valemos. Las mujeres estamos tardando en incorporarnos a tareas de responsabilidad. Para llegar a ciertos cargos hacen falta a?os de madurez, no s¨®lo personal, sino madurez colectiva. En poco tiempo esto va a cambiar y las cuotas no van a ser necesarias. Cada cual tendr¨¢ el puesto para el que est¨¦ capacitado.
P. A pesar de su apreciaci¨®n anterior, la imagen de las academias en el exterior es m¨¢s bien caduca.
R. Quiz¨¢ antes eran m¨¢s cerradas, pero hoy la forman personas abiertas. Otra cosa es que cada academia tenga unos objetivos definidos. En ellas no hay m¨¢s mujeres por la Academia en s¨ª, sino porque el ambiente general ha confinado a las mujeres a los hijos o al hogar. Pensar que lo femenino es s¨®lo eso es un error. Los hijos son una parte importante, pero su cuidado se puede compatibilizar con el trabajo. Es absurdo enfrentar trabajo y familia. Teniendo en cuenta las prioridades, se pueden abarcar los dos.
P. ?Qu¨¦ trato recibe como investigadora por parte de las administraciones?
R. Nos quejamos, como todos, de que el dinero es escaso. Durante a?os hemos ido de pobres y lo que hac¨ªamos era con m¨¦todos rudimentarios. Ahora hay m¨¢s posibilidades, pero somos muchos y hay poco dinero a¨²n.
P. Usted trabaja en la actualidad sobre los virus de la hepatitis y del sida. Ambas enfermedades trascienden el ¨¢mbito sanitario.
R. S¨ª, sobre todo al principio, cuando se relacion¨® el sida con un sector de la poblaci¨®n determinado. Hasta 1980 se pensaba que las enfermedades infecciosas estaban vencidas, pero con el advenimiento del sida hemos descubierto que son un problema de salud, econ¨®mico y social.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece la postura de la Iglesia respecto al uso del preservativo? R. Soy m¨¦dico por encima de todo y trato de tener la mente abierta y, desde ese punto de vista, no se puede despreciar ninguna alternativa que sugiera la sociedad. La profilaxis en el sida es important¨ªsima, y hay que poner todos los medios, incluidos los de barrera. Todo esto no quiere decir que no haya que frenar la promiscuidad de alguna forma.
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