"He escrito un libro favorable a la eutanasia, pero no militante"
Dice que no le importar¨ªa que su historia deviniese una especie de estandarte de alguna asociaci¨®n como DMD (Derecho a Morir Dignamente). Porque el caso es que La promesa (Edicions 62) es un alegato a favor de una muerte digna novelado de una manera sencilla: una joven profesional de ¨¦xito recibe un mensaje de su amiga de juventud, de quien se alej¨® por culpa de un hombre, para que la ayude a poner fin a la enfermedad que la est¨¢ consumiendo. Pero Maria Ja¨¦n (Utrera, 1962) no quiere ser tajante: "A¨²n no tengo claro hasta qu¨¦ punto estoy a favor de la eutanasia. Entiendo a quien la defiende, pero no soy militante". "Es significativo", reflexiona, "que alguien a quien se la he dado a leer la ha interpretado justo al rev¨¦s: como el final es abierto, ha considerado que la enferma no llegaba a morir". "En todo caso", prosigue, "es un tema muy delicado, porque tambi¨¦n hay quien lo considera un atentado contra la vida. Claro que hay que definir bien los t¨¦rminos en que la interrupci¨®n de la asistencia m¨¦dica puede aplicarse; en Holanda, por ejemplo, est¨¢ legalizada, pero la ley regula claramente los requisitos. Mientras tanto, en Estados Unidos el Estado hace todo lo contrario, aplica la pena de muerte y no pasa nada". La promesa del t¨ªtulo hace referencia al pacto de adolescencia que sellaron ambas amigas: cuando una necesite la ayuda de la otra se la dar¨¢ sin dudar, incluso si le va la vida. Irene lleva un par de a?os de degeneraci¨®n progresiva cuando se ve cerca del final, y decide recurrir a Al¨ªcia, a pesar de tanto tiempo de separaci¨®n. Su padre, que lleva cuid¨¢ndola desde entonces, no se ve capaz de terminar con la vida de su hija. "Por eso hay que leerla como un canto a la amistad", explica, "porque en el fondo es una historia de reconciliaci¨®n, que curiosamente, dadas las tr¨¢gicas circunstancias, s¨®lo puede llegar a trav¨¦s de la muerte". Ja¨¦n niega que el tema tenga origen en una experiencia personal y reconoce que hasta ahora ha sido casi in¨¦dito en la literatura. "S¨®lo me viene a la cabeza un libro muy conmovedor de la periodista Laura Palm¨¦s, Darrera les palmeres, que si no recuerdo mal estaba inspirado en el caso de Ram¨®n Sampedro". La novelista, cuyas ¨²ltimas obras eran La teva noia (1992) y La dona discreta (1997), admite que el hecho de que sus protagonistas sean siempre mujeres es una cuesti¨®n de comodidad, ya que le resulta m¨¢s sencillo identificarse con los papeles femeninos, pero discrepa de que ¨¦ste sea el t¨ªpico libro de mujeres y para mujeres: "En absoluto. Podr¨ªamos intercambiar los roles, es decir, dos amigos y la madre de uno de ellos, y el resultado ser¨ªa el mismo. Igual que habr¨ªa pasado si lo hubiese escrito un hombre. No me creo nada del rollo ese de que los hombres son menos sensibles; como mucho podr¨ªamos admitir que las mujeres tenemos m¨¢s facilidad para expresar nuestro sentimiento. Y el ejemplo lo tenemos aqu¨ª mismo: el padre de Irene, que la mima, la cuida y la protege igual que la m¨¢s amorosa de las madres. Es el personaje m¨¢s tierno". Adem¨¢s de la intensidad emocional, en La promesa sobresalen la falta de referentes locales y temporales -"est¨¢ hecho aposta para que sea un conflicto extrapolable a cualquier parte del mundo", justifica- y la brevedad, en el n¨²mero de p¨¢ginas, en las descripciones y en los di¨¢logos. "Quiz¨¢ eso tiene que ver con mi trabajo para la televisi¨®n", responde. A Ja¨¦n, que con ¨¦sta lleva cinco novelas (debut¨® con Amorrada al pil¨® en 1986), todas en catal¨¢n, no le gusta mezclar una cosa con la otra: "Como de la literatura no se puede vivir, trato de vivir de la escritura, en el sentido m¨¢s amplio. Pero una cosa es la escritura televisiva y otra la obra personal, y cuanto m¨¢s separadas est¨¦n mejor. Soy consciente de que vender¨ªa m¨¢s libros si aceptase dar una imagen m¨¢s medi¨¢tica, pero no me apetece hacerlo".
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