P¨¢nico en las tiendas de discos
?ltimamente la situaci¨®n de las tiendas de discos no es tan buena como invitan a pensar las boyantes estad¨ªsticas macroecon¨®micas del pa¨ªs. A la feroz competencia de las grandes superficies comerciales se ha unido recientemente el f¨¢cil acceso a econ¨®micas copias en soporte digital que, realizadas con dispositivos inform¨¢ticos, garantizan una excelente e indeleble calidad de sonido. Son la ¨²ltima amenaza para un sector que protesta por los elevados precios que les imponen las propias casas discogr¨¢ficas. Es bien sabido el da?o que la multiplicaci¨®n de grandes ¨¢reas comerciales y sus espectaculares ofertas est¨¢ haciendo a los peque?os comerciantes, y en ese sentido las tiendas de discos nunca han sido una excepci¨®n. Sin embargo, pese a su relevancia, la experiencia ha demostrado que pueden lidiar con la competencia de esas grandes superficies recurriendo principalmente a dos caminos complementarios. El primero lo apunta Luis V¨¢zquez, quien regenta en la parte vieja de San Sebasti¨¢n Beltza Records: "Lo mal llevo como puedo, especializ¨¢ndome cada vez m¨¢s, lo que pasa es que no s¨¦ d¨®nde voy a llegar ya con la especializaci¨®n". De momento se anuncia como "especialista en black music", y como tal se ha ganado un hueco en un mercado en el que existen otros comercios que basan su oferta en otros estilos y en la venta de discos de vinilo, convertidos hoy en poco menos que piezas de coleccionismo. Aut¨¦nticos bazares La otra v¨ªa de supervivencia es la diversificaci¨®n y la ampliaci¨®n de la gama de productos, lo que ha convertido a muchos establecimientos en aut¨¦nticos bazares. En suma, que, recicl¨¢ndose y adapt¨¢ndose a las condiciones adversas, se hab¨ªan acostumbrado a convivir con gigantes comerciales. Ahora la amenaza es otra. "Copias en CD de m¨²sica. Enorme lista de t¨ªtulos. Todos los estilos. Muy econ¨®mico". "Copias de CDs. Enciclopedias, programas, m¨²sica, etc. R¨¢pido y econ¨®mico". Son anuncios extra¨ªdos del ¨²ltimo ejemplar distribuido de la publicaci¨®n Qu¨¦ f¨¢cil. La gran divulgaci¨®n de copiadoras de discos compactos, capaces por lo visto de ofrecer en la reproducci¨®n una calidad de sonido pr¨¢cticamente id¨¦ntica a la del original, ha venido acompa?ada de la proliferaci¨®n en diversos medios de reclamos similares a los aqu¨ª reproducidos. Pero no s¨®lo particulares, tambi¨¦n hay tiendas de inform¨¢tica que se dedican a realizar copias ilegales de discos a un precio que ronda las 800 ¨® 1.000 pesetas. Comparado con las 3.000 que viene a costar una novedad discogr¨¢fica, el precio resulta harto apetecible para el consumidor espor¨¢dico de m¨²sica, para aquellos menos exigentes (los dispuestos a prescindir del cuadernillo original, aunque tambi¨¦n se comercializan copias acompa?adas de fotocopias en color) y para el sector de la hosteler¨ªa, cuyo gasto en m¨²sica se reduce as¨ª considerablemente. "Eso es un desastre para nosotros. Desde que empezamos, hemos luchado mucho y nos iba bien. Est¨¢bamos viendo que ¨ªbamos a salir adelante pero este a?o la verdad es que hemos registrado un descenso muy, muy importante. Quiero pensar que ha sido eso, porque hablo con gente y a todo el mundo le oigo lo mismo. Todo el mundo conoce a alguien que est¨¢ vendiendo copias piratas a 800 pelas, a 1.500 pelas, a un precio que es irrisorio y con el que no podemos competir. Y, claro, nosotros estamos verdaderamente de capa ca¨ªda". ?stas son las palabras casi desesperadas de Carlos Garc¨ªa, uno de los responsables de una cadena de tiendas getxotarra, una vez comprobada la espectacular reducci¨®n de ventas experimentada por su negocio desde que comenz¨® el presente a?o. Y todo por la pr¨¢ctica imposibilidad de controlar lo que se considera un acto delictivo en toda regla. "Sin ning¨²n g¨¦nero de dudas, es un delito. El productor fonogr¨¢fico, seg¨²n la Ley de Propiedad Intelectual, tiene el derecho exclusivo a decidir la reproducci¨®n de sus discos. Es decir, a sacar copias. Entonces, la reproducci¨®n hecha sin su autorizaci¨®n supone una ilicitud desde el punto de vista civil y un delito desde el punto de vista penal. Est¨¢ robando, poni¨¦ndolo entre comillas, est¨¢ apropi¨¢ndose de lo que constituye el patrimonio de la compa?¨ªa discogr¨¢fica, que son sus discos. La ley solamente permite hacer copias para uso privado, esas copias que hace todo el mundo en su casa sin una finalidad comercial, de explotaci¨®n, de venta y de lucro", se?ala Carlos Grande, gerente de la Asociaci¨®n Fonogr¨¢fica y Videogr¨¢fica Espa?ola (AFYVE). Quien comercialice, aunque sea a escala dom¨¦stica, copias piratas se expone a que "se le abra un procedimiento penal y a que, una vez probado que ha cometido un delito, se le aplique la pena que establece el C¨®digo", a?ade Grande. La dificultad m¨¢s obvia estriba en descubrir al pirata en pleno acto delictivo. La gran mayor¨ªa act¨²a en su domicilio, con lo que su control resulta todo un engorro y los anuncios en prensa no llegan a comprometerle. "M¨¢s que comprometer, en el sentido de que sirvan de prueba, dan la pista para su localizaci¨®n. Para saber un domicilio, un tel¨¦fono, un punto de contacto. En ese sentido es m¨¢s f¨¢cil que la pirater¨ªa industrial, ya que el pirata que tiene una nave no lo publica", concluye el gerente de la AFYVE.
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