SANTOS JULI? HISTORIADOR "La represi¨®n tras la Guerra Civil fue m¨¢s ansia de depuraci¨®n"
Reh¨²ye en principio la entrevista con el argumento de que ¨¦l no ha realizado ninguna investigaci¨®n espec¨ªfica para V¨ªctimas de la Guerra Civil (publicado por Temas de Hoy), que habr¨ªa que hablar con los cuatro historiadores que han hecho la labor de campo: Juli¨¢n Casanova, Josep Maria Sol¨¦ y Sabat¨¦, Joan Villarroya y Francisco Moreno. Santos Juli¨¢ (El Ferrol, 1940) ha coordinado un trabajo que modifica radicalmente las cifras de v¨ªctimas del conflicto y la represi¨®n franquista manejadas hasta ahora. Juli¨¢ acudi¨® ayer a Bilbao a presentar este documento sobre la tragedia humana vivida en Espa?a. Pregunta. ?Seis d¨¦cadas son suficientes para el olvido, para que pueda publicarse un libro como ¨¦ste? Respuesta. De olvido se empieza a hablar muy pronto, en los a?os cuarenta, cuando la gente empieza a considerar c¨®mo ser¨ªa posible reconstruir un r¨¦gimen de libertad y democracia en Espa?a. La primera exigencia a la que siempre se llega y sobre la que se est¨¢ de acuerdo es sobre la amnist¨ªa, es decir, que habr¨ªa que amnistiar el pasado. Esto ha dado a dado lugar a una confusi¨®n: entender que el olvido es no querer saber lo que pas¨®. Es todo lo contrario, consiste en olvidar porque se sabe muy bien lo que pas¨®. P. El olvido, entonces, parte del conocimiento profundo de los hechos. R. El olvido parte de una experiencia vivida y de la decisi¨®n de que eso no se interponga para la reconstrucci¨®n de un r¨¦gimen democr¨¢tico. Eso es as¨ª en la oposici¨®n. Los vencedores lo que imponen es el silencio, la represi¨®n de los vencidos y el recuerdo permanente de la guerra. P. Las investigaciones demuestran que v¨ªctimas hubo en las dos partes. R. Todos eran conscientes de que la crueldad y las muertes sin juicio previo se dieron por las dos partes. Lo que hizo m¨¢s dif¨ªcil eso que se llam¨® la reconciliaci¨®n es que s¨®lo unos fueron los vencedores y que, despu¨¦s de la guerra, mantuvieron exactamente la misma pol¨ªtica represiva casi hasta que la Segunda Guerra Mundial cambi¨® de signo y los aliados comenzaron a llevar la iniciativa. Y no es tanto represi¨®n como ansia de depuraci¨®n, como operaciones de limpieza, como si hubiera que quitar la suciedad del cuerpo. Los juicios y los fusilamientos contra quienes fueron leales a la Rep¨²blica siguen hasta bien avanzados los a?os cuarenta. P. ?Deber¨¢n pasar 60 a?os para poder hablar sin da?o de lo que sucede en Euskadi? R. No, hay que hablar en el momento que se produce y siempre que se produce. P. ?A pesar del dolor que ello provoca? R. A pesar de ello, de la misma manera que hay que hablar de la respuesta que por parte del Estado se le dio al terrorismo de ETA hasta el a?o 1987. Eso es de extrema gravedad; eso s¨ª que es introducir un Estado de guerra. P. ?La paz es posible en Euskadi? R. A mi modo de ver hay una perversi¨®n del lenguaje. Se habla de la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco con un lenguaje militar: tregua, proceso de pacificaci¨®n..., pero no hay guerra: el poder en Euskadi est¨¢ ostentado leg¨ªtimamente. P. Sin embargo, s¨ª hay v¨ªctimas y verdugos. R. S¨ª, pero de un lado s¨®lo. Yo no veo que las personas que sufren atentados respondan con la misma moneda. P. Como historiador, ?c¨®mo vive la tregua declarada por ETA? R. No es correcto hablar de tregua, lo que hay es un desestimiento del tipo de violencia que acaba con la muerte, porque de la otra violencia no ha habido tal desestimiento. Lo vemos a diario. Es la mal llamada violencia de baja intensidad. Lo que s¨ª hace esta nueva situaci¨®n es abrir una v¨ªa pol¨ªtica para que se incorporen a la democracia quienes antes luchaban contra ella. P. Pero, ?considera que se est¨¢ viviendo un momento hist¨®rico? R. Hay varios momentos hist¨®ricos. Uno es cuando el pueblo vasco acepta mayoritariamente el Estatuto como marco de convivencia pol¨ªtica. Otro, cuando el PNV llega al Gobierno de Euskadi y, por fin, se consigue el Estatuto de Autonom¨ªa con atribuciones exclusivas. El hecho de que el sector que no aceptaba el Estatuto y lo combati¨® con el terror haya iniciado un proceso que puede concluir en la renuncia definitiva a la violencia ser¨¢ tambi¨¦n un momento hist¨®rico. Cuando ETA anuncie definitivamente que disuelve la organizaci¨®n.
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