Guerra a¨¦rea en Kosovo
En la tarde de ayer se puso en marcha una nueva fase de la operaci¨®n Allied Force que ya aprobase el Consejo Atl¨¢ntico en octubre de 1998 y cuya orden de activaci¨®n (ACTORD) se dio el 13 del mismo mes para el inicio de una campa?a a¨¦rea por fases, a la vez que se autorizaban actividades de despliegue correspondientes al per¨ªodo inicial de la operaci¨®n. El pasado 23 de marzo, el secretario general, que ya hab¨ªa recibido autorizaci¨®n delegada del Consejo de Atl¨¢ntico para pasar a sucesivas fases de la operaci¨®n, comunic¨® la decisi¨®n de iniciar ataques a¨¦reos en la Rep¨²blica Federativa de Yugoslavia (RFY).Como estaba previsto, se ha establecido una zona de prohibici¨®n de vuelo (NFZ) sobre toda la RFY con anterioridad al inicio de cualquier acci¨®n de ataque. Casi inmediatamente se dio la orden de salida a los aviones y misiles de crucero, dirigi¨¦ndolos contra los objetivos que conforman el poder a¨¦reo de la RFY (puestos de mando, defensas a¨¦reas en tierra o en vuelo, red de mando y control, bases a¨¦reas con sus instalaciones de apoyo y aviones en tierra). Al parecer, se han atacado m¨¢s de 40 objetivos empleando m¨¢s de 150 aviones (cazas, cazabombarderos, interceptadores, escoltas, contramedidas electr¨®nicas, reabastecimiento en vuelo, alerta en vuelo, etc¨¦tera), desconoci¨¦ndose el n¨²mero de misiles de crucero lanzados desde superficie (SLCM) o desde el aire (ALCM).
En Kosovo, como ya ocurriera en el Golfo, han sido los medios a¨¦reos los que han iniciado las operaciones, dadas sus caracter¨ªsticas de rapidez, precisi¨®n y capacidad de destrucci¨®n selectiva, que evita la escalada irreversible que supone el empleo de fuerzas de superficie. El empleo del poder a¨¦reo en la fase inicial disminuye el n¨²mero de bajas tanto propias como adversarias en el desarrollo de fases posteriores.
A pesar de que en los conflictos mencionados el factor sorpresa, tanto t¨¢ctico como estrat¨¦gico, parece que pasa a un segundo plano, la eficacia no se ve afectada como consecuencia de seguir existiendo una sorpresa tecnol¨®gica derivada del empleo de armas guiadas, inteligentes, del reconocimiento a¨¦reo por sat¨¦lites y aviones, de la iluminaci¨®n y conducci¨®n de misiles por sat¨¦lite, del empleo de plataformas no detectables como el F-117 y el B-2, de la utilizaci¨®n de aviones de ataque en todo tiempo y con capacidad quir¨²rgica como los F-16 y F-18, y especialmente por el de pilotos altamente cualificados.
Para conseguir libertad de movimientos se busca la superioridad a¨¦rea, concepto muy dif¨ªcil de evaluar antes del conflicto, ya que no se refiere a la mera comparaci¨®n del n¨²mero y tipos de aviones. Estos par¨¢metros tienen que ser considerados al mismo tiempo que el grado de operatividad de los ¨®rganos de apoyo y el entrenamiento y moral de las tripulaciones.
La neutralizaci¨®n de los sistemas de defensa a¨¦rea, de los centros de mando y control y de las principales infraestructuras que se ha llevado a cabo, forma parte de un proceso complejo de selecci¨®n de objetivos. Se habla de neutralizaci¨®n y no de destrucci¨®n, dado que la primera permite una reducci¨®n de la capacidad del adversario, con menor n¨²mero de bajas por salida a¨¦rea. Otro punto importante que avala el concepto de neutralizaci¨®n es que se minimizan los da?os colaterales y se cumplen los principios del derecho de la guerra de humanidad, proporcionalidad y necesidad militar, que se contemplan tambi¨¦n en las reglas de enfrentamiento ya aprobadas.
Como en otras operaciones en la que las fuerzas a¨¦reas se enfrentan a sistemas de defensa a¨¦rea muy eficaces, se producir¨¢n necesariamente bajas que pueden comenzar durante el periodo de adiestramiento, continuar con las producidas por la defensa del adversario y a las que hay que a?adir las ocasionadas por errores propios, fatiga y estr¨¦s, por lo que el adiestramiento de las tripulaciones es fundamental.
Inicialmente se ha pretendido reducir la capacidad serbia en las proximidades de Pristina, capital de Kosovo, al mismo tiempo que minimizar la eficacia de los sistemas serbios de defensa a¨¦rea y mando y control. Posteriormente, las acciones ir¨¢n dirigidas contra objetivos militares situados en el interior de Serbia, con objeto principalmente de que Milosevic se vea forzado por su pueblo a llegar a un acuerdo. Finalmente, si no se consigue el anterior objetivo, habr¨¢ ataques masivos, siempre contra objetivos militares, centros log¨ªsticos y de munici¨®n, bases a¨¦reas, acuartelamientos, etc¨¦tera, para reducir la eficacia de las Fuerzas Armadas serbias hasta niveles tales que no se espere una revancha hacia el pueblo kosovar. Probablemente, en el primer d¨ªa se llevaron a cabo ataques contra objetivos que pertenecen a las distintas fases de la operaci¨®n como demostraci¨®n de la capacidad y resoluci¨®n de la OTAN.
Es de destacar que esta operaci¨®n se llevar¨¢ a cabo con sistemas de armas a¨¦reos (aviones, sat¨¦lites o misiles), dada su precisi¨®n, su capacidad de penetraci¨®n y el alto grado de entrenamiento, que permite que un ataque pueda ser evitado, intensificado o reducido hasta el cr¨ªtico momento de la activaci¨®n de las armas.
Hay que recordar que existe un Plan de Verificaci¨®n A¨¦rea (Eagle Eye) de los acuerdos Milosevic-Holbrooke de alto el fuego y de las resoluciones de la ONU. Este plan, que hasta ahora llevaban a cabo aviones tripulados, se llevar¨¢ a cabo seguramente con medios no tripulados y espec¨ªficos tipo JSTARS (Sistema de Vigilancia Conjunta y Ataque Radar), que permitir¨¢n obtener informaci¨®n de los movimientos de fuerzas tanto serbias como del ELK.
Por las caracter¨ªsticas del sistema de defensa a¨¦rea de la RFY se estima que los ataques realizados hasta ahora s¨®lo le habr¨¢n afectado parcialmente y, por lo tanto, ¨¦ste se encontrar¨¢, para el ataque siguiente, m¨¢s alertado y motivado y todav¨ªa con un muy alto grado de capacidad defensiva. Ello implica que, si ya se esperaban bajas aliadas desde el primer momento, no se pueda excluir que ¨¦stas sigan produci¨¦ndose hasta que se consiga el grado suficiente de superioridad a¨¦rea.
Por otra parte, no hay que descartar posibles represalias en lugares tan pr¨®ximos como en Bosnia-Herzegovina o los pa¨ªses lim¨ªtrofes contra las fuerzas OTAN all¨ª estacionadas.
Por ¨²ltimo, y sin agotar en absoluto un an¨¢lisis que requerir¨ªa mucho m¨¢s espacio, cabe concluir que el adecuado empleo de los medios a¨¦reos como primer recurso no s¨®lo permite una posici¨®n de ventaja, sino, lo que es m¨¢s importante, puede, por s¨ª mismo, llegar a ser suficiente.
Agust¨ªn ?lvarez L¨®pez es general de divisi¨®n del Ej¨¦rcito del Aire y director de la Escuela Superior del Aire. Fue jefe de la Divisi¨®n de Operaciones del Estado Mayor Conjunto.
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