La muerte del etarra Geresta
Minuciosas investigaciones de la Ertzaintza permiten conocer muchos detalles de su extra?o recorrido en los ¨²ltimos d¨ªas
Domingo 14 de marzo, en un caser¨ªo de las afueras de Hernani. Son las nueve de la noche cuando el due?o de la casa est¨¢ aparcando su coche cerca de la puerta. Es noche cerrada ya, y el hombre est¨¢ cansado. Ha hecho una ronda por algunos bares de la zona y ha bebido algunas copas que le hacen sentirse euf¨®rico. Al salir del coche, antes de ganar la puerta, una sombra se interpone en su camino, se aproxima lo suficiente como para poder verle la cara, y le enca?ona con una pistola. Le conmina a entrar de nuevo en el coche y a llevarle a alguna parte, aunque no le indica direcci¨®n alguna, s¨®lo quiere subir al coche, salir de aquel lugar... Su voz delata que est¨¢ nervioso y alterado. Pero el due?o del caser¨ªo no est¨¢ dispuesto a acatar las ¨®rdenes de su asaltante y le aparta de su camino bruscamente: "?Vete a tomar...!". El cansancio y el sopor que le invade le provocan una irritaci¨®n suficiente como para despreciar el riesgo evidente que supone contrariar los deseos del hombre, que le sigue apuntando con la pistola. Antes de entrar en la casa vuelve la cabeza y comprueba c¨®mo el hombre permanece sin moverse en el mismo lugar y le mira, at¨®nito, con el arma en la mano, con una expresi¨®n de desesperaci¨®n y desconcierto. Ya no le ver¨¢ m¨¢s.Cuando d¨ªas m¨¢s tarde acude a los locales de la Ertzaintza, que le mostrar¨¢n unas fotograf¨ªas de un hombre joven, de unos treinta a?os, le resulta dif¨ªcil reconocer a su asaltante de aquella noche del domingo. El hombre que ¨¦l recuerda es calvo y el de las fotograf¨ªas tiene abundante pelo. Pero las investigaciones de la polic¨ªa aut¨®noma vasca determinar¨¢n claramente que se trata de la misma persona: Jos¨¦ Luis Geresta Mujika, de 29 a?os de edad, natural de Zizurkil, militante liberado de ETA. Su cad¨¢ver hab¨ªa sido encontrado, el s¨¢bado d¨ªa 20, bajo unos ¨¢rboles, en una campa al norte del barrio de Zamalbide, pr¨®xima a Renter¨ªa. A menos de un kil¨®metro hay varios caser¨ªos. Lo ha encontrado una mujer que ha advertido por tel¨¦fono a la comisar¨ªa de Renter¨ªa. Jos¨¦ Luis Geresta tiene un tiro en la cabeza, en la sien derecha, con un orificio de salida por la izquierda. La primera inspecci¨®n ocular de la Ertzaintza comprueba que yace en el suelo, boca arriba. Junto a ¨¦l se encuentra un s¨®lo casquillo y, a la izquierda, una pistola de peque?o calibre, con tres balas en el cargador. Bajo el cuerpo hay otras cuatro o cinco balas. Una de sus piernas est¨¢ llena de rasgu?os y tiene rotos en una de las perneras del pantal¨®n. No es calvo, pero tiene el pelo cortado casi al cero.
A las siete de la tarde, el consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, es informado de los hechos. Se procede al levantamiento del cad¨¢ver y la Ertzaintza toma las primeras huellas. Pero las que pueden identificar a Jos¨¦ Luis Geresta en los archivos de la polic¨ªa vasca no "salen" en un primer momento... M¨¢s tarde, la base de datos de la Polic¨ªa Nacional aclarar¨¢ de forma definitiva la identidad del muerto como miembro del comando Donosti. En su ficha figura como colaborador del atentado que acab¨® con la vida del abogado socialista Fernando M¨²gica, perpetrado en San Sebasti¨¢n en febrero de 1996. El procedimiento del cotejo de los datos es un proceso lento pero ineludible. La polic¨ªa aut¨®noma vasca espera, desde 1996 en que fue solicitado, que la Junta de Seguridad del Gobierno central permita el "volcado" de los ordenadores centrales de la Polic¨ªa y la Guardia Civil a los suyos propios.
Aunque oficialmente la Ertzaintza no hab¨ªa podido comprobar todav¨ªa su identidad, la familia de Geresta se presenta el domingo en la comisar¨ªa y pide ver el cad¨¢ver de esa persona hallada en Zamalbide, afirmando que teme que se trate de Jos¨¦ Luis, desaparecido hacia d¨ªas.
Una vez confirmada la identidad, los familiares han pedido una segunda autopsia, tratando de bucear en el silencio de los ¨²ltimos d¨ªas del militante de ETA... Un silencio que se llena de datos con las minuciosas pesquisas de la Ertzaintza que, desde el primer momento, apunta a la tesis del suicidio... Se sabe ya que el d¨ªa 16, cuatro d¨ªas antes del descubrimiento del cad¨¢ver, el due?o de un caser¨ªo del monte de Pagoaga, cerca de Hernani, hab¨ªa entregado a la polic¨ªa una ri?onera con seis documentos de identidad falsos y hab¨ªa denunciado el robo de unos botos de los que se usan para caminar por el campo. Otro paisano acudir¨¢, el mismo d¨ªa 20, a la polic¨ªa, admitiendo que ha encontrado una pistola y que, sin saber por qu¨¦, "le dio" por disparar y disparar hasta vaciar el cargador... Las investigaciones de la Ertzaintza logran comprobar que Jos¨¦ Luis Geresta ha usado esos botos, aunque cuando muri¨® llevaba calzado deportivo y que la pistola, al igual que la encontrada junto al cad¨¢ver, est¨¢ "limpia", no ha sido utilizada antes para cometer ning¨²n atentado. Se desmorona una especulaci¨®n que quiere descubrir en esa otra pistola de Geresta el arma que acab¨® con la vida de Miguel ?ngel Blanco.
Jos¨¦ Luis Geresta ten¨ªa, al parecer, otros motivos para el desaliento y quiz¨¢s en alg¨²n momento para la desesperaci¨®n... La semana anterior a la de su desaparici¨®n y muerte han "ca¨ªdo" sus compa?eros del comando Donosti. Tambi¨¦n ha "ca¨ªdo" su novia, Nekane Txapartegi, d¨ªas despu¨¦s de la redada de Par¨ªs donde "cae" Kantauri y algunos miembros m¨¢s de la direcci¨®n de ETA... Est¨¢ solo, est¨¢ asustado. La investigaci¨®n de la Ertzaintza reconstruye sus ¨²ltimos d¨ªas, entre el 16 de marzo y el de su muerte, sucedida el viernes 19 sobre las siete de la tarde, seg¨²n determinan los expertos . Y le descubre vagando por Hernani, por Renter¨ªa, por algunos otros pueblos de la zona. Quienes le han visto aseguran que tiene un aire como "ido", que se le ve angustiado. Los que han hablado con ¨¦l llegan a precisar que se expresa como si tuviera "una especie de man¨ªa persecutoria". "Estaba muy nervioso pero no parec¨ªa una persona destruida", dicen. Jos¨¦ Luis Geresta no ha vagado por el bosque, ni estaba desnutrido cuando muri¨®, como han afirmado algunas versiones de los hechos. Hab¨ªa comido en las ¨²ltimas horas anteriores a su muerte y sus ropas estaban limpias. S¨ª es cierto que estaba mucho m¨¢s delgado.
La Ertzaintza le sit¨²a en el comando Vizcaya, y fuentes del Ministerio del Interior aseguran que era un miembro liberado del comando Donosti. Estas ¨²ltimas fuentes apuntan una hip¨®tesis sobre la que la Ertzaintza no se ha pronunciado: que Jos¨¦ Luis Geresta ten¨ªa m¨¢s razones para sentirse solo y acorralado: no pudo encontrar apoyo de su organizaci¨®n, en aquellos d¨ªas oscuros hasta el de su muerte, porque la organizaci¨®n desconfiaba de ¨¦l, manejaba la idea de que pudiera ser un delator... Aunque Jos¨¦ Luis Geresta no lo era: "Ahora que est¨¢ muerto lo podemos asegurar sin problemas", se dice en fuentes de Interior. ?Acorralado? "Tampoco, no le est¨¢bamos siguiendo, no ten¨ªamos su pista ahora", aseguran las mismas fuentes, que llegan a apuntar, con muchas reservas, la dif¨ªcil y oscura hip¨®tesis de un ajuste de cuentas.
Oficialmente, Interior apuesta por la tesis de que fue la mano de Jos¨¦ Luis Geresta la que dispar¨® la pistola que acab¨® con su propia vida. Incluso se adelantan a las conclusiones definitivas y llegan a asegurar que la prueba que muestra que hab¨ªa p¨®lvora entre los dedos de Geresta ya se ha realizado y confirma esta hip¨®tesis. La Ertzaintza, sin embargo, prefiere aguardar. Las manos del cad¨¢ver, las zonas donde pudiera haber restos de p¨®lvora, se han preservado cuidadosamente sumergidas en bolsas herm¨¦ticas y han sido enviadas a Toxicolog¨ªa para proceder a su an¨¢lisis. (Fuentes policiales aseguraron el pasado viernes, seg¨²n Efe, que los primeros resultados de este estudio confirmaban la presencia de p¨®lvora).
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