Europa no est¨¢ a la altura...
EUROPA EST? ausente de la crisis de Kosovo. La dram¨¢tica falta de liderazgo europeo no constituye un buen augurio para el futuro. Es una carencia que puede hacer m¨¢s vol¨¢tiles a las opiniones p¨²blicas en cada uno de los Estados miembros. Hoy por hoy, nadie habla en nombre de la Uni¨®n Europea, que abriga entre sus ambiciones la de impulsar la llamada Identidad Europea de Seguridad y Defensa. En la crisis de Kosovo ten¨ªa una posibilidad excepcional para dar un impulso definitivo a este objetivo. Hasta hoy la ha desaprovechado.La presidencia de la UE corresponde este semestre a Alemania, que participa en una operaci¨®n militar fuera de sus fronteras por vez primera desde la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que haya provocado fuertes disputas entre sus coaligados, Schr?der ten¨ªa la oportunidad de dinamizar las instituciones europeas. Sin embargo, han pasado dos semanas antes de que se celebren los primeros consejos de ministros europeos para abordar la crisis balc¨¢nica: ayer, el de Interior, y hoy, el de Exteriores. Lo menos que se les puede exigir es que sean capaces de dise?ar una estrategia com¨²n para abordar la suerte de los deportados. Aunque s¨®lo sea para evitar la sospecha de que los pa¨ªses europeos s¨®lo son capaces de ponerse de acuerdo para operaciones militares bajo la bandera de la OTAN.
El d¨¦ficit de autoridad en Europa es pasmoso. La Comisi¨®n Europea est¨¢ dimitida con un presidente en funciones, Jacques Santer, que ha perdido cualquier capacidad de iniciativa, si es que la tuvo, y un sucesor designado, Romano Prodi, que a¨²n no puede salir a escena. La ¨²nica figura europea que ha actuado con visi¨®n del conflicto y criterio pol¨ªtico ha sido la comisaria Emma Bonino. Pero la actual situaci¨®n de emergencia exige una respuesta pol¨ªtica inmediata, que corresponde al Consejo de Ministros. La UE debe habilitar un presupuesto extraordinario urgente que la Comisi¨®n propone dotar de 250 millones de euros suplementarios (m¨¢s de 41.000 millones de pesetas). ?O habr¨¢ que esperar a que el Comit¨¦ de Sabios convalide el cumplimiento de todos los tr¨¢mites reglamentarios de gasto en una emergencia de tal envergadura?
Se imponen las realidades: EE UU y la OTAN. Clinton, con su constante intervenci¨®n p¨²blica, est¨¢ logrando cambiar a la opini¨®n y al Congreso en favor de la operaci¨®n de la Alianza. Incluso respecto a la eventual particicipaci¨®n de soldados de tierra. Pero no puede compensar las carencias europeas. Chirac, Jospin, Blair, dan explicaciones casi a diario, pero tampoco pueden hablar en nombre de la UE. En cuanto a Javier Solana, representa a la OTAN. ?D¨®nde est¨¢ la voz de Europa? ?Existe la UE en los Balcanes?
Al rev¨¦s que nuestros pa¨ªses vecinos, el Gobierno espa?ol no s¨®lo no ha hecho ejercicios de pedagog¨ªa, sino que en las escasas ocasiones en las que se ha explicado, lo ha hecho tarde y con generalidades. Hay que recordar que la guerra del Golfo de 1991 empez¨® con una opini¨®n p¨²blica contraria a cualquier participaci¨®n espa?ola y concluy¨® con la sociedad a favor. El cambio se debi¨® a la pedagog¨ªa pol¨ªtica. Ahora puede ocurrir lo contrario. Aznar deber¨ªa estar mucho m¨¢s presente en el debate p¨²blico y no limitarse a frases altisolemnes como la que ayer pronunci¨® con reiteraci¨®n desde Budapest: "La OTAN ganar¨¢ militar y pol¨ªticamente". Si lo cree, el presidente del Gobierno debe profundizar en qu¨¦ significa "ganar" e intentar responder con claridad a las dudas que se plantean los ciudadanos. Su predecesor, Felipe Gonz¨¢lez, ha aportado hasta ahora m¨¢s informaci¨®n y criterios que todo el Gobierno y la oposici¨®n juntos.
La falta de liderazgo pol¨ªtico europeo en la crisis de Kosovo se va a hacer sentir m¨¢s en los pr¨®ximos d¨ªas, cuando se multipliquen las fintas de Milosevic -con la estimable ayuda de Mosc¨²- para intentar dividir a los aliados, agrandando las grietas que ya han aparecido en la OTAN o en el seno de varios gobiernos europeos: en la coalici¨®n de izquierdas en Italia, en Alemania, en Grecia. Milosevic, aunque no se ha dirigido directamente a los yugoslavos, cuenta con ventaja en la guerra medi¨¢tica. Pues los habitantes de Belgrado y de otras ciudades yugoslavas viven la realidad de los bombardeos de la OTAN, pero desconocen el alcance del genocidio en curso en Kosovo.
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