El rayo que no cesa
Todo el mundo sabe que Llu¨ªs Llach es una referencia esencial en la m¨²sica popular del Estado espa?ol. Pero en ciertos c¨ªrculos se propende a ubicarle en el pante¨®n de paquidermos ilustres. Craso error. El ampurdan¨¦s, con medio siglo de vida y 31 a?os de escenario, est¨¢ muy vivo como persona y como artista. Es animal ut¨®pico, ciertamente, pero no dogm¨¢tico. Es libre e independiente. Ni siquiera la Generalitat de Catalu?a se libra de sus sarcasmos ni de su l¨ªrica. Llach no est¨¢ a sueldo de nadie. Es un artista sosegado que domina el arte del distanciamiento sin dejar de tener los pies en la tierra.Cuando algunos pensaban que ya hab¨ªa dicho lo que ten¨ªa que decir, nos sorprende ahora con un disco n¨ªtido y certero, Nou (Nueve).
Llu¨ªs Llach
Llu¨ªs Llach, guitarra ac¨²stica, piano y voz; Laura Almerich, acorde¨®n, mel¨®dica, guitarra cl¨¢sica, xil¨®fono, voces; Jordi Armengol, guitarras el¨¦ctricas y ac¨²sticas; Jordi Llach, guitarras el¨¦ctricas, arm¨®nica, voces; Rafa Mart¨ªn, bajos el¨¦ctricos; Ferr¨¢n Guillamet, bater¨ªa y percusiones. Centro Cultural de la Villa. Madrid, 7 de abril.
En directo, parece un estoico que sabe negociar con lo tel¨²rico. Est¨¢ a punto del equilibrio existencial. Para escucharle hay que dejar a un lado lo cotidiano pero sin omitir lo que ocurre a nuestro lado. ?sos son sus terrenos.
Como muchos grandes, se permite el lujo de montar conciertos alineados fundamentalmente con materiales nuevos. Sabe que sus seguidores quieren escuchar en directo las canciones conocidas, pero omite el onanismo. Solamente interpreta dos o tres temas antiguos. Lo dem¨¢s es carne fresca. Consigue que el respetable no s¨®lo le respete, sino que adem¨¢s le siga por caminos ignotos. No hay histeria en los tendidos, sino sosiego y ganas de adentrarse en terrenos v¨ªrgenes. Pocos artistas consiguen llevar a su p¨²blico por rutas inexploradas.
La magia de la sencillez
Llach vuelve a la magia de la sencillez, de la canci¨®n escueta cuajada de gui?os y melod¨ªa. Entre canci¨®n y canci¨®n se deja llevar por el p¨²lpito. Mete la tercera, se embala, se apasiona, increpa, panfletea, masacra, ataca a la yugular y no deja t¨ªtere con cabeza. Sus seguidores corean los exabruptos y la mayor¨ªa los tolera esperando sencillamente la pr¨®xima canci¨®n. El artista se pasa en los parlamentos, y adem¨¢s los emite en un castellano reprobable. Al fin y al cabo, ¨¦l tiene la suerte de ser biling¨¹e. Ser¨ªa de desear que tratara a la lengua castellana con la misma exquisitez con que se enfrenta al catal¨¢n.Llu¨ªs Llach estar¨¢ en el Centro Cultural de la Villa hasta el pr¨®ximo domingo, inclusive. El primer d¨ªa hab¨ªa huecos en el patio de butacas; acaso la publicidad haya sido insuficiente. Es un Llach en estado de gracia, tanto en la voz como en el talante. Se ha rodeado de un elenco magn¨ªfico de m¨²sicos nuevos. S¨®lo permanece Laurar Almerich. Las novedades han dado un toque espl¨¦ndido al nuevo Llach. El sonido es exquisito. Y los arreglos musicales de Jordi Armengol son una brisa fresca para el cantante. Armengol ha violado al artista con resultados reconfortantes. Los seguidores de Llach saben que ¨¦ste posee un depurado sentido del humor. En este caso, se pueden descoyuntar con una canci¨®n delirante, L'Estanislau anant al Palau (Estanislao, camino de Palacio), donde se toma a risa al mism¨ªsimo Jordi Pujol. Con mucha sorna, el cantante advierte: "Este Estanislao, ch¨®fer del Honorable, fue amante m¨ªo durante 20 a?os". Si ¨¦l lo dice, por algo ser¨¢.
La actuaci¨®n de Llu¨ªs Llach es el inicio del ciclo Estrellas 99, montado por el Centro Cultural de la Villa, y que durar¨¢ hasta finales del mes de mayo. La propuesta es una ensalada mixta para gusto de muy diversas querencias. Adem¨¢s de Llu¨ªs Llach, pasar¨¢n por el escenario artistas tan dispares como Albita, Los Kalchaquis, Acad¨¦mica Palanca, La Familia Montoya, Kurt Savoy (el rey del silbido), Isabel Pantoja, Gracia Montes, Carmen Flores, Dolores Abril, Mar¨ªa Dolores Pradera, El Consorcio, Luis Pastor, Malevaje, Francisco y la Golden Appel Quartet. Los precios de las actuaciones son variables. La de Llu¨ªs Llach estaba a 2.500 pesetas. La entrada para ver a Isabel Pantoja cuesta 3.500.
Babelia
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