La guerrilla kosovar est¨¢ viva y en combate

Los combatientes albanokosovares vuelven de una batalla de tres horas contra el ej¨¦rcito serbio. Es medianoche. Un soldado trae consigo le?a para la estufa. Otro se dispone a llenar un c¨¢ntaro de agua a las orillas del r¨ªo Rugovskava. Todos llevan uniformes impecables y la identificaci¨®n del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK): un ¨¢guila negra bic¨¦fala sobre fondo rojo. Los hombres portan su fusil Kalachnikov, de fabricaci¨®n rusa."La OTAN ha destruido las rutas tomadas por los serbios. Por lo que tendr¨¢n un camino abierto hasta aqu¨ª en los pr¨®ximos tres o cuatro d¨ªas. Ya est¨¢n a menos de cinco kil¨®metros del pueblo donde se encuentra nuestro cuartel general". El capit¨¢n Florin Kulaj comanda los 820 hombres de la brigada 136 del ELK en la regi¨®n de Rugova. Es joven, unos 35 a?os, y aparentemente respetado. Conductor de cami¨®n en Constanza, Alemania, antes de la guerra de Kosovo, se ha formado militarmente en el valle de Drenica en 1998. Kulaj confirma que el ELK viene de sufrir su "principal derrota" despu¨¦s del lanzamiento de la ¨²ltima ofensiva serbia y de los ataques a¨¦reos de la OTAN.

Es medianoche y los guerrilleros albanokosovares escuchan a los aviones occidentales sobrevolar el pa¨ªs. Est¨¢n planeando un ataque que les devuelva la iniciativa. "No tenemos miedo", asegura un soldado, "creemos en la victoria. Esta guerra no ha tra¨ªdo tantos muertos como el conflicto bosnio, y todos los d¨ªas podemos, soldados y civiles, replegarnos a las monta?as donde los serbios no se atreven a venir".

Aldeas escondidas

Los 13 pueblos del cant¨®n de Rugova est¨¢n escondidos en estas monta?as. Las familias de Pec, la ciudad al oeste de Kosovo vaciada por el ej¨¦rcito serbio la semana pasada, han venido a refugiarse a Rugova. "Miles de personas han llegado, junto con los 250 milicianos que se han alistado al ELK", asegura el capit¨¢n Kulaj. "En Pec no queda m¨¢s que un 1% o un 2% de los albanokosovares que viv¨ªan antes de la entrada de los serbios".Para el ELK, la limpieza ¨¦tnica era inevitable. "Desde que comenzaron los bombardeos aliados, el principal objetivo de los serbios ha sido vaciar Kosovo", piensa Kulaj, "Hemos prevenido a la comunidad internacional, que no nos ha hecho caso. El mundo no deber¨ªa haber dejado que se armara tanto el ej¨¦rcito serbio en Kosovo". El oficial considera que s¨®lo las armas del ELK no valen para evitar la limpieza ¨¦tnica. "No hay color entre un tanque y un Kalashnikov", murmura para s¨ª.

Los milicianos del ELK en Rugova son muy favorables a las operaciones de la OTAN en Yugoslavia. "Estos bombardeos no nos ayudan de momento, a causa de las ofensivas serbias", analiza el capit¨¢n, "pero, en breve, nos beneficiar¨¢n. El ej¨¦rcito serbio ser¨¢ vulnerable y tendr¨¢ dificultades para reconstruir los caminos y los puentes bombardeados. Adem¨¢s, tendr¨¢ menos tanques...".

El capit¨¢n Kulaj est¨¢ totalmente encantado con los ataques a¨¦reos y no niega la colaboraci¨®n entre la OTAN y su milicia. "El ELK proporciona informaci¨®n sobre los objetivos de la OTAN: "Yo transmit¨ª el martes informaciones sobre un puente y una carretera utilizadas por los serbios. El puente ha sido bombardeado y destruido el mi¨¦rcoles por la ma?ana". El oficial y sus hombres ans¨ªan, sobre todo, recibir armamento pesado con el fin de afrontar ellos mismos la guerra contra el ej¨¦rcito de Slobodan Milosevic. El capit¨¢n a?ade que, contrariamente a lo que dicen los deportados albanokosovares, "la OTAN no necesita enviar tropas de tierra a Kosovo. Basta con que destruya sus tanques y su artiller¨ªa. Entonces, podremos combatir nosotros", dice. El ej¨¦rcito yugoslavo, seg¨²n Florin Kulaj, ten¨ªa "entre 180 y 190 tanques en Kosovo" antes de la operaci¨®n. "La OTAN ya ha destruido 10 o 15 y el ELK ha neutralizado otros cinco", afirma.

La miseria es total. Los hombres est¨¢n mal armados. El r¨ªo desbordante por la primavera nace junto al cuartel general. Un avi¨®n de la OTAN sobrevuela Rugova. Alguien que pasa lanza un grito de guerra indio; un soldado sonr¨ªe.