El caos y la aglomeraci¨®n hacen que 68 ni?os lleguen sin sus padres a Brazda
Los responsables del campamento intentan reagrupar a las familias, separadas desde Blace
ENVIADO ESPECIALLa pared blanca de un barrac¨®n, a la entrada del gran campo de Brazda, se ha llenado de papelitos. Son las notas que dejan los refugiados que tratan de contactar con familiares. Est¨¢n sujetas con tachuelas, cinta adhesiva o incluso chicle, y cada vez que el viento sopla se lleva alguna de ellas. Junto al barrac¨®n, un puesto de la Cruz Roja centraliza la b¨²squeda de los padres de 68 ni?os de corta edad que quedaron solos tras la evacuaci¨®n de Blace, durante la noche del pasado martes. Yugoslavia ha reabierto sus fronteras con Macedonia y Albania.
Algunos se perdieron a consecuencia de la ca¨®tica evacuaci¨®n ejecutada por polic¨ªas y soldados macedonios en la zona fronteriza de Blace, donde m¨¢s de 50.000 ciudadanos albanokosovares quedaron atrapados durante cinco d¨ªas, expulsados de Yugoslavia y no aceptados por Macedonia. La mayor¨ªa de los ni?os, sin embargo, perdieron el contacto con sus padres dentro de la misma hondonada de Blace y fueron recogidos por otras familias. La aglomeraci¨®n y la presi¨®n de quienes iban llegando disgreg¨® muchos grupos familiares."De entre todas las separaciones, la m¨¢s grave y angustiosa es la que afecta a los ni?os. Si un marido ha sido trasladado a Turqu¨ªa y la esposa permanece en Macedonia, por ejemplo, tenemos un problema grave, pero que se resolver¨¢ con el tiempo. Pero los ni?os no pueden decirnos qui¨¦nes eran sus padres. Y es f¨¢cilmente imaginable lo desesperados que estar¨¢n sus padres en estos momentos", explic¨® Paula Ghedini, delegada en Macedonia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Los ni?os tienen entre uno y cinco a?os y no est¨¢n en un solo lugar. La mayor¨ªa viven con familias de etnia albanesa en distintas ciudades macedonias. "Una casa particular en la que vivan otros ni?os es mucho mejor que un campo de refugiados. Aqu¨ª, en el hospital del campo, s¨®lo est¨¢n los que padecen resfriados o enfermedades estomacales, nada grave, en principio. Pero lloran, llaman a su madre, comen poco. A nosotros se nos parte el coraz¨®n", dijo una voluntaria de Cruz Roja en Brazda.
Cuando alguien se presenta en el puesto de Cruz Roja en busca de un ni?o perdido, una descripci¨®n basta para que el padre o la madre sean acompa?ados a los domicilios donde residen los cr¨ªos que se ajustan a la edad y caracter¨ªsticas detalladas. "Es lento, pero preferimos no crear una especie de orfanato", dijo Ghedini. Una docena de ni?os ya se hab¨ªan reunido con sus familias ayer por la tarde. Quedaban 68. "Espero que a partir de ma?ana [por hoy] dispongamos de fotograf¨ªas de todos los ni?os y distribuiremos copias por los campos. Ese sistema funcion¨® bastante bien en Ruanda", a?adi¨®.
En la entrada principal del campo de Brazda, con 32.000 residentes, reinaba un ambiente de zoco multitudinario y triste. A un lado del puesto de Cruz Roja, un centenar de personas examinaba el mosaico en papelitos del muro blanco. Alguien hab¨ªa escrito para una anciana analfabeta la lista, en caracteres latinos, de sus familiares, todos en paradero desconocido. El primero de los ocho nombres era Hujrije, su marido, nacido en 1926. El ¨²ltimo era su nieto menor, Al¨ª, nacido en 1997. El contacto era ella misma, en Brazda, o un pariente en Saarburg (Alemania). "Est¨¢bamos juntos en la frontera y los perd¨ª cuando nos sacaron, estoy sola", relat¨® entre l¨¢grimas. Un equipo de voluntarios recorre los campos con meg¨¢fonos recitando nombres de personas a las que se busca, pero la eficacia de ese sistema es muy limitada por el tama?o de los campos y el bullicio que reina en ellos.
A unos 100 metros de la entrada de Brazda se cruzaban dos largas colas. Una, la de quienes esperaban para hacer una llamada telef¨®nica -no hay derecho a m¨¢s- en los aparatos instalados gratuitamente por France Telecom. La otra cola se formaba ante la agencia de viajes instalada por ACNUR para inscribir a quienes desean plaza en uno de los vuelos de evacuaci¨®n hacia terceros pa¨ªses.
Tambi¨¦n en la entrada de Brazda se acumulaban los varios centenares de refugiados que hab¨ªan atravesado el paso fronterizo de Blace durante el d¨ªa. Yugoslavia reabri¨® sus fronteras el viernes por la noche y Macedonia permit¨ªa el paso de los albanokosovares, pero ayer s¨®lo tres centenares cruzaron, frente a los 40.000 al d¨ªa de jornadas anteriores. Hacia Albania pasaron un total de 1.650.
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