Invitaci¨®n al vals
JAVIER MINA Acabo de recibir en el buz¨®n un papelote donde se me ofrece la posibilidad de adquirir un estado de danza mediante el desarrollo de la presencia. Cuando ya me preguntaba c¨®mo se podr¨ªa danzar en la ausencia, el folleto tiene a bien aclararme que soy un obtuso y zote, porque hay que entender la presencia como "relaci¨®n intermedia que se establece entre interpretar y ejecutar una actitud, texto/imagen, gesto o movimiento". Supongo que se tratar¨¢ de bailar el Amor Brujo o algo que tenga que ver con hechizos o magia, porque de lo contrario no se entiende c¨®mo se puede estar presente de esa manera tan rara. M¨¢s vale que el Taller, porque se trata de un Taller con may¨²scula y todo, va dirigido "a todas las personas interesadas en usar, componer, mover, pegar, tocar, pensar, sentir, abandonar, dominar, cansar, soportar, proponer, cuestionar, o entender con el cuerpo". Y ah¨ª s¨ª hay campo, porque nos pasamos la vida hablando por los codos, actuando por narices o por eso que hay m¨¢s abajo y que se suele echar cuando de demostrar valor se trata, siendo todo o¨ªdos, opinando a ojo de buen cubero, metiendo la pata, haciendo de tripas coraz¨®n -que ya es volat¨ªn- o pensando con los pies, y que conste que no es una indirecta hacia quienes parecen andar o danzar mal de la cabeza. Posiblemente me apunte a tan entusi¨¢stico proyecto porque ya tengo ganas de aprender a cuestionar con las u?as de los pies y a soportar con el cerumen, que tambi¨¦n forma parte del cuerpo, por no callar las ansias que me embargan de saber con qu¨¦ estaba haciendo hasta ahora cosas tan sencillas como caminar o comer. ?Habr¨¦ pegado alguna vez con el alma sin enterarme? ?En qu¨¦ consistir¨¢ usar con el cuerpo? El reto parece formidable y no dudo que me reportar¨¢ grandes beneficios. As¨ª, adivino que tras esa enigm¨¢tica frase de "estructurar, articular y construir en la pr¨¢ctica del tiempo a partir de un estado de danza" se ocultan revelaciones acerca de cuanto me rodea, porque se est¨¢ hablando claramente de Euskal Herria, o ?acaso hay desde Voltaire otro pueblo que dance a un lado y otro de los Pirineos? M¨¢s concretamente se debe de estar aludiendo a los 100 d¨ªas de Ibarretxe, tan magros en resultados y tan necesitados de articular y construir. En realidad, no ha hecho sino pas¨¢rselos bailando, pero con lobos y as¨ª no hay quien haga sonar la flauta. Ni la flauta ni el txistu; por eso le queda tan chirriante lo de que los pol¨ªticos est¨¢n crispando la situaci¨®n por discutir, cuando la no discusi¨®n y la nula discordancia s¨®lo se dan en la danza de la muerte, vaya, cuando a uno le echan el RIP. Pero voluntad no le falta a nuestro Nureiev Spock, as¨ª que no me cabe la menor duda de que ya est¨¢ corriendo a apuntarse al Taller para desarrollar la presencia y desde ella ejecutar una actitud. O un texto/imagen. Quiz¨¢s un foro. Lo cierto es que el Gobierno no hace m¨¢s que pisarse los pies en ese contrap¨¢s que lo tiene en minor¨ªa. Bueno, a fuerza de pis¨¢rselos, debe de calzar unas ampollas de aupa ya que s¨®lo consigue que salgan adelante los asuntos que sugiere ese compa?ero de baile fantasma con quien debut¨® en el bolo de Estella, y ello sin recibir siquiera a cambio ni una jota; vamos, que le est¨¢n dando la Danza del Fuego cuando persegu¨ªa la del alto el ¨ªdem total. En una palabra, durante 100 d¨ªas el Ejecutivo s¨®lo ha bailado al son que le han tocado quienes quisieran inscribir de grado o a la fuerza en el Taller a Mayor Oreja -por cierto, qu¨¦ expresi¨®n corporal y qu¨¦ cubismo lleva en el nombre-, para que a base de saltitos, respiraciones y piruetas se inicie en la pol¨ªtica de gestos y movimientos tras haber alcanzado el estado de danza, que es como el Estado pero con cintura. De lo contrario no se explican ni el zapateado de los Alcaldes Reunidos ni el chotis de los kurdos ni el fandango de las selecciones de f¨²tbol ni la coreograf¨ªa de la Comisi¨®n de Derechos Humanos ni la zarabanda por copar la direcci¨®n de todas las dem¨¢s ni la rumba de esa huelga que piensa hacer como Gobierno. Muy poco para sentirse independiente, como dijo el otro, aunque demasiado para un vals. El de Cascanueces, por las c¨¢scaras de voto que puede cosechar.
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