Los mismos problemas
El dato de la inflaci¨®n invita a una valoraci¨®n sosegada. Y la s¨ªntesis es que ni los resultados de 1998 eran tan favorables ni los de este a?o deben llevar al alarmismo, ya que, en realidad, los problemas a afrontar son pr¨¢cticamente los mismos. Adem¨¢s de los grandes avances en moderaci¨®n de los costes internos (tanto laborales como financieros), los excelentes resultados del pasado a?o estuvieron favorecidos por la desaceleraci¨®n de los precios de los alimentos y la ca¨ªda de los de las materias primas, especialmente el petr¨®leo. Por tanto, en buena medida, el repunte obedece a la normalizaci¨®n de los precios.
Por su parte, la persistente resistencia a la baja de los servicios, muy concentrados en turismo, hosteler¨ªa y otros servicios poco sometidos a la competencia, se debe, principalmente, a la combinaci¨®n de una oferta poco el¨¢stica con una demanda en fuerte y continua expansi¨®n.
Los dos elementos m¨¢s negativos est¨¢n, sin duda, relacionados con la ampliaci¨®n del diferencial de inflaci¨®n y la persistente resistencia a la baja de los servicios. Cabe mencionar, no obstante, dos puntos que aten¨²an la dimensi¨®n del problema: el diferencial se concentra b¨¢sicamente en los bienes menos expuestos a la competencia, lo que aminora su impacto negativo sobre la capacidad competitiva siempre que no contaminen los restantes componentes del sistema de precios y costes, y, por otro lado, el deterioro del saldo exterior adquiere un menor peso en la medida en que nuestra integraci¨®n en el euro excluye la generaci¨®n de expectativas de una depreciaci¨®n monetaria y/o de una elevaci¨®n aut¨®noma de los tipos.
La necesaria moderaci¨®n de la inflaci¨®n para converger con la media de la zona euro requiere varias actuaciones:
• Evitar que la aceleraci¨®n se traduzca en una espiral de precios-costes que no tendr¨ªa otro efecto que el de comprimir los m¨¢rgenes empresariales y la capacidad de crecimiento y de generaci¨®n de empleo.
• Potenciar los avances de la productividad para garantizar la contenci¨®n de los costes unitarios de producci¨®n y la competitividad de nuestras empresas en una econom¨ªa abierta.
• Profundizar y ampliar las reformas estructurales para fomentar la competencia, la correcta asignaci¨®n de recursos y la transparencia de los mercados, principalmente, en segmentos en que los precios muestran una mayor resistencia a la baja.
Federico Prades es asesor econ¨®mico de la patronal bancaria AEB
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