La esperanza en letra peque?a

"Hola, vivo en Sabana Perdida, en uno de los barrios m¨¢s pobres de Santo Domingo, Rep¨²blica Dominicana, mi pa¨ªs"... Olli tiene 11 a?os y muchos sue?os. Ahora que aprendi¨® a leer y a escribir, quiere recibir noticias de otros ni?os de su edad y quiere que le cuenten c¨®mo es vivir en Espa?a. Ella casi no lo imagina, porque en su peque?o mundo s¨®lo hay espacio y tiempo para ayudar a su madre a vender collares en la calle. "Desde que era muy peque?a, tan peque?a que apenas me acuerdo, trabajo con mi mam¨¢. Y mi casa no es como la vuestra. S¨®lo hay dos habitaciones en las que dormimos mis ocho hermanos y yo", cuenta en una carta. Las palabras de Olli han llegado ya a un inmenso grupo de estudiantes de distintos colegios de Madrid. La Fundaci¨®n Iberoamericana para el Desarrollo (FIDE) lo ha hecho posible a trav¨¦s del programa La cooperaci¨®n es el rostro de la solidaridad, que se lleva a cabo en siete colegios de la capital.

Esta experiencia, a cargo de tres j¨®venes que vivieron en carne propia la terrible situaci¨®n de Sabana Perdida, en Santo Domingo, pretende que los chavales tomen conciencia de la importancia de ser solidarios. "Las cartas entre ni?os de Rep¨²blica Dominicana y Espa?a son una buena forma de empezar", dice Luis Medel, un coordinador del programa, que tambi¨¦n incluye la terminaci¨®n de una escuela en ese barrio caribe.

Las primeras respuestas se han escrito ya. Desde este lado del oc¨¦ano, en Espa?a, una ni?a de 11 a?os escribe as¨ª: "Me sorprende mucho vuestra escuela. Aqu¨ª, en Madrid, las escuelas son muy grandes y bonitas. ?sta es una ciudad con mucha contaminaci¨®n. Espero que alg¨²n d¨ªa puedas venir". Y otra m¨¢s escribe as¨ª: "?Cu¨¢l es tu animal preferido? El m¨ªo es el perro. Dicen que es el mejor amigo del hombre. Yo me lo creo. En mi ciudad hay muchas bibliotecas. Por favor, responderme. Me har¨ªa mucha ilusi¨®n abrir el buz¨®n y encontrarme una carta tuya dirigida a m¨ª".

Cada lunes, Luis y sus compa?eros acuden a varias escuelas de Madrid para hablar de sus vivencias y mostrarles a los chicos las condiciones en las que viven, en otros pa¨ªses, ni?os de su misma edad. La semana anterior visitaron el colegio p¨²blico Jaime Vera. All¨ª, ante 50 alumnos exhibieron un v¨ªdeo que mostraba a varios peque?os trabajando para sobrevivir. Eran im¨¢genes impactantes. Y los ni?os no ocultaron su sorpresa. Sara, de 11 a?os, prometi¨® escribir: "Supongo que no tendr¨¢n muchos amigos porque trabajan demasiado. Yo le voy a decir a la ni?a que nos escribi¨® que no se preocupe porque las cosas seguro que van a cambiar. Ella tiene que luchar por conseguir algo mejor".