Un poblado con 170 casas bajas obstaculiza el primer barrio privado para 12.000 viviendas
![Antonio Jim¨¦nez Barca](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fbb60e462-6db2-4012-988f-f51510e31f70.png?auth=7669172c5cd7ebd827330e281ce58fbefd56b99fd17a3fd2ee1eb156026e8bb9&width=100&height=100&smart=true)
El nuevo barrio de Sanchinarro, al norte de Madrid, donde en un futuro vivir¨¢n tantos habitantes como en Soria (36.000 vecinos, 12.000 viviendas), se ha topado con un peculiar grupo de oponentes: al menos 40 familias de las 170 que ahora residen en un poblado del erial de Sanchinarro se niegan a abandonar su casa para ocupar los nuevos pisos que les promete el Ayuntamiento en un esquinazo del nuevo barrio. Las casas bajas que habitan no son chabolas: algunas hasta tienen piscina y jard¨ªn. Por eso, los propietarios se resisten a abandonar las casas: "De aqu¨ª nos tendr¨¢ que sacar la Guardia Civil".
El alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano pondr¨¢ hoy la primera piedra de la miniciudad de 12.000 viviendas enclavada en un tri¨¢ngulo de unas 380 hect¨¢reas,cuyos lados son la carretera de Burgos, la V¨ªa Borde de Hortaleza y la M-40 (v¨¦ase gr¨¢fico). El plan prev¨¦ que Sanchinarro cuente junto a los pisos con dos centros culturales, un hipermercado (Hipercor), un ambulatorio, una comisar¨ªa y un convento, que se encuentra aqu¨ª desde hace d¨¦cadas. "El convento no se tiene que mover, pero nosotros s¨ª. Eso no es justo", se queja Fernando del Pozo, uno de los vecinos que se niega al derribo de su casa para el desarrollo del nuevo barrio.
La vivienda de Del Pozo mide al menos 200 metros cuadrados, sin contar con el patio (con piscina) y un jard¨ªn trasero (con c¨¦sped). Al lado de la casa de Del Pozo se encuentra la de sus suegros, comprada hace m¨¢s de 50 a?os. "Tres generaciones han crecido en estos terrenos; al principio fue duro, lejos de todo y cerca de nada, s¨®lo el campo y los vertederos, pero hemos echado ra¨ªces aqu¨ª", explica en una carta que ha escrito este vecino al Defensor del Pueblo y al presidente de la Comunidad de Madrid para que le ayuden en su batalla contra el desalojo y la expropiaci¨®n forzosa.
Decisiones de la mayor¨ªa
El m¨¦todo por el que se est¨¢ construyendo esta miniciudad permite que las medidas se tomen por la mayor¨ªa de los propietarios del terreno. Con que est¨¦n de acuerdo los due?os del 60% de toda la extensi¨®n (independientemente del n¨²mero de propietarios), las decisiones siguen adelante. "Y lo que interesa a los grandes due?os de la tierra, a las grandes constructoras como Ferrovial, no interesa para nada a muchos de los que tenemos la casa aqu¨ª", explica Del Pozo. El precio que se les pagar¨¢ por el terreno no les llegar¨¢ para comprar un piso, aunque sea protegido, sostienen, y adem¨¢s perder¨¢n calidad de vida. "Nos quieren meter en una casa en el peor sitio de Sanchinarro, rodeados de carreteras", se queja este vecino en paro. En septiembre, el Ayuntamiento aprob¨® el dise?o definitivo del nuevo barrio, que prev¨¦ que las casas m¨¢s baratas, de protecci¨®n oficial (12 millones por un piso de 90 metros cuadrados), se sit¨²en cerca de la M-40 y las m¨¢s caras al lado de un centro comercial.
Del Pozo ha recogido firmas en contra del proyecto de 40 de las 170 familias del poblado. "Pero hay muchas m¨¢s que no quieren moverse, de eso estoy seguro, lo que pasa es que no me ha dado tiempo a hablar con ellas", cuenta.
El concejal de Urbanismo, Ignacio del R¨ªo (PP), asegur¨® ayer que a los afectados no s¨®lo se les pagar¨¢ por el terreno y por la vivienda; tambi¨¦n por el hecho de tener que desplazarse. "Se les abonar¨¢ el suelo y el vuelo", resumi¨®. Para el edil, adem¨¢s, una operaci¨®n de tanta envergadura como el nuevo barrio de Sanchinarro no se puede detener ante las protestas de unas decenas de vecinos. "Existe lo que se llama el bien com¨²n, y el 60% de los propietarios del terreno ha decidido una cosa. Legalmente, los vecinos que est¨¦n en contra no pueden recurrir nada", explic¨®. "No creo que ninguno de ¨¦stos pierda dinero con la operaci¨®n, ya que su suelo se ha recalificado", a?adi¨®.
Del R¨ªo niega que el lugar elegido para colocar las casas m¨¢s baratas, lejos del hipermercado, sea malo. "Vivir al lado de un centro comercial no es lo mejor", aduce. Por su parte, el edil socialista Jos¨¦ Mar¨ªa de la Riva critic¨® la forma que tiene el PP de gestionar los nuevos barrios: "En el fondo, los deja en manos privadas, que hacen lo que quieren, sin contar con las familias que viven all¨ª. Cuando se refieren al bien com¨²n quieren decir el bien de las constructoras".
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