Celtas de casa

Ya tienen chica que canta y la ponen en primer plano nada m¨¢s empezar su concierto. Una voz que se escucha en varias piezas del repertorio y le otorga nuevas posibilidades de expresi¨®n a esta estupenda banda que naci¨® instrumental, a partir de la escisi¨®n de Matto Congrio. Su nombre es todo un s¨ªntoma: Berro, que significa grito en gallego, y g¨¹etto, dedicado a Sowetto y a todos esos barrios que habita una minor¨ªa ¨¦tnica o religiosa marginada.

Sus componentes forman parte de esa toma de conciencia de los j¨®venes gallegos respecto al valor que posee el folclor de su terru?o. Y aunque el inter¨¦s actual por la denominada m¨²sica celta pueda ir decayendo -ya se sabe que lo que se pone de moda deja de estarlo alg¨²n d¨ªa- no parece f¨¢cil un retorno a la caverna, a aquellos tiempos en los que, en palabras de Anxo Pintos, los gaiteros eran considerados la ¨²ltima mierda.

Berrog¨¹etto presentaba en Madrid su segundo disco, Viaxe por Urticaria.

Pintos, convertido a trav¨¦s de su verborrea en un ¨¦mulo vigu¨¦s del Gran Wyoming, explic¨® que el t¨ªtulo del disco se basa en Viaje por Icaria, libro escrito por el fil¨®sofo e historiador ?tienne Cabet, en 1840.

Los gallegos han transformado ahora aquellas viejas utop¨ªas sociales del franc¨¦s en una erupci¨®n cut¨¢nea que provoca actuar. Con ayuda de la txalaparta vasca y de los diversos instrumentos de viento de Javier Paxari?o, tambi¨¦n interpretaron temas de un proyecto para emitir en televisi¨®n sobre energ¨ªas alternativas, grabado en las islas C¨ªes.

En cuatro a?os apenas, y tras la buena acogida que la cr¨ªtica europea dispens¨® a su notable primer disco, Berrog¨¹etto se confirma como un grupo capaz de dejar boquiabierta a la parentela celta del resto de Europa. Con energ¨ªa, presencia, frescura, temperamento y sonido.