El peligro est¨¢ en lo pr¨®ximo
La cadena de cr¨ªmenes de Vitoria confirma un principio ya contrastado por la doctrina policial. Contra lo que puede presumirse, el mayor riesgo no est¨¢ en lo desconocido, sino en el entorno m¨¢s pr¨®ximo. El 75-80% de los delitos son cometidos por personas vinculadas por lazos de familia con la v¨ªctima o que ten¨ªan conocimiento previo de ella. En el parricidio de la pasada semana y el asesinato del anticuario Quintana, la norma se cumple con mortal exactitud. Y la Ertzaintza est¨¢ convencida de que tambi¨¦n opera en las muertes de Esther Areitio, Acacio Pereira y Agust¨ªn Ruiz, que contin¨²an irresueltos. En casi todos los casos, la v¨ªctima fue una persona mayor que viv¨ªa sola, se reg¨ªa por unas costumbres inalteradas y arrastraba en su zona fama de tener bastante dinero. Al menos en el caso del cordelero Pereira, la presunci¨®n era incierta, aunque no le salv¨® de una muerte cruel.
La elevada edad aumenta la indefensi¨®n de las v¨ªctimas y, seg¨²n los crimin¨®logos consultados, presenta una realidad preocupante, porque la demograf¨ªa marca una tendencia acelerada hacia el envejecimiento de la poblaci¨®n. Si bien la polic¨ªa asegura que no se ha llegado a producir en la ciudad una situaci¨®n de psicosis, reconoce que la sucesi¨®n de asesinatos suscit¨® "una cierta inquietud" entre las personas mayores que viven solas. Un 14,1% de los habitantes de Vitoria (30.825 personas) tienen m¨¢s de 65 a?os y un 13% vive en soledad. No son todav¨ªa datos espectaculares, pero anuncian profundos cambios sociales y consecuencias inmediatas. Por ejemplo, los 22 suicidios confirmados de forma oficial en 1998 son un indicador de alarma.
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