El Madrid pide la liquidaci¨®n por derribo
La decepcionante actuaci¨®n del equipo de Toshack ante el Salamanca complica su presencia en la Liga de Campeones
En la naturaleza del Madrid no figura el sentido del deber. Pas¨® por Salamanca como un equipo holgaz¨¢n, sin inter¨¦s por sacar una victoria de la plaza m¨¢s sencilla de la Liga. Interpret¨® el papel de costumbre: se tom¨® el partido a chufla, con una desgana que obliga a pensar en un Madrid terminal. Ya no es una cuesti¨®n de s¨ªntomas, de excusas, de explicaciones nuevas en cada semana. Se ha llegado a un punto sin retorno donde se hace necesaria la liquidaci¨®n por derribo. Todo parece viciado. No hay juego, no hay vigor, no hay voluntad. Sobre cualquier otra cosa, predomina el acomodo de los equipos que han agotado un ciclo. Al Salamanca se le daba como v¨ªctima por tantas razones como se quiera. ?ltimo en la clasificaci¨®n, equipo m¨¢s goleado del campeonato, en crisis constante desde el comienzo de la temporada, su destino es la Segunda Divisi¨®n. Frente al Madrid hizo un esfuerzo por salvar la dignidad, pero se le vieron todas las limitaciones de los condenados. Cada jugada era una agon¨ªa, pero al menos exist¨ªa el prop¨®sito de disputar el encuentro, de poner dificultades a un rival que se presum¨ªa superior, de ganarse el salario de manera profesional. Con esa escasez de m¨¦ritos se vali¨® para complicar la existencia del Madrid, que descuid¨® el partido de manera clamorosa. S¨®lo entr¨® en faena al final de la tarde, pero sin excesos, con los mismos defectos que pesan sobre su juego desde hace mucho tiempo. Lo que comenz¨® como un problema de actitud, ha derivado hacia una oxidaci¨®n en todos los aspectos. En lo futbol¨ªstico, da grima ese trotecito cansino, con la pelota al pie, sin un mal desmarque. Hay tal abandono que el Madrid est¨¢ necesitado de una refundaci¨®n. De lo contrario, a la p¨¦rdida de prestigio a?adir¨¢ un descenso irremediable en el escalaf¨®n del f¨²tbol durante varios a?os.
SALAMANCA 1
REAL MADRID 1Salamanca: Stelea; Edu Alonso, Pavilic, Lanna, Corino, Vellisca; Taira, Giovannella, Rogerio (Munteanu, m. 75); Cardetti y Silvani (Lupidio, m. 70). Real Madrid: Contreras; Panucci, Iv¨¢n Campo, Hierro (Jaime, m. 70), Roberto Carlos; Seedorf (Guti, m. 60), Sanchis, Redondo, Ra¨²l; Mijatovic (Savio, m. 60) y Morientes. Goles: 0-1. M. 48. Ra¨²l remate en el primer palo un centro de Mijatovic. 1-1. M. 55. Corino lanza un tiro libre que sorprende a Contreras. ?rbitro: P¨¦rez Burrull. Amonest¨® a Pavlicic, Edu Alonso, Lupidio, Panucci y Hierro. Unos 17.000 espectadores en el El Helm¨¢ntico
La actuaci¨®n de Stelea dice bastante sobre el partido. En realidad, no actu¨®. El hombre ven¨ªa dispuesto a sufrir un asedio, como le corresponde a su equipo desde el inicio de la temporada. No es el portero m¨¢s goleado de la Liga por casualidad. Seg¨²n las previsiones, el Madrid s¨®lo tendr¨ªa que establecer la distancia entre un equipo que pretende alcanzar el segundo puesto del campeonato y otro que no espera otra cosa que el tr¨¢nsito a Segunda. Pero las pretensiones del Madrid est¨¢n en la imaginaci¨®n de los dem¨¢s. En ning¨²n momento se tom¨® el duelo como algo trascendental. Con un insufrible aire de soberbia, dej¨® pasar de largo la primera parte. Ni un remate contra Stelea, incr¨¦dulo por su extra?¨ªsima falta de actividad.
El Salamanca lleg¨® hasta donde pudo. En el primer tiempo, se apunt¨® tres ocasiones y se dio por satisfecho. Hab¨ªa llegado m¨¢s lejos de lo previsto: sin problemas defensivos, con un cierto desahogo en el centro del campo y con algunas se?ales de vida en el ataque. Todo porque exist¨ªa el inter¨¦s de perseguir a los jugadores rivales y quitarles el bal¨®n. As¨ª de sencillo. Y lo consegu¨ªan. El Madrid no daba dos pases seguidos. Perd¨ªa la pelota en el medio campo y quedaba expuesto a cualquier problema. Contreras arregl¨® dos, pero tampoco se sinti¨® exigido. El Salamanca no estaba para proezas. Apenas un par de centros de Edu Alonso y rapidez de Cardetti, que comprometi¨® a los centrales madridistas en algunas ocasi¨®n. Pero siempre a modo de apunte, sin pasarse de la raya.
Del abandono del Madrid en el primer tiempo, no se libr¨® nadie. Todos se tomaron el encuentro como una tarde de campo y playa, sin entender que su futuro en el campeonato pasaba muy probablemente por este partido. De esa cuesti¨®n debi¨® de hablarse en el descanso porque en el arranque del segundo tiempo se observaron algunas se?ales de vitalidad. En el tercer minuto, Ra¨²l apareci¨® por vez primera y anot¨® un gol que se supon¨ªa suficiente. Del tanto se puede decir que result¨® muy propio de Ra¨²l: una aparici¨®n por el primer palo y un remate instant¨¢neo, propio de un goleador.
En ese instante volvi¨® el desinter¨¦s al Real Madrid. Y como le ha sucedido en tantos otros partidos, pag¨® con creces su suficiencia. Aunque el Salamanca no contaba con recursos de fuste para conseguir el empate, el Madrid se encarg¨® de darle cuerda. Siete minutos despu¨¦s del gol de Ra¨²l, Corino igual¨® el encuentro. Contreras ayud¨® lo suyo: el tiro iba por su palo, sin grandes problemas. Pero a Contreras le faltan minutos y confianza. En lugar de lanzarse con energ¨ªa, se arrebuj¨® con blandura sobre el bal¨®n, que entr¨® en la porter¨ªa ante la sorpresa general.
El empate era la consecuencia moral de lo que suced¨ªa en el juego. Al Salamanca no le alcanzaba para armar una jugada, y al Madrid le importaba muy poco el partido. Como es costumbre desde la llegada de Toshack, Seedorf y Mijatovic dejaron su puesto a Savio y Guti. Los cambios se hac¨ªan necesarios, y por un momento pareci¨® que el Madrid se desperezaba. Un par de incursiones de Savio, alguna ocurrencia de Guti, una gran jugada de Redondo que Ra¨²l cerr¨® con un remate al palo. Simples apuntes, porque lo grueso no vari¨® hasta el final del encuentro. Otra vez el Madrid cansino, mohoso, de pelota al piececito, como en los partidos de veteranos. Otra vez un equipo que pide a gritos la liquidaci¨®n por derribo.
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