?C¨®mo son, d¨®nde est¨¢n, qui¨¦n los guarda? Silencio absoluto para salvaguardar el contenido de los ex¨¢menes de Selectividad
El secreto mejor guardado de un examen siempre son las preguntas. Un profesor se puede jurar a s¨ª mismo que no lo desvelar¨¢ y mantener la firmeza ante 100 ¨® 200 alumnos resulta relativamente f¨¢cil. La cosa se complica cuando, para ser ecu¨¢nimes, en la redacci¨®n han participado varias decenas de docentes, los ejercicios deben ser resueltos por unos 50.000 alumnos y tienen que repartirse por ocho provincias. Eso es lo que sucede con las pruebas de acceso a las universidades andaluzas y lo que obliga a los guardas oficiales, este a?o la Universidad de Ja¨¦n, a desarrollar un celoso sistema de custodia para impedir robos o filtraciones que permitan que un s¨®lo alumno pueda conocer el contenido de un ejercicio antes de la hora y el d¨ªa se?alados para las pruebas. Los ex¨¢menes que deber¨¢n realizar los estudiantes andaluces, que entre el 22 y el 25 de junio -entre el 21 y el 24 de septiembre, si no hay suerte en la primera tentativa- se examinen de Selectividad, ya est¨¢n elegidos. El pasado lunes, la misma comisi¨®n que a lo largo de este curso ha ido dando forma al contenido y la organizaci¨®n de las pruebas, sorte¨® las opciones. A la hora de preparar los ex¨¢menes, la comisi¨®n selecciona una serie de ponencias, 16 para los estudiantes de COU y 20 para los de LOGSE, o sea, tantos grupos de trabajo como materias a evaluar. Cada equipo est¨¢ formado por expertos de Ense?anzas Medias y Universidad de las ocho provincias andaluzas. Cada grupo de ponentes elabor¨® seis ejercicios posibles. El sorteo sirvi¨® para elegir una prueba que ser¨¢ la oficial y una de reserva por si se produjera alg¨²n problema con la primera -hace dos a?os se denunci¨® una filtraci¨®n que oblig¨® a sacar el sobrero-, tanto para la Selectividad de junio como en septiembre. Las propuestas restantes tambi¨¦n se conservan para alg¨²n caso remoto de cat¨¢strofe de filtraci¨®n. Una vez seleccionados los ejercicios, lo primero que se ha hecho ha sido "guardarlos". Nada como un buen escondite si se quiere garantizar la discreci¨®n hasta la ma?ana del 22 de junio, seg¨²n explica el secretario general de la Universidad de Ja¨¦n, Jos¨¦ Gonz¨¢lez. Para estos casos, en que es preciso custodiar con amplias medidas de seguridad cualquier documento, la instituci¨®n acad¨¦mica dispone de un zulo, una habitaci¨®n aislada y blindada, cuya existencia conocen contadas personas y que, adem¨¢s, s¨®lo tiene una llave de acceso, confiada a uno de los organizadores cuya identidad nunca se facilita para evitar presiones. Sin embargo, en esta ocasi¨®n el celo debe extremarse as¨ª que se ha buscado otro espacio. De ¨¦l s¨®lo se sabe eso, nada. Ni de la localizaci¨®n ni de los mecanismos de seguridad que lo rodear¨¢n. Silencio. Las pruebas est¨¢n precintadas y lacradas. S¨®lo una persona puede acceder a ellas, en caso de que fuera preciso, y cualquier alteraci¨®n en el aspecto exterior de los sobres o las cajas -no se sabe qu¨¦ o c¨®mo son- ser¨ªa una prueba inequ¨ªvoca de manipulaci¨®n que pondr¨ªa en marcha los mecanismos de alarma. Repruducci¨®n secreta En las pr¨®ximas semanas, la comisi¨®n deber¨¢ hacer las copias de los ex¨¢menes para todos los estudiantes que concurran a la Selectividad. Pueden ser reproducidas en cualquier punto de la comunidad aut¨®noma, cuya ubicaci¨®n es tan misteriosa como la fecha en que se realizar¨¢n las copias. Lo ¨²nico que se conoce es el n¨²mero de papeles que se imprimir¨¢n: 1.400.000, para que haya de sobra para todos los alumnos. Todos los folios mantendr¨¢n una misma cabecera. Desaparecen los escudos y logotipos de las instituciones acad¨¦micas donde se efect¨²en las pruebas, para dar paso al sello de Universidad de Andaluc¨ªa (UA), en un membrete donde se indican datos relativos a la prueba, como el tiempo de que se dispone o si puede emplear un diccionario, por ejemplo. Adem¨¢s, junto a cada pregunta se especifica la puntuaci¨®n m¨¢xima que se podr¨¢ recibir. Esos documentos se introducen en sobres lacrados que, protegidos como si se tratara del ¨²ltimo emperador, regresar¨¢n al refugio que les ha buscado la Universidad. All¨ª permanecer¨¢n hasta 48 horas antes de que comiencen las pruebas. As¨ª, alrededor del 20 de junio, ser¨¢n transportados a las diferentes universidades, que tienen la obligaci¨®n de conceder una tutela similar a la que hasta entonces han gozado los documentos. ?C¨®mo se transportar¨¢n? "No lo s¨¦", es la escueta respuesta de Jos¨¦ Gonz¨¢lez. Al proponerse seis opciones diferentes, lo que se persigue es que no se sepa cual de ellas ha sido escogida como primera prueba o como reserva en cualquiera de las dos convocatorias, por parte de los miembros de la ponencia. No es que no haya confianza, es que no puede haber errores. Gonz¨¢lez admit¨ªa ayer que los organizadores de la Selectividad est¨¢n "preocupados" ante cualquier posible fallo, por lo que el silencio o las negativas constituyen el eje de sus medidas de seguridad sobre los ejercicios. El objetivo del proceso es que, cuando el pr¨®ximo 22 de junio, en torno a 50.000 estudiantes andaluces se sienten en las aulas habilitadas para realizar la Selectividad, ninguno de ellos haya podido saber, ni siquiera por un comentario absurdo, las caracter¨ªsticas del ejercicio que se le presentar¨¢.
C¨®digo de barras
Pero no s¨®lo deben ofrecerse garant¨ªas de que no habr¨¢ filtraciones, tambi¨¦n se intenta impedir que se favorezca a los conocidos o que exista la m¨¢s m¨ªnima sospecha al respecto. Por ello, a los alumnos se les entrega un c¨®digo de barras que se corresponde con sus datos, introducidos en un ordenador. Esa pegatina se adhiere a cada uno de los ex¨¢menes que realiza, en una cabecera que se separa cuando entrega la prueba. La cabecera mantiene un n¨²mero que la identifica con el resto del cuadernillo donde se realiza el ejercicio. Una vez que se hayan corregido las pruebas, se casa el c¨®digo de barras con el n¨²mero que aparece en el folio y as¨ª es posible identificar la nota final del alumno. Y se evitan los cambiazos. Entre tanta medida de seguridad para asegurar la limpieza del proceso, lo ¨²nico que le queda a los alumnos es cruzar los dedos y estudiar todo lo que puedan, que a fin de cuentas es lo que hace la inmensa mayor¨ªa. Para ello cuentan con un referente, un libro, que se acaba de editar por segundo a?o consecutivo, y que recoge las pruebas de Selectividad del a?o pasado, tanto de junio como de septiembre, con sus correspondientes soluciones. Adem¨¢s, en el caso espec¨ªfico de los estudiantes de LOGSE, se han facilitado unos criterios b¨¢sicos para reducir el ¨ªndice de fracaso en los ex¨¢menes de acceso, y es que el a?o pasado, en junio, mientras aprob¨® un 90,19% de los estudiantes de COU, s¨®lo un 81,98% en los de LOGSE super¨® las pruebas.
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