Racing y Oviedo no saben ganar
Fieles a s¨ª mismos, Racing y Oviedo firmaron el empate sin goles, un resultado l¨®gico en dos equipos que no saben ganar: los c¨¢ntabros hace dos meses que no vencen en El Sardinero, y los ovetenses llevan diez jornadas sin sumar los tres puntos. Ganar o no ganar, esta es la cuesti¨®n pendiente, largamente aplazada por ambos equipos.Ben¨ªtez, entrenador c¨¢ntabro, ech¨® mano de la sana autocr¨ªtica para encontrar la soluci¨®n del problema. Pero ni por esas. En el segundo tiempo, el entrenador paraguayo hizo los tres cambios reglamentarios. De una tacada, dio entrada en el equipo a V¨ªctor, Amavisca y Salva. Su objetivo era claro: dar vida a las bandas, y abrir brecha en la muralla defensiva ovetense. Este triple cambio se qued¨® a la postre en un gesto audaz, el Racing domin¨® a su rival, pero apenas gener¨® ocasiones de gol. No era el d¨ªa del ingenio y de la inventiva, Munitis no brill¨® con el fulgor de otras tardes, en consecuencia el Racing sufri¨® en su carne el ostracismo del mejor delantero c¨¢ntabro. Por su parte, Salva hizo dos remates a puerta con marchamo de gol, pero el meta ovetense Esteban le dio la r¨¦plica adecuada en ambos lances. A pesar de llevar el peso del partido, el Racing pudo hasta perder el encuentro si el meta noruego Grodas, debutante en El Sardinero, no despeja dos remates a bocajarro de Dely Vald¨¦s, el ¨²nico argumento ofensivo de los visitantes.
RACING 0
OVIEDO 0Racing: Grodas; Mellberg, Arzeno, Neru (V¨ªctor, m. 46); Tais, Vivar Dorado (Amavisca, m. 46), Ismael, Sietes; Magallanes; Preciado (Salva, m. 46), y Munitis. Oviedo: Esteban; Manel, C¨¦sar, Onopko, Rabarivony; Nadj, Paulo Vento, Jaime (Moreno, m. 56), Pompei (Iv¨¢n Ania, m. 69); Fabio Pinto (Iv¨¢n Iglesias, m. 46), Dely Vald¨¦s. ?rbitro: Bueno Grimal. Amonest¨® a Rabarivony, Magallanes, Amavisca, Iv¨¢n Ania, Arzeno y al entrenador del Oviedo, Fernando V¨¢zquez. Expuls¨® a Onopco por agresi¨®n a Salva en el minuto 91, y a Manel por doble amonestaci¨®n. Unos 18.921 espectadores en El Sardinero.
Sin embargo, el Oviedo ni hizo m¨¦ritos para doblegar al cuadro c¨¢ntabro. Empez¨® tratando de t¨² a t¨² a su rival, pero a medida que avanzaba el partido se fue difuminando y termin¨® con una barricada en su ¨¢rea. Una defensa numantina en la que salieron a relucir los malos modos de Onopko, un jugador fr¨ªo y cerebral que perdi¨® los nervios y agredi¨® a Salva. As¨ª termin¨® el partido, en medio del nerviosismo de jugadores y t¨¦cnicos. El mismo Fernando V¨¢zquez, entrenador ovetense, vio una tarjeta amarilla por sus reiteradas protestas.
Tanto Oviedo como Racing jugaron atenazados por el miedo. Parece que les produce v¨¦rtigo asomarse al abismo de la promoci¨®n, del que cada d¨ªa se encuentran m¨¢s pr¨®ximos. A sus hombres les pesa demasiado esta responsabilidad, nadie se atreve a salirse del f¨¦rreo gui¨®n dise?ado por los entrenadores.
El resultado de esta situaci¨®n an¨ªmica est¨¢ a la vista de todos. Ni siquiera los jugadores dotados de mayor genio individual, caso Munitis, se libran del peso de la responsabilidad. Un voluntarismo ciego se convierte, en estas circunstancias, en el ¨²nico arma posible para enderezar las cosas. Y cuando falla la voluntad y el entusiasmo s¨®lo quedan algunas jugadas de estrategia a bal¨®n parado, con el fin de sorprender al contrario. En este ¨²ltimo cap¨ªtulo, Magallanes lo intent¨® todo, con varios lanzamientos de falta, que desafortunadamente para el Racing se malograron.
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