La ministra de la imagen
La gesti¨®n de Loyola de Palacio en Agricultura se caracteriz¨® por las peleas en Bruselas y el desd¨¦n por la pol¨ªtica interior
Iba para ministra del agua, de Medio Ambiente, pero el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, la coloc¨® en 1996 en Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n. Lleg¨® a la cartera obcecada en remover cajones y achacar todos los males del ministerio a la herencia socialista. Ahora, tres a?os m¨¢s tarde, como mujer de partido que se confiesa, ha vuelto a G¨¦nova para encabezar la lista de los populares al Parlamento Europeo.Loyola de Palacio ha dejado el cargo, seg¨²n sus propias palabras, con el convencimiento de que su gesti¨®n ha sido un ¨¦xito total, que ha marcado un antes y un despu¨¦s en la pol¨ªtica agraria espa?ola. Al margen de los ¨¦xitos reales, menos de los que airea, un dato cierto es que aup¨® al Ministerio de Agricultura y los temas agrarios a unos ¨ªndices de popularidad que nunca tuvo. No se sabe muy bien si esa promoci¨®n se ha traducido m¨¢s en beneficios para la carrera pol¨ªtica de la ministra o para el propio sector agrario.
Lejos de los triunfalismos de la ministra y las duras cr¨ªticas de la oposici¨®n, su paso por Agricultura se podr¨ªa definir de aseado en Bruselas y de muy limitado en la pol¨ªtica nacional. Como el vino, mejor¨® su capacidad negociadora con los a?os. En el sector se valora que, al margen de los resultados, se interes¨® por todos los temas y nunca dej¨® papeles en los cajones. Aprendi¨® deprisa y supo comunicar con acierto.
Temperamental, impulsiva, popular y populista, Loyola de Palacio es una mujer a quien le gusta ir por la v¨ªa directa, no reh¨²ye el cuerpo a cuerpo. Ante los agricultores y ganaderos se ha labrado una imagen de mujer peleona a la hora de defender los intereses del sector agrario, aunque, especialmente en su primera etapa en el ministerio, careci¨® de estrategia y su actitud en Bruselas se le volvi¨® en contra.
Obsesionada por la imagen, honesta, dura, no transigi¨® ni el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de supuestas irregularidades o de corruptelas. Sin embargo, durante su mandato no dud¨® en colocar en el departamento a personas simplemente por amistad. En algunas ocasiones ha llegado a despreciar la eficacia y la val¨ªa profesional. En cuanto a su gesti¨®n, he aqu¨ª los hitos m¨¢s destacados, ¨¢rea a ¨¢rea.
Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n. La actividad comunitaria de Loyola de Palacio se inici¨® en 1996 con la aprobaci¨®n de la Organizaci¨®n Com¨²n de Mercado (OCM) de frutas y hortalizas. Era y es una OCM mejorable. La ministra justific¨® su aprobaci¨®n porque ya se la hab¨ªan dejado hecha los socialistas. En 1998 se aprobaron las OCM para el tabaco, el pl¨¢tano y el aceite de oliva.
?sta fue, con mucho, la negociaci¨®n m¨¢s pol¨¦mica. La regulaci¨®n aprobada mejora en cuota de producci¨®n a la vigente, pero elimina el sistema de intervenci¨®n, la ayuda al consumo e instaura la cuota nacional de 760.027 toneladas. En opini¨®n de la ministra, fue una buena OCM, porque asegura unos pagos de 170.000 millones de pesetas (1.021 millones de euros) en ayudas. Para el sector es mala, porque tiene una cuota corta y, sobre todo, porque reconoce a los pa¨ªses competidores cuotas que no producen.
No obstante, la gran negociaci¨®n comunitaria se cerr¨® hace tan s¨®lo unas semanas: la reforma de la PAC. La Administraci¨®n vendi¨® como grandes ¨¦xitos el aumento de la cuota de leche (550.000 toneladas de incremento), el cupo de vacunos machos con prima para 714.000 cabezas, el paso de los rendimientos en herb¨¢ceos de 2.640 a 2.900 kilos por hect¨¢rea y las m¨¢s de 17.000 nuevas hect¨¢reas de vi?edos. El sector rechaza que sea un logro el aumento de la superficie de vi?edo.
En general, la reforma aprobada no es tan mala como se tem¨ªa. Pero no hay razones para la euforia si se tiene en cuenta que se acordaron fuertes descensos de precios, con compensaciones parciales. Ello supone, en definitiva, menores ingresos si no hay m¨¢s productividad.
Conflictos. Los conflictos no se le dieron mal a la ministra. En 1996 resolvi¨® el de la avellana y fracas¨® en el de la patata. En 1997 dio una soluci¨®n al algod¨®n presionando a las industrias. Ha fracasado en encontrar soluciones para la crisis del porcino, que dura ya casi un a?o.
Seguros agrarios. En cuatro a?os aument¨® las subvenciones de 15.000 a 23.000 millones de pesetas. En l¨ªnea con sus antecesores, potenci¨® el seguro como eje de la pol¨ªtica agraria.
Leche. Desde hace un a?o funciona un plan para ordenar el sector de la leche de vaca en la producci¨®n. Los primeros resultados son positivos, aunque muy lentos.
Plan de Regad¨ªos. Ha tardado dos a?os en presentar un proyecto que apenas modifica los planteamientos del anterior programa, aprobado por los socialistas. M¨¢s que un plan para aprobar durante esta legislatura, fue un compromiso con vistas a la galer¨ªa.
Vertebraci¨®n agraria. Impuls¨® el desarrollo de las interprofesionales en el campo, que ya suponen casi el 50% de la producci¨®n.
Az¨²car. Fue el motor para la fusi¨®n entre Ebro y Azucarera.Hoy es un grupo privado donde el Gobierno ordena y manda.
Estructuras. No ha existido una pol¨ªtica de estructuras en el sector.
Pol¨ªtica agraria. Ha actuado como una aut¨¦ntica apagafuegos. Nunca existi¨® un programa agrario serio y elaborado.
Rentas. Han evolucionado a la baja. La ministra asocia el ¨¦xito de su gesti¨®n a la estabilidad de la poblaci¨®n ocupada en el campo, que se ha colocado en unas 975.000 personas. En su opini¨®n, tal ha sido el ¨¦xito de su pol¨ªtica que los agricultores no se quieren ir del sector. La realidad es que el poder adquisitivo de cada ocupado en el sector agrario baj¨® en 1997 el 2,6% y el 3,9% en 1998. Ello fue debido a las ca¨ªdas de los precios en origen, a pesar del aumento de las subvenciones comunitarias.
Industria agroalimentaria. No ha existido una l¨ªnea directriz. Las organizaciones del sector han reclamado durante tres a?os una pol¨ªtica de industria agroalimentaria. Incluso consideraron la posibilidad de pedir su ubicaci¨®n en otro ministerio.
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