Macedonia desaf¨ªa a la comunidad internacional y se niega a recibir m¨¢s albanokosovares
El Gobierno macedonio sabe que los refugiados albanokosovares se han convertido en moneda de cambio. Por eso ha decidido entablar una batalla con la comunidad internacional y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). El Gobierno dice que los pasos fronterizos no est¨¢n cerrados, sino "controlados". El matiz es importante y significa "evitar la entrada de ilegales [casi ning¨²n deportado tiene documentaci¨®n]" y regular la entrada de refugiados en funci¨®n de los que salgan del pa¨ªs con destino a terceros pa¨ªses. Desde hace dos d¨ªas la llegada de albanokosovares es pr¨¢cticamente nula.
El ministro macedonio de Defensa, Nikola Kljusev, neg¨® ayer de forma categ¨®rica la m¨¢xima: "Las fronteras no est¨¢n cerradas, s¨®lo controladas". Con tan eufem¨ªstica frase, el responsable de Defensa aleg¨® ayer que Macedonia no puede seguir permitiendo la entrada de m¨¢s "ilegales". "La frontera de Macedonia est¨¢ abierta, siempre lo ha estado, pero a partir de ahora todas las entradas ilegales quedan prohibidas en nombre de la seguridad del pa¨ªs", a?adi¨®.Tras esta declaraci¨®n de prop¨®sitos hay dos intenciones: permitir s¨®lo la entrada a quienes vayan documentados y facilitar la entrada al pa¨ªs a un n¨²mero de personas exactamente igual al que lo abandone. "Nosotros controlamos la frontera, si Milosevic desea limpiar un territorio con la deportaci¨®n de sus habitantes no podemos permitir que nuestro humanismo y bondad acabe autodestruy¨¦ndonos", declar¨® Kljusev, quien asegur¨® que su pa¨ªs acoge ya a 250.000 personas, cuando en un principio se hablaba de recibir a 20.000.
Sin previo aviso
Las autoridades de Macedonia temen que la etnia albanesa (un 22% de la poblaci¨®n), sumada al flujo masivo de refugiados, acabar¨¢ por desestabilizar una Rep¨²blica que mantiene un equilibrio precario desde que en 1991 accedi¨® a la independencia. Macedonia decidi¨® anteayer de forma abrupta y sin previo aviso cerrar sus fronteras. Su polic¨ªa, eslava y en general de tendencia proserbia, expuls¨® a los m¨¢s de 3.000 refugiados que esperaban en tierra de nadie. Una vez en Kosovo, fue la polic¨ªa de este ¨²ltimo pa¨ªs la que los adentr¨® a golpes de culata en la regi¨®n yugoslava. Todo sucedi¨® a pesar de los esfuerzos de una responsable de ACNUR, Astrid Van Genderen Stort, para que tal violaci¨®n de los derechos de los refugiados no se consumase. Pero fue en vano.Sin embargo, tanto el ministro de Defensa como el viceministro de Asuntos Exteriores, Bor¨ªs Trajkovski, negaron ayer de forma tajante y con sarcasmos que tales hechos hubieran sucedido. Pero fueron m¨¢s all¨¢ al arremeter con toda crudeza contra el ACNUR. Le acusaron de "no estar nunca donde debe" y de "haber perdido el control sobre la situaci¨®n". Despu¨¦s de la organizaci¨®n de la ONU, le toc¨® el turno a la comunidad internacional, a la que responsabilizaron de la crisis de los refugiados por "falta de previsi¨®n". "Macedonia forma parte de la civilizaci¨®n europea y la comunidad internacional no debe tratarnos como si fueramos un pa¨ªs africano", manifest¨® Trajkovski. Detr¨¢s de tantas quejas s¨®lo se esconden dos reivindicaciones: que los terceros pa¨ªses comprometidos en la crisis aceleren el proceso de evacuaci¨®n de los refugiados y que la ayuda econ¨®mica extranjera llegue de una vez por todas a este pa¨ªs balc¨¢nico.
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