"El PSOE no hipoteca nuestro catalanismo"

Durante los 20 a?os de democracia, Girona no ha tenido otro alcalde que el socialista Joaquim Nadal. Su derrota frente a Jordi Pujol en las elecciones a la Generalitat de Catalu?a de 1995, en las que fue nombrado "presidenciable" por el PSC tras largos meses de titubeos en busca de un candidato, no parece haber erosionado su cr¨¦dito en una ciudad de la que demuestra conocer hasta el m¨¢s m¨ªnimo socav¨®n. Catedr¨¢tico de Historia, casado y con dos hijos, Nadal compagina la alcald¨ªa con su cargo de diputado auton¨®mico del PSC desde 1984.Pregunta. Usted s¨®lo anunci¨® que se presentaba de nuevo a alcalde de Girona cuando Pasqual Maragall decidi¨® enfrentarse a Jordi Pujol, libr¨¢ndole as¨ª de tal responsabilidad. ?No teme que los gerundenses puedan pensar que para usted su ciudad no es m¨¢s que un plato de segunda mesa? Respuesta. Durante 20 a?os he demostrado lo contrario. Y en este caso se produce la siguiente paradoja: si ya cuando fui candidato a la Presidencia de la Generalitat todo el mundo dijo que yo era un candidato de segunda mesa, es muy dif¨ªcil que en lo que respecta a la alcald¨ªa de Girona se pueda decir lo mismo. Habr¨ªa sido una irresponsabilidad por mi parte decir que me volv¨ªa a presentar para alcalde si persist¨ªa una m¨ªnima posibilidad de volver a ser el aspirante a la Generalitat.

P. Si revalida la mayor¨ªa absoluta y, por otro lado, Maragall gana las elecciones catalanas, ?dejar¨ªa la alcald¨ªa para integrarse en el nuevo Gobierno de la Generalitat?

R. Mi compromiso con los gerundenses es por cuatro a?os. Naturalmente que queremos que Maragall gane las elecciones. Pero, hoy por hoy, no nos planteamos ning¨²n tipo de incompatibilidad entre una cosa y otra.

P. En una ocasi¨®n dijo que la vida ¨²til razonable de un alcalde no deber¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de los 20 a?os. ?Ha cambiado de opini¨®n?

R. No, no dije exactamente esto. Dije, entre otras cosas, que en Espa?a no es repetible el modelo del alcalde franc¨¦s, que en algunos casos dura entre 30 y 40 a?os e incluso es compatible con el cargo de ministro. Creo que 20 a?os son muchos y que 24 a¨²n ser¨¢n m¨¢s. Estoy m¨¢s cerca del final que del principio.

P. ?Y no cree que la renovaci¨®n que reclama en la Generalitat tambi¨¦n ser¨ªa buena en los ayuntamientos?

R. Yo he dicho varias cosas al respecto y no exactamente as¨ª. He dicho que, en lo que respecta a la Presidencia del Gobierno espa?ol y a la de la Generalitat, es buena la limitaci¨®n de los mandatos, pero no en los ayuntamientos. En el primer caso, la alternancia garantiza la propia estabilidad del sistema. En el segundo, la continuidad aceptada y asumida por el conjunto de la poblaci¨®n no es negativa, sino que es un valor.

P. Se le considera el representante del ala m¨¢s catalanista del PSC. ?Es ¨¦sta la causa de sus sucesivas mayor¨ªas en un feudo nacionalista como lo es la provincia de Girona?

R. Nuestros resultados en la ciudad de Girona se deben a una suma de hechos: a nuestro programa, a la gesti¨®n, a las candidaturas, a nuestra visi¨®n de la ciudad como un conjunto, a la amplitud de la complicidad social con un proyecto de ciudad, a la profunda implicaci¨®n catalanista de nuestro proyecto y, modestamente, a una peque?a aportaci¨®n personal. Gironisme, si se me permite la expresi¨®n, y catalanismo ser¨ªan dos caras de la misma moneda.

P. ?El catalanismo del PSC sigue hipotecado por el PSOE?

R. No hay absolutamente ninguna hipoteca. La propuesta de federalismo de la diferencia que formulamos desde el PSC es una buena f¨®rmula para resolver el problema del encaje de Catalu?a en Espa?a.

P. ?La autonom¨ªa de los municipios sigue pendiente?

R. Ahora conviene que el Estado reconozca con una reforma legislativa que los ayuntamientos han de tener m¨¢s autonom¨ªa pol¨ªtica y financiera. Y, sobre todo, necesitar¨ªamos una participaci¨®n en alg¨²n impuesto estatal de car¨¢cter m¨¢s flexible que el IBI y el IAE. Por su parte, la Generalitat tambi¨¦n deber¨ªa reconsiderar su relaci¨®n defensiva y enfermiza con los ayuntamientos y reconocer que sin ellos no es posible la reconstrucci¨®n del autogobierno de Catalu?a.