La ruptura del t¨¢ndem
La ca¨ªda del Dow Jones, del tipo de cambio del d¨®lar y de los precios de la deuda p¨²blica fueron el reflejo con el que reaccion¨® la comunidad financiera a la noticia de la dimisi¨®n de Robert Rubin como secretario del Tesoro de EEUU. En cierta medida, a tenor de la r¨¢pida restauraci¨®n de los mercados, puede entenderse como una salutaci¨®n: el convencimiento de que la casa se deja en orden y el reconocimiento a uno de los mejores directores del Tesoro que ha tenido la Administraci¨®n estadounidense, o, al menos, al que ha gozado de mayor fortuna en la consecuci¨®n de sus objetivos y en la gesti¨®n de algunas de las m¨¢s serias amenazas a la estabilidad financiera mundial.En el activo de su balance como el 70? director del Tesoro, la reducci¨®n del importante desequilibrio presupuestario dejado por la Administraci¨®n republicana ser¨¢, sin duda, una de sus m¨¢s importantes contribuciones. El empe?o en la consecuci¨®n de ese prop¨®sito, hasta la definici¨®n de un ligero super¨¢vit, y la complicidad con uno de los m¨¢s h¨¢biles presidentes de la Reserva Federal, Alan Greenspan, son las razones que explicar¨ªan para muchos analistas el registro de una de las etapas de mayor y m¨¢s dilatada bonanza econ¨®mica en aquel pa¨ªs; las mismas que probablemente obligar¨¢n a la actualizaci¨®n de esas clasificaciones de los presidentes americanos por sus logros econ¨®micos a las que nos tiene acostumbrados el profesor Robert Barro.
Ya sea por el tradicional sistema de c¨¢lculo de Arthur Okun, definidor del "¨ªndice de sufrimiento" (agregaci¨®n de las tasas de paro y de inflaci¨®n), como por el refinado por el propio Barro (que trata de tomar en consideraci¨®n la situaci¨®n de partida y el final de las correspondientes administraciones, tomando valores medios, y a?adiendo alg¨²n indicador adicional, como la tasa de crecimiento del PIB y los tipos de inter¨¦s a largo plazo), este ¨²ltimo periodo presidencial seguramente ascender¨¢ a los primeros lugares de esa tabla por obra y gracia del t¨¢ndem Rubin-Greenspan.
Si adem¨¢s de esos indicadores, esencialmente dom¨¦sticos, tom¨¢ramos en consideraci¨®n la capacidad para gestionar perturbaciones propias de la etapa de mundializaci¨®n financiera que a esa pareja les ha tocado vivir ser¨ªa comprensible que el curioso ranking quedara definitivamente encabezado por el presidente que ha tenido la habilidad de retenerlos durante estos a?os.
Rubin se estren¨® en el Tesoro con la crisis de M¨¦xico, de r¨¢pida y eficaz soluci¨®n, y se despide cuando la crisis, que hab¨ªa sido calificada por su patr¨®n, el pasado octubre como la m¨¢s severa del ¨²ltimo medio siglo, se presenta aparentemente controlada.
Es en la g¨¦nesis de esta ¨²ltima donde sus cr¨ªticos localizan el principal pasivo: su empe?o por anticipar el ritmo de liberalizaci¨®n de las transacciones de capital y la apertura de los sistemas financieros en las econom¨ªas emergentes habr¨ªa respondido en mayor medida a las preferencias de sus ex compa?eros en Wall Street (Rubin fue copresidente de Goldman Sachs) que a las necesidades de los pa¨ªses que han resultado m¨¢s da?ados por la crisis.
Rubin tuvo una mayor preocupaci¨®n, en definitiva, por que nuevos pa¨ªses asumieran la libre movilidad internacional de los capitales que por garantizar la disposici¨®n por ¨¦stos de instituciones y sistemas financieros suficientemente sanos y maduros.
El dise?o de esa nueva arquitectura financiera internacional, la superaci¨®n del actual nosistema, es la tarea que, apenas enunciada, le deja a su sucesor, Larry Summers; como subsecretario de ese mismo departamento, Summers ha sido, durante la crisis, un interlocutor de excepci¨®n con el Fondo Monetario Internacional y con la propia Reserva Federal [banco central de EEUU]. Hay quien conf¨ªa, en todo caso, que ser¨¢ un trabajo en equipo si este alejamiento de Rubin de la Administraci¨®n no es sino el preludio del retorno como presidente de la Reserva Federal (Fed), cuando Alan Greenspan sea definitivamente canonizado.
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