El fiscal pide la imputaci¨®n del inspector que firm¨® actas sospechosas a tres empresas

La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ha pedido a la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios, que instruye el caso Torras, la imputaci¨®n del inspector de Hacienda de Barcelona Manuel Abella. ?ste fue el actuario que realiz¨® la inspecci¨®n a las empresas Aciesa, Lodeve y Beaming, que se saldaron con actas con reclamaciones simb¨®licas. La Fiscal¨ªa, que dirige Carlos Jim¨¦nez Villarejo, tambi¨¦n est¨¢ investigando el patrimonio personal de Abella.Las tres empresas antes mencionadas, que realizaron operaciones relacionadas entre s¨ª, fueron inspeccionadas durante la ¨¦poca en la que el jefe de la inspecci¨®n en Catalu?a era Jos¨¦ Mar¨ªa Huguet, quien ha reconocido haber ingresado il¨ªcitamente cientos de millones en una cuenta en Suiza, junto con el ex director general de Hacienda Ernesto de Aguiar.

La relaci¨®n entre Abella y Huguet era, de hecho, indirecta pues el encargado de realizar las inspecciones, Abella, estaba bajo las ¨®rdenes del inspector jefe adjunto, Roger Bergua. Este ¨²ltimo fue hombre de confianza de Huget durante varios a?os.

La primera de las tres sociedades investigadas, Aciesa, fue una verdadera tapadera para el pago de comisiones a terceros y para el cobro de supuestos servicios al Grupo Torras, empresa controlada en aquella ¨¦poca por Javier de la Rosa.

Uno de los aspectos que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n de la Fiscal¨ªa es el de que a pesar de tener muy poco personal y de que apenas contrataba servicios externos a terceras empresas, la inspecci¨®n nunca detect¨® nada extra?o.

A modo de ejemplo, Aciesa declar¨® en 1990 que hab¨ªa pagado 1,8 millones de pesetas en 1990 como salario de su personal, a pesar de lo cual pudo facturar 1.300 millones de pesetas. Los servicios externos contratados sumaron 74 millones. El acta de la inspecci¨®n de ese a?o, en el que la empresa declar¨® p¨¦rdidas de 8.500 millones, fue de tan s¨®lo 500.000 pesetas.

Seg¨²n las fuentes consultadas, "es muy extra?o que Aciesa facture por trabajos y estudios complej¨ªsimos sin apenas personal ni acudir a terceros". Adem¨¢s, "en 1993 ten¨ªa s¨®lo dos empleados y un solo consejero, por lo que es imposible que hiciera los trabajos que aparecen facturados en su contabilidad".

Otro tanto sucede con las otras dos sociedades, aunque en este caso es posible que Abella deba declarar directamente en la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, que est¨¢ instruyendo su propia causa por posibles cohechos en la Inspecci¨®n de Hacienda en Catalu?a durante la etapa de Huguet y Aguiar, pero que no est¨¢n directamente relacionados con el caso Torras.