Preocupaci¨®n en Washington por el rumbo err¨¢tico de la pol¨ªtica rusa

Yevgueni Primakov, a diferencia de V¨ªktor Chernomirdin, nunca fue muy apreciado en Washington por sus conexiones con los sectores nacionalistas y comunistas rusos y con algunos enemigos internacionales de EE UU como Sadam Husein. Pero su cese por Bor¨ªs Yeltsin fue recibido ayer con preocupaci¨®n en la Casa Blanca y el Departamento de Estado, tanto por la agitaci¨®n pol¨ªtica interna y la paralizaci¨®n del proceso de reformas econ¨®micas que puede provocar en Rusia como por sus consecuencias para la mediaci¨®n de este pa¨ªs en la guerra de Kosovo. "Es un asunto interno ruso", respondi¨® Joe Lockhart, portavoz de la Casa Blanca, a la pregunta de cu¨¢l era la reacci¨®n de Bill Clinton al cese de Primakov. El car¨¢cter obvio de la respuesta revel¨® la turbaci¨®n de Washington al conocer la noticia. "Esperemos que Rusia contin¨²e por el camino de las reformas econ¨®micas y siga desempe?ando un papel positivo en la b¨²squeda de una soluci¨®n al conflicto de Kosovo", a?adi¨® el portavoz de la presidencia norteamericana.Si Primakov era detestado en Washington, su sucesor, Sergu¨¦i Stepashin, es percibido como un duro y "el ¨²ltimo superviviente de la guerra de Chechenia". El Departamento de Estado hizo saber que no le conoce "ninguna credencial reformista".

Clinton ha dado por hecho desde el comienzo del ataque a Yugoslavia que Yeltsin, pese a sus protestas verbales, no adoptar¨¢ ninguna acci¨®n pol¨ªtica o militar que entorpezca a la OTAN y cree el riesgo de un enfrentamiento a gran escala. El l¨ªder ruso, seg¨²n la Casa Blanca, as¨ª se lo ha prometido en sus conversaciones telef¨®nicas.

El vicepresidente Al Gore, interlocutor de Primakov y de Chernomirdin para Kosovo, cree tambi¨¦n que la mala situaci¨®n econ¨®mica rusa pesa mucho m¨¢s en el Kremlin que su indignaci¨®n por los bombardeos de Yugoslavia. A finales de abril, el Fondo Monetario Internacional, con el apoyo de Washington, concedi¨® a Rusia un cr¨¦dito de 4.500 millones de d¨®lares en 18 meses, pero con estrictas condiciones.

La crisis gubernamental rusa sorprendi¨® a Strobe Talbott, subsecretario de Estado, en Mosc¨². Talbott sigui¨® ayer con el programa previsto y se reuni¨® con Chernomirdin para hablar de Kosovo. Pero los analistas del Departamento de Estado no ocultaban su temor a que los bombardeos de Yugoslavia se convierten en un arma de ret¨®rica nacionalista en la lucha por el poder en Rusia.