Yeltsin despide a Primakov y planta cara a la Duma
Los comunistas convocan movilizaciones callejeras y denuncian planes de golpe en Rusia
Como se tem¨ªa, el presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, dej¨® caer ayer el hacha sobre la cabeza de su jefe de Gobierno durante los ¨²ltimos ocho meses, Yevgueni Primakov, y meti¨® de lleno a su pa¨ªs en una crisis pol¨ªtica y constitucional de imprevisibles pero peligrosas consecuencias. Su candidato al relevo, el titular de Interior y primer viceprimer ministro, Sergu¨¦i Stepashin, de 47 a?os, tiene m¨ªnimas posibilidades de que la Duma, dominada por los comunistas y sus aliados, acepte su nombramiento. El l¨ªder del Kremlin, que se ha deshecho de tres primeros ministros en poco m¨¢s de un a?o, huy¨® hacia adelante justo el d¨ªa anterior de que los diputados iniciasen un juicio pol¨ªtico que pretende su destituci¨®n. Ayer le pidieron que dimita de forma voluntaria.
En una alocuci¨®n televisada, en la que se le vio tenso y nervioso, Yeltsin dio como principal motivo de la destituci¨®n de Primakov la necesidad de remediar la desastrosa situaci¨®n social y econ¨®mica. "No necesitamos la estabilizaci¨®n de la miseria y de la decadencia", afirm¨®, "sino una ruptura". Los mercados le respondieron con una ca¨ªda del 4% en la cotizaci¨®n del rublo y del 16% en la Bolsa, que se recuperaba de una larga bajada. Stepashin, hasta ahora jefe de unas poderosas fuerzas de seguridad integradas por cientos de miles de polic¨ªas y soldados, gan¨® su fama de halc¨®n en la violenta represi¨®n del levantamiento independentista de Chechenia entre 1994 y 1996.Al parecer, Primakov se enter¨® ayer mismo de que se quedaba sin trabajo, poco antes de salir hacia el Kremlin para presentar a Yeltsin un informe optimista sobre la situaci¨®n econ¨®mica. Seg¨²n la agencia Interfax, el jefe de la Administraci¨®n presidencial, Alexandr Vol¨®shin, se adelant¨® con otro informe, muy cr¨ªtico con la gesti¨®n del Gobierno.
La prueba de que ni siquiera en el entorno del presidente ha habido unanimidad sobre la destituci¨®n de Primakov es que Oleg Sis¨²yev, lugarteniente de Vol¨®shin (y con frecuencia mensajero de Yeltsin ante la opini¨®n p¨²blica), present¨® ayer mismo su dimisi¨®n.
Las alusiones del presidente a la situaci¨®n econ¨®mica escond¨ªan (aunque sin enga?ar a nadie) motivaciones muy distintas: deshacerse de un Primakov que le hac¨ªa demasiada sombra y que no paraba de ganar popularidad, y contrarrestar el juicio pol¨ªtico que a partir de hoy se abre contra ¨¦l en la Duma por cinco supuestos "delitos graves". Un proceso que irrita hasta el paroxismo a Yeltsin, pero que dif¨ªcilmente conducir¨¢ a su destituci¨®n, ya que, aunque tenga ¨¦xito en la C¨¢mara baja (hace falta el respaldo de 300 de los 450 parlamentarios), a¨²n deber¨ªa pasar por los filtros de los tribunales Supremo y Constitucional, y por el debate y votaci¨®n en el Consejo de la Federaci¨®n (C¨¢mara alta).
Cinco acusaciones
Del ambiente en la Duma ante el impeachment, que est¨¢ previsto que culmine el s¨¢bado con el voto sobre las cinco acusaciones, da idea que ayer se aprob¨®, por 243 votos contra 20, una resoluci¨®n que pide al presidente que renuncie inmediatamente por haber arrojado de nuevo a Rusia a "una crisis gubernamental y a un desarrollo de acontecimientos impredecibles".?Cu¨¢les pueden ser ¨¦stos? El Partido Comunista, mayoritario en la Duma junto a sus aliados nacionalistas, los sugiri¨® en un comunicado en el que se citaban rumores alarmantes de disoluci¨®n ilegal de la C¨¢mara baja, prohibici¨®n de los partidos opositores y detenci¨®n de sus dirigentes. El texto se refer¨ªa tambi¨¦n a la existencia de fuerzas que podr¨ªan estar preparando un golpe, y se ped¨ªa a las fuerzas de seguridad que se atengan a su papel constitucional.
El l¨ªder del partido, Guennadi Ziug¨¢nov, asegur¨® que la actitud de Yeltsin supone "una quiebra pol¨ªtica a la que seguir¨¢ otra econ¨®mica" y anunci¨® que se estudiar¨¢ organizar protestas callejeras en todo el pa¨ªs contra la arbitrariedad del presidente. "Conf¨ªo en la reacci¨®n del pueblo", se?al¨®. Los fantasmas de escenarios no constitucionales son los que hacen especialmente preocupantes para la oposici¨®n el nombramiento de Sergu¨¦i Stepashin como primer ministro en ejercicio y candidato a serlo de forma definitiva. El hasta ahora titular de Interior y vicejefe de Gobierno (que tendr¨¢ como n¨²mero dos al ex ministro de Ferrocarriles Nikol¨¢i Axi¨®nenko) controla -junto al jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Vlad¨ªmir Putin, otro fiel de Yeltsin- "ministerios de fuerza" vitales.
Tanto el despido de Primakov -quien lo celebr¨® y¨¦ndose al f¨²tbol, a ver la final de la Copa de la UEFA- como el nombramiento de Stepashin estaban casi anunciados. En las ¨²ltimas semanas, Yeltsin hab¨ªa llegado al extremo de no estrechar en alguna ocasi¨®n la mano de su primer ministro, de referirse a ¨¦l como a alguien que, "de momento", le era ¨²til, aunque despu¨¦s, dec¨ªa, "ya se ver¨¢", y hasta el punto de echarle broncas en p¨²blico.
La ¨²ltima vez fue el pasado d¨ªa 5, en una reuni¨®n con el patriarca ortodoxo Alejo II. El l¨ªder del Kremlin lanz¨® tambi¨¦n entonces otra se?al. Ante las c¨¢maras de televisi¨®n hizo que Stepashin, al que d¨ªas antes hab¨ªa ascendido, se cambiase de silla hasta situarse al lado de Primakov. ?ste puso cara de p¨®quer, como si intuyera que pronto tendr¨ªa que cederle su propio asiento.
S¨®lo el magnate Bor¨ªs Berezovski, que lleg¨® a ser calificado como el Rasput¨ªn del Kremlin, y que sali¨® trasquilado de un enfrentamiento directo con el primer ministro, se atrevi¨® a mostrarse euf¨®rico con la destituci¨®n de Primakov.
El ex vicejefe de Gobierno Anatoli Chub¨¢is insinu¨®, por su parte, que no hab¨ªa sido ajeno a la decisi¨®n, gracias a numerosas conversaciones con Yeltsin en las ¨²ltimas semanas. Sin embargo, la mayor¨ªa de los dirigentes de los partidos (y no s¨®lo los de la izquierda) coincidieron en se?alar que es preocupante la destituci¨®n de un primer ministro que logr¨® una estabilidad pol¨ªtica que ahora, como tantas veces en la nueva Rusia, vuelve a pender de un hilo.
La ca¨ªda de Primakov, por otro lado, alterar¨¢ las complejas relaciones de Rusia con el Fondo Monetario Internacional, al que el Kremlin ha solicitado un pr¨¦stamo urgente de 4.500 millones de d¨®lares (700.000 millones de pesetas) para poder hacer frente a su deuda externa y desbloquear nuevos cr¨¦ditos.
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