La ultraderecha serbia rechaza la presencia de 'cascos azules' en Kosovo

Impert¨¦rrito ante el rechazo aliado a su plan de repliegue parcial de Kosovo, Slobodan Milosevic eligi¨® ayer, la jornada m¨¢s violenta desde el inicio de la ofensiva a¨¦rea de la OTAN, para condecorar a 30 oficiales yugoslavos. El l¨ªder serbio reconoci¨® ayer, por primera vez, que en esta guerra ha habido "muchas bajas" en el Ej¨¦rcito. La ultraderecha, mientras, rechaza incluso la presencia de cascos azules de Naciones Unidas en Kosovo.

Fue el propio l¨ªder ultranacionalista Vojislav Seselj, presidente del Partido Radical de Serbia (SRS) y viceprimer ministro, quien sali¨® a las calles de Belgrado para manifestar su oposici¨®n a cualquier tipo de intervenci¨®n internacional en Kosovo, incluyendo el env¨ªo de tropas de la ONU: "Cualquier repliegue es una mala soluci¨®n".En ning¨²n momento de su homenaje a los militares condecorados, Milosevic revel¨® detalles de su plan de reducci¨®n de la fuerza de aproximadamente 49.000 hombres en Kosovo. Tampoco habl¨® de las fren¨¦ticas gestiones diplom¨¢ticas para detener el conflicto, que ayer cumpli¨® 50 d¨ªas. Pero el presidente yugoslavo admiti¨®, por primera vez en p¨²blico, que el Ej¨¦rcito ha sufrido bajas. "Durante esta lucha han muerto valientemente muchos miembros de la polic¨ªa y los servicios de seguridad", dijo. "Su sacrificio es un brillante ejemplo de coraje y devoci¨®n al pueblo y a la patria", agreg¨®. "Hab¨¦is suprimido e incapacitado al enemigo".

El presidente no revel¨® la magnitud de las bajas militares. Pero dio a entender que cualquiera que fuese ¨¦sta, no es necesariamente la final. "Estoy convencido de que en el futuro nuestros soldados defender¨¢n la soberan¨ªa, integridad y libertad del pueblo".

El mensaje de Milosevic fue transmitido por la agencia Tanjug mientras oleadas de bombarderos aliados demol¨ªan objetivos en diversos sectores del territorio yugoslavo en algo que tanto Belgrado como la OTAN describieron como "el peor d¨ªa de bombardeos" desde el inicio de la ofensiva, el 24 de marzo.

Lejos de empujar a Milosevic hacia una capitulaci¨®n, los ¨²ltimos bombardeos est¨¢n exacerbando visiblemente los ¨¢nimos de los ultranacionalistas como Seselj, uno de los tres socios en la coalici¨®n de Gobierno -los otros dos son el Partido Socialista Serbio (SPS), de Milosevic, y la Izquierda Unida Yugoslava (JUL), de su esposa, Mirjana Markovic-. "No necesitamos tropas de ning¨²n pa¨ªs en nuestro territorio, ni siquiera soldados de Naciones Unidas. ?ste es nuestro pa¨ªs y no vamos a permitir que se viole su soberan¨ªa", dijo el fogoso dirigente ante el grupo de personas que pugnaba por estrecharle la mano durante su aparici¨®n en la plaza de la Rep¨²blica. All¨ª firmaba aut¨®grafos en la portada de su revista, Gran Serbia, donde, debajo de la estrella de la OTAN, que hab¨ªa sido alterada para convertirla en una esv¨¢stica, rezaba un gran titular: "Clinton, el nuevo Hitler".

Pero no lejos de aquel ruidoso festival de ultranacionalismo, un joven estudiante de pedagog¨ªa que acaba de ser reclutado al Ej¨¦rcito y conversaba con un grupo de amigas dijo: "Si el env¨ªo de tropas de la OTAN a Kosovo nos trae la paz, pues que vengan". "Todo el mundo est¨¢ cansado de la guerra. Solo queremos una paz para todos", agreg¨® una de las muchachas.