El PNV brind¨® a Ardanza un sobrio homenaje de despedida y agradecimiento Arzalluz alaba su serenidad y el sosiego aportado a la vida pol¨ªtica
"Me dijeron que deb¨ªa decir algo adem¨¢s de dar las gracias y lo he hecho". As¨ª justific¨® el lehendakari Ardanza el compacto contenido pol¨ªtico del discurso que dirigi¨® ayer a cargos p¨²blicos e internos y afiliados del PNV, reunidos en el homenaje que por fin le tribut¨® su partido. Ardanza, emocionado en alg¨²n momento, pas¨® r¨¢pidamente por las dificultades de su mandato, que Arzalluz hab¨ªa resaltado con insistencia antes, y no se sustrajo a vaticinar que el a?¨® 2000 el Gobierno central tendr¨¢ que afrontar el contencioso vasco.
Cerca de 2.000 personas, en su mayor¨ªa cargos p¨²blicos e internos del PNV, se reunieron ayer, sin llegar a llenar el aforo del auditorio del Palacio Euskalduna, en el homenaje tributado al ex lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza. Un acto de agradecimiento adeudado desde que abandon¨®, el pasado mes de enero, el cargo ocupado durante 14 a?os. Hasta ayer, Ardanza hab¨ªa recibido el reconocimiento de todos los ex-consejeros de sus sucesivos gobiernos, reunidos a iniciativa de Ram¨®n J¨¢uregui en torno a una mesa en una bodega de la rioja alavesa y, como ¨¦l mismo record¨® "el homenaje permanente" de la gente que le saluda y le para por la calle. Y tambi¨¦n aquel otro, "espont¨¢neo", que le tributaron los asistentes al ¨²ltimo m¨ªtin de la campa?a de las elecciones auton¨®micas, cuando pas¨® el testigo a Juan Jos¨¦ Ibarretxe.. Aquel d¨ªa, dijo ayer, s¨ª se sinti¨® realmente "abrumado". Lo del Euskalduna fue m¨¢s fr¨ªo. Hubo aplausos al inicio y al final, largos, con todo el mundo puesto en pie, pero entusiasmo limitado. Ardanza apareci¨® en el escenario del auditorio seguido, dos pasos atr¨¢s, a su izquierda, por Xabier Arzalluz. Los presidentes de las ejecutivas regionales del PNV, incluidas Navarra e Iparralde, se colocaron detr¨¢s, rodeando a ambos, mientras presenciaban los bailes de saludo. Ardanza recibi¨® una rosa roja de una de las dantzaris. En la primera fila del auditorio se sentaron el actual lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe y el presidente del Parlamento, Juan Mar¨ªa Atutxa, acompa?ados por los diputados generales, los presidentes de las Juntas y otros cargos institucionales. Detr¨¢s, la ejecutiva del PNV, los miembros del Gobierno actual y algunos ex consejeros, entre los que pudo verse a Juan Ram¨®n Guevara. Despu¨¦s, representantes de todas las juntas municipales del PNV, de su tribunal y de todos sus ¨®rganos internos, miembros de EGI, de la Asamblea Nacional, de las agrupaciones de Madrid, Venezuela, Uruguay y Argentina; en suma, de los 270 estamentos que componen la organizaci¨®n interna peneuvista, seg¨²n aclar¨® el presentador del acto, Juan Luis Biku?a. Todos reunidos para reconocer "la labor, la generosidad y el esfuerzo" de Jos¨¦ Antonio Ardanza durante sus 14 a?os de mandato en Ajuria Enea. Al final del acto le entregar¨ªan un libro de firmas en el que cada una de las agrupaciones locales del partido ha estampado su dedicatoria y sus palabras de reconocimiento. Un Arzalluz circunspecto y hasta ce?udo se encarg¨® de glosar la figura de Ardanza. "Si quisiera, ser¨ªa a¨²n lehendakari", dijo al principio. "No se le manda a ning¨²n desv¨¢n", aclar¨® al final. Tambi¨¦n le record¨® que, como afiliado, tiene obligaciones con el partido y solt¨® un enigm¨¢tico "qui¨¦n sabe, quiz¨¢ vuelva a presentarse". "Este pa¨ªs va bien", resalt¨® el l¨ªder del PNV, que neg¨® la necesidad de carisma en la pol¨ªtica. "No se?or, lo que hace falta es seriedad". Arzalluz demostr¨® una memoria de elefante para rememorar las dificultades - "los desprecios y los insultos", precis¨®-, que soport¨® Ardanza en sus dos primeros a?os de mandato, cuando sustituy¨® a Garaikoetxea. Incluso desvel¨® los vac¨ªos sufridos por sus hijos en la ikastola a la que asistieron en sus primeros a?os en Vitoria. No olvid¨® lo dif¨ªcil que le result¨® sacar a Euskadi al mundo llevando detr¨¢s "la sombra de ETA", a cuya acci¨®n, dijo, "muchos pusieron altavoces, porque esa era la imagen que conven¨ªa dar de nosotros". En su respuesta, Ardanza no se priv¨® de contradecirle: es verdad que "algunos tocaron los tambores, pero debajo hab¨ªa una realidad, la existencia de la violencia". Ella fue, dijo "un problema vital que siempre he llevado dentro". Ardanza se?al¨® que los malos momentos de la escisi¨®n del PNV eran cosa pasada y habl¨® de su "obsesi¨®n por tender puentes". Apost¨® que el pr¨®ximo a?o el Gobierno central tendr¨¢ que abordar el "contencioso vasco" y reivindic¨® soberan¨ªa con respeto a la pluralidad.
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