A salvo de naufragios
El socialista Paco V¨¢zquez gobierna desde 1983 y sin oposici¨®n en A Coru?a tras resistir toda clase de batallas y esc¨¢ndalos.
,Se le desploma el vertedero de basuras causando una cat¨¢strofe ecol¨®gica y, pocos d¨ªas despu¨¦s, Francisco V¨¢zquez se hace una fotograf¨ªa con dirigentes de Greenpeace y anuncia el plan de tratamiento de residuos m¨¢s avanzado de Espa?a. Se descubre que su mujer se ha beneficiado de recalificaciones urban¨ªsticas del Ayuntamiento de A Coru?a (240.000 habitantes) y V¨¢zquez se autodenuncia a la fiscal¨ªa y sale indemne del esc¨¢ndalo. Se publica que narcotraficantes hondure?os han aprovechado contratas municipales para blanquear dinero y Paco, como ¨¦l prefiere que le llamen, consigue que todas las fuerzas vivas de la ciudad se movilicen en su defensa...Hasta su admirado Charles de Gaulle acab¨® vencido por una revuelta juvenil, pero, de momento, no ha habido fuerza humana capaz de derrotar a este singular socialista, de 52 a?os, cat¨®lico, aficionado a la gomina y "enamorado del principio de autoridad", inspector de trabajo de profesi¨®n, miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE y alcalde de A Coru?a con mayor¨ªa absoluta desde 1983.
Ya pueden dimitir Felipe Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Borrell o toda la direcci¨®n del PSOE. Ya puede el PP hacerse con el Gobierno central y dominar abrumadoramente el panorama pol¨ªtico en Galicia. Ya puede retarle Augusto C¨¦sar Lendoiro, el presidente del equipo de f¨²tbol local, el Deportivo, en el instante de mayores ¨¦xitos de su historia -lo hizo tres veces, siempre en vano, hasta que su partido, el PP, le apart¨®-...
Su habilidad y el afecto que por ¨¦l sienten los coru?eses ponen a V¨¢zquez a salvo de naufragios. Si algo tiene seguro el PSOE el pr¨®ximo 13-J es que en A Coru?a seguir¨¢ gobernando con mayor¨ªa absoluta. Seg¨²n las encuestas, incluso es probable que la ampl¨ªe.
La noche de las ¨²ltimas elecciones municipales fue un valle de l¨¢grimas para los socialistas gallegos. En Santiago perdieron la mayor¨ªa absoluta y en Vigo la alcald¨ªa. V¨¢zquez era entonces el secretario general del PSdeG, pero, como ¨¦l hab¨ªa vuelto a triunfar en A Coru?a, no le import¨® la desolaci¨®n ajena y, radiante de alegr¨ªa, bail¨® una mui?eira ante las c¨¢maras. El gesto enfureci¨® a sus compa?eros. A los dos d¨ªas, V¨¢zquez compareci¨® ante los periodistas en la sede del PSdeG, pidi¨® permiso para fumarse un purito, esboz¨® una sonrisa maliciosa a lo Robert de Niro y espet¨®: "?Tanto les han afectado los resultados?".
As¨ª es este personaje vehemente, cautivador para su seguidores y despiadado para sus adversarios, con un talento oratorio poco com¨²n para enardecer a las masas y un acerado y, con frecuencia mal¨¦volo, sentido del humor.
V¨¢zquez guarda en su casa una nutrida colecci¨®n de c¨®mics y ha reconocido alguna vez que su afici¨®n a las historietas puede haberle inculcado cierto car¨¢cter maniqueo. Tanto le gustan los tebeos que ¨¦l mismo se convirti¨® en el personaje de uno de ellos: un libro pagado por el Ayuntamiento que relataba en vi?etas la historia de la ciudad y acababa presentando la figura de su alcalde como la culminaci¨®n a largos siglos de progreso.
A veces da la impresi¨®n de que V¨¢zquez cultiva m¨¢s la amistad de sus rivales pol¨ªticos que la de sus compa?eros. Una buena parte del PSdeG no oculta su animadversi¨®n hacia ¨¦l mientras el propio secretario general del PP gallego, Xos¨¦ Cui?a, le pone como ejemplo de buena gesti¨®n. En A Coru?a algunos de sus m¨¢s fervientes admiradores provienen de la derecha tradicional. La izquierda ajena al PSOE trat¨® de caricaturizarle como Pacochet, pero lo cierto es que arrasa en los barrios m¨¢s proletarios. Los nacionalistas nunca le perdonar¨¢n su resistencia a aceptar el top¨®nimo gallego de la ciudad.
Y es que, como todas las personalidades arrolladoras, V¨¢zquez parece cultivar las contradicciones. Fue guerrista confeso mientras se procuraba los favores de medios como el Abc o la Cope y se opon¨ªa al aborto. Le gusta coquetear con el republicanismo, pero uno de sus referentes es Alfonso Molina, alcalde franquista de A Coru?a en los a?os 50, tan c¨¦lebre por sus grandes obras como por su vida disipada. Fustiga sin cesar los nacionalismos y, a la vez, exacerba las pasiones localistas en su ciudad, hasta el punto de pedir p¨²blicamente, como hizo hace algunos a?os, "sarna para el resto" de Galicia o llamar "extranjero" a su rival del PP en estas elecciones, Antonio Erias, por haber nacido en Vigo.
En muchas ocasiones se ha dicho que su ¨²nico fracaso ha sido no alcanzar la presidencia de la Xunta, pero ¨¦sa es una verdad a medias. A V¨¢zquez, admiten sus colaboradores, le importa poco la pol¨ªtica auton¨®mica. Lo suyo es el municipalismo y los asuntos de Estado. Si siempre ha intentado dirigir al PSdeG ha sido para garantizarse un puesto entre los barones territoriales del PSOE. S¨®lo una vez, en las primeras elecciones auton¨®micas, las de 1981, encabez¨® la candidatura socialista a la Xunta. Entonces era el secretario general del PSdeG, cargo del que dimiti¨® meses despu¨¦s porque su partido apoy¨® que la capitalidad de la autonom¨ªa se estableciese en Santiago. V¨¢zquez se puso al frente del movimiento localista coru?¨¦s, alcanz¨® la alcald¨ªa en 1983 y ya no la solt¨®.
En los a?os siguientes, mientras transformaba la ciudad con obras tan ambiciosas como el mayor paseo mar¨ªtimo de Espa?a, el orgullo de todos los coru?eses, sigui¨® esforz¨¢ndose por dirigir el partido colocando en la Secretar¨ªa General a personas de su confianza. Cuando alguno trat¨® de volar por libre lo fulmin¨® sin contemplaciones. En 1994, una grave crisis interna le oblig¨® a tomarla de nuevo personalmente. Tras el estrepitoso fracaso de Abel Caballero, el candidato designado por ¨¦l para las auton¨®micas de 1997, V¨¢zquez dimiti¨® por segunda vez y volvi¨® a atrincherarse en su feudo coru?¨¦s, donde no pierde oportunidad de lanzar pullas a la nueva direcci¨®n, que encabeza su antiguo protegido Emilio P¨¦rez Touri?o.
A saber cu¨¢les son sus planes, ahora que se dispone a conquistar su quinta mayor¨ªa absoluta mientras el partido afronta la crisis abierta por la renuncia de Jos¨¦ Borrell. Pero el pasado d¨ªa 9, anticip¨¢ndose a los acontecimientos, ya dijo en una entrevista en el diario Faro de Vigo: "Ni Borrell ni nadie. Al PSOE debe dirigirlo un presidente auton¨®mico o un alcalde".
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