Fot¨®grafos de la memoria

Alfonso fotografi¨® un zepel¨ªn sobrevolando la Gran V¨ªa; Luis Federico Guirao tom¨® los impresionantes lavaderos del r¨ªo Manzanares; Jos¨¦ D¨ªaz Casariego logr¨® la perturbadora imagen de un control callejero el 19 de julio de 1936, y gracias a un an¨®nimo conocemos hoy c¨®mo era la calle de Alcal¨¢ de finales del siglo XIX.La exposici¨®n Madrid, laberinto de memorias re¨²ne, desde ayer y hasta el pr¨®ximo 13 de junio en el C¨ªrculo de Bellas Artes, 180 im¨¢genes hist¨®ricas de una vieja capital hoy casi irreconocible. "Una ciudad que conservamos gracias a los fot¨®grafos, al principio s¨®lo extranjeros, que trabajaron aqu¨ª", se?ala el comisario de la muestra, el fotohistoriador Publio L¨®pez Mond¨¦jar. Dividida en cinco apartados, la exposici¨®n, organizada por la Obra Social de Caja Madrid y por Lunwerg Editores, cuenta con un libro cat¨¢logo que incluye todas las fotograf¨ªas expuestas, una amplia documentaci¨®n iconogr¨¢fica (carteles, postales, retratos de autores) y un texto del propio L¨®pez Mond¨¦jar, quien ha reunido fondos p¨²blicos y privados para este recorrido fotogr¨¢fico.

L¨®pez Mond¨¦jar ha pretendido mostrar la evoluci¨®n de la fotograf¨ªa en Madrid desde 1839 hasta las v¨ªsperas de la guerra civil. Y para ello ha primado el valor documental frente al art¨ªstico: "No s¨¦ si esta fotograf¨ªa es arte, no me interesa", dice L¨®pez Mond¨¦jar se?alando una panor¨¢mica de finales del siglo XIX de la Puerta del Sol. "Pero documento s¨ª es", a?ade el comisario, para quien la fotograf¨ªa es el lenguaje m¨¢s adecuado para volver la vista a la historia.

Ante otra fotograf¨ªa, L¨®pez Mond¨¦jar afirma: "Adem¨¢s, esta exposici¨®n les pone cara a muchas personas que conocemos". El comisario se?ala entonces el rostro regordete y con bigote de un tipo bajito que, en actitud alegre, se marca un paso de baile: es Federico Chueca, que aparece en una fotograf¨ªa de 1881 celebrando el estreno de La Gran V¨ªa junto a Joaqu¨ªn Valverde Dur¨¢n, Felipe P¨¦rez y Gonz¨¢lez, Juli¨¢n Romea y Pedro Ruiz de Arana.

Espartero, Frascuelo, Belmonte, un jovenc¨ªsimo Valle-Incl¨¢n con su hija, P¨ªo Baroja, Unamuno y la reina Victoria son otros de los retratos, ya m¨¢s conocidos, que completan la exposici¨®n, en la que no falta la famosa vendedora de pavos de Alfonso (una de las im¨¢genes m¨¢s emblem¨¢ticas del viejo Madrid) o escenas callejeras en la plaza Mayor y la Gran V¨ªa.

Adem¨¢s, hay bailes de disfraces en los salones de la marquesa de Esquilache, un partido de f¨²tbol en el primitivo campo del Real Madrid, un combate de boxeo de 1910, un equipo de campeones de lucha libre, una clase de m¨²sica en un colegio de se?oritas, el primer establecimiento de la casa Loewe, de 1905, o una espectacular ma?ana de domingo en el paseo de Recoletos.

La exposici¨®n se interrumpe el mismo d¨ªa de la sublevaci¨®n militar contra la Rep¨²blica con la fotograf¨ªa de Jos¨¦ D¨ªaz Casariego (una imagen del archivo gr¨¢fico de la agencia Efe), que adelanta en su concentrada violencia todo el horror que la ciudad conocer¨ªa poco despu¨¦s.