Un desgalichado caballero brit¨¢nico
Cuando, en 1964, apareci¨® en Oxford at The Claredon Press el libro de Raymond Carr Spain, 1808-1939, se daban en nuestro pa¨ªs unas circunstancias ¨®ptimas para que llegara a causar un destacad¨ªsimo impacto. Empezaba a vislumbrarse la inminencia de una transici¨®n y eso daba la sensaci¨®n de fomentar obligadamente el cultivo de la Historia contempor¨¢nea. En la propia Universidad espa?ola, tan reacia a los cambios, un a?o antes se hab¨ªan doblado los departamentos de Historia Moderna y Contempor¨¢nea de modo que muchos profesores tuvieron que optar por una denominaci¨®n o la otra. El propio Carr reconoc¨ªa que se hab¨ªa adentrado en un territorio tan ignorado que se carec¨ªa de mapas fiables sobre ¨¦l. Quienes le conocieron cuando apareci¨® por Espa?a, a?os antes, en sus viajes de investigaci¨®n, recordar¨¢n la sorpresa que les caus¨® su dedicaci¨®n.Aquel libro se caracterizaba por tres rasgos que entonces eran muy originales y que hoy resultan otras tantas obviedades, lo que testimonia hasta qu¨¦ punto fue le¨ªdo con pasi¨®n. En primer lugar, se trataba de un libro de clara predominante pol¨ªtica en un momento en que, por influencia coincidente de la escuela francesa de Annales y del marxismo, empezaba a considerarse como obligado un g¨¦nero de Historia "social" que no siempre estaba destinada a dar buen resultado. Carr no s¨®lo admit¨ªa esa caracter¨ªstica de su libro, sino que la justificaba: el fracaso de Espa?a a lo largo de su contemporaneidad habr¨ªa sido por causas pol¨ªticas. En segundo lugar, era un texto que se revolv¨ªa en contra de ese g¨¦nero de vagas generalizaciones sobre Espa?a y lo espa?ol que poblaban los bienintencionados ensayos de izquierda o de derecha sobre nuestro pueblo. Lo que propon¨ªa, en la pr¨¢ctica, era una interpretaci¨®n de la Historia espa?ola en paralelo con la de otras latitudes cercanas o lejanas. Y, en fin, el libro se extend¨ªa hasta un pasado entonces considerado como muy reciente y que desde aquella fecha no ha hecho sino aproximarse al momento actual. Junto a estos ragos novedosos hab¨ªa en aquel grueso volumen el talante de toda una gran tradici¨®n historiogr¨¢fica: reb¨²squeda de las fuentes, incluso las poco o nada accesibles, visi¨®n liberal, gusto por el matiz o la iron¨ªa y maestr¨ªa en la expresi¨®n literaria. Cuando se conoc¨ªa al autor el impacto era todav¨ªa mayor que el del libro. Este protot¨ªpico profesor de Oxford encerraba, bajo su apariencia desgalichada, un enorme dep¨®sito de curiosidad, inteligencia, sentido del humor y finura intelectual. Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que hacer una antolog¨ªa de sus mejores an¨¦cdotas y frases.
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