Lara reestructura Planeta y considera que a¨²n no ha logrado "estabilizar un equipo"
El grupo editorial celebra con discreci¨®n el 50? aniversario de su nacimiento
El Grupo Planeta culmina una importante reestructuraci¨®n iniciada despu¨¦s de la muerte de Fernando Lara, en 1995. Los cambios internos se combinan con la adquisici¨®n de editoriales: en febrero, el 50% de Altaya, al Grupo Anaya, y en abril el paquete mayoritario de acciones de la prestigiosa Cr¨ªtica. El primer grupo editorial espa?ol sigue creciendo, aunque, admite su consejero delegado, Jos¨¦ Manuel Lara Bosch (Barcelona, 1946), la editorial madre, Planeta, padece cierta inestabilidad. "No tenemos, no s¨®lo nosotros, sino el pa¨ªs en general, una generaci¨®n brillante de j¨®venes editores", opina Lara.
El Grupo editorial Planeta celebra este a?o con discreci¨®n su cincuenta cumplea?os. ?Sab¨ªa el patriarca, Jos¨¦ Manuel Lara Hern¨¢ndez, cuando compr¨® la editorial Tartesos por 200.000 pesetas, que acabar¨ªa convirti¨¦ndose en el primer grupo editorial espa?ol? En 1997 tuvo 8.000 millones de pesetas de beneficios, 2.000 m¨¢s que el a?o anterior, y la empresa tiene recursos propios de 80.000 millones de pesetas.La gran reestructuraci¨®n del grupo se inici¨® despu¨¦s de la muerte de Fernando Lara Bosch, en 1995, con la fusi¨®n del los dos holdings: Planeta Holding, que dirig¨ªa Jos¨¦ Manuel Lara Bosch, y Planeta Corporaci¨®n, que llevaba su hermano Fernando. Se cre¨® un solo grupo, Planeta Corporaci¨®n, dirigido por un sanedr¨ªn de cuatro personas a cuya cabeza est¨¢ Lara Bosch como consejero delegado e integrado por Josep Miquel Abad (director general de negocios), Francisco Constans (director general de gesti¨®n, recursos humanos, auditor¨ªas y aspectos jur¨ªdicos) y Jos¨¦ Creueras (consejero de la presidencia y responsable de las relaciones institucionales del grupo y de la comunicaci¨®n corporativa).
"Las empresas que est¨¢n vivas est¨¢n en permanente reestructuraci¨®n", afirma Lara Bosch. "De un tiempo a esta parte, el grupo se ha dividido en cinco grandes ¨¢reas: Librer¨ªas, que agrupa las editoriales de venta al detalle; Venta Directa, que incluye la famosa venta a cr¨¦dito, venta por vendedores y venta por marketing directo, y Coleccionables, Internacional y Multimedia". Ahora se est¨¢ culminando la divisi¨®n de Librer¨ªas en cuatro sub¨¢reas: "La Literaria (Seix Barral y Destino), la Universitaria (Ariel y Cr¨ªtica), Ediciones Generales (Planeta, Temas de Hoy, Mart¨ªnez Roca) y Mass Market (Booket, Geoplaneta e Infantil)", apunta Lara Bosch.
"En cuanto supimos que Gonzalo Pont¨®n dejaba el Grupo Mondadori Grijalbo, nos interesamos por Cr¨ªtica, una editorial especializada en temas hist¨®ricos, ling¨¹¨ªsticos y literarios, que se completa muy bien con nuestra Ariel, m¨¢s centrada en temas de derecho y de econom¨ªa. Josep Llu¨ªs Castillejo seguir¨¢ como director general de Ariel, y Pont¨®n dirigir¨¢ toda la l¨ªnea universitaria".
Ilusi¨®n por Alianza
Se ha dicho que para reforzar esta l¨ªnea les gustar¨ªa comprar tambi¨¦n Alianza Editorial. "De Alianza tengo que hablar con mucho cuidado, porque lo que dije molest¨® bastante al grupo Anaya. Cuando me preguntaron [La Vanguardia], como me lo pregunta usted, dije que s¨ª. Pero eso no depende de m¨ª, para que pueda comprarla el otro tiene que querer venderla. Pues claro que s¨ª, si pudi¨¦ramos... Es una editorial que hace mucha ilusi¨®n. Nuestro grupo es econ¨®mico antes que nada, pero siempre te queda el corazoncito de ser editor y te gustan las cosas emblem¨¢ticas".
El grupo compra y crece, pero transmite una sensaci¨®n de inestabilidad. Ayer mismo se supo que Oleguer Sarsanedas, director editorial de Planeta, dejar¨¢ el cargo a finales de junio. [Esta entrevista fue realizada anteriormente y ayer nadie en Planeta quiso pronunciarse]. Joaqu¨ªn Palau dej¨® su cargo como director de no ficci¨®n de Planeta, y su sustituto, Francisco Serrano, dur¨® poqu¨ªsimo. Mar¨ªa Antonia de Miquel, editora, y Eugenio Calsalmiglia, director general, han dejado recientemente Destino; Juan Gonz¨¢lez se ha ido de Espasa, otra de las editoriales del grupo, para incorporarse a Santillana.
"Hay inestabilidad, es cierto, y no lo voy a negar. Es algo que no nos gusta y no es un buen camino. Han coincidido varias cosas. Por una parte, las edades de jubilaci¨®n, como la de Mario Lacruz en Seix Barral, o la de Fernando Calvo en Mart¨ªnez Roca. Y despu¨¦s, debido a la reestructuraci¨®n, ha habido editoriales en las que se han producido m¨¢s cambios de los que nos gustaban". ?Por ejemplo? "Yo dir¨ªa que en estos momentos mi mayor preocupaci¨®n es que no conseguimos estabilizar un equipo permanente en la propia Planeta". ?Hay menos editores? "El oficio de editor es muy dif¨ªcil de inventar. No hay f¨¢bricas ni escuelas de editores. No tenemos, no s¨®lo nosotros, sino el pa¨ªs en general, una generaci¨®n brillante de j¨®venes editores. Al no haber una m¨¢quina que los fabrique, se tienen que hacer ellos mismos. Puedes ayudar, puedes colaborar, puedes crear un ambiente de trabajo para generar gente, pero lo que no puedes hacer es invent¨¢rtelos. Un grupo como el nuestro tiene que estar busc¨¢ndolos, gener¨¢ndolos, evitando que se te vayan. Basilio Baltasar, por ejemplo, era el hombre ideal para director de ficci¨®n de Planeta, pero cuando Lacruz se jubila tenemos que pasarlo a Seix Barral".
C¨®mo generar editores
"Es lo que m¨¢s me preocupa de Planeta: hemos abastecido de editores a varias empresas del grupo y esto ha creado una situaci¨®n de interinidad. De esto se ha resentido al final Planeta, donde tenemos un problema b¨¢sico: generar editores". "Hemos vivido una historia entra?able y clara de la escasez que hay de editores: Juan Gonz¨¢lez estuvo en el Grupo Tim¨®n, creo que no demasiado bien aprovechado en aquel momento. Se va a Espasa, hace un trabajo excelente y le redescubren en Santillana, y le hacen una oferta que entendemos que para ¨¦l era irresistible. Era volver a su casa, a la que ten¨ªa mucho cari?o. Cuando hay un buen profesional estamos pele¨¢ndonos por tenerlo unos y otros, porque hay escasez".
Es uno de los temas que m¨¢s obsesiona a Lara. "Para ir bien deber¨ªamos tener de 20 a 25 buenos editores en el grupo para manejar todas las l¨ªneas, y a eso yo renuncio. Tenerlos, s¨ª, pero que sean buenos los 20 o 25 es imposible. Y cuando hay cambios a veces te equivocas y no entra el que debe. En nuestra primera ¨¦poca en Espasa, no acertamos con los editores, que decidieron imitar la f¨®rmula de Temas, que iba muy bien, en lugar de crear la f¨®rmula Espasa. En cambio, Juan Gonz¨¢lez tuvo una buena visi¨®n: cre¨® la marca Espasa y logr¨® un mercado claro".
?Fue un error la adquisici¨®n del 40% de las acciones de Tusquets? El a?o pasado la editorial las recompr¨®. "Intentar¨¦ explicarlo de la manera m¨¢s f¨¢cil. Hay un refr¨¢n catal¨¢n que dice "vol i dol" ("quiere y duele"). Antonio L¨®pez Lamadrid y Beatriz de Moura, pero sobre todo Lamadrid, ten¨ªan claro la dificultad de una editorial aislada sin los beneficios de las econom¨ªas de escala de un verdadero grupo. Pero, cuando se plantea, duele la integraci¨®n, pues es una aparente p¨¦rdida de independencia. Creo que eso no es cierto, que hemos demostrado en el grupo que la personalidad de las editoriales se ha mantenido. Desde 1981, en que compramos Seix Barral, no hemos planetizado nunca ninguna editorial. Hemos utilizado los servicios centrales para hacerlas m¨¢s viables, para mejorar sus cuentas de resultados. Lleg¨® un momento en que yo le dec¨ªa a Antonio L¨®pez Lamadrid: "?Para qu¨¦ quieres un almac¨¦n para ti solo?". El grupo puede dar unos servicios comunes, pero si Tusquets considera que el hecho de que distribuya f¨ªsicamente sus libros una central log¨ªstica del grupo es perder independencia, pues entonces vamos mal. Llegar a una situaci¨®n inc¨®moda no ten¨ªa ning¨²n sentido".
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