Estilo de vida "web"
El se?or Bill Gates no s¨®lo es el hombre m¨¢s rico del mundo, sino un completo ide¨®logo, si por tal entendemos a quien influye en las ideas y, consecuentemente, en los h¨¢bitos de una ¨¦poca cualquiera. Arrastrados por los negocios milagrosos de la era digital, a los que Gates da prioridad en su ¨²ltimo libro, pero tambi¨¦n estimulados por la posibilidad de poner en pr¨¢ctica la utop¨ªa de la comunicaci¨®n total -es decir, de hablar con todo el mundo a todas horas-, los contempor¨¢neos hemos ca¨ªdo de cuatro patas en la aventura de engancharnos a la red. Con enorme buena voluntad y no menos descomunal paciencia, los novatos hemos hincado el trasero en la silla y los ojos en la pantalla dispuestos a descubrir el nuevo Nirvana civilizatorio. Y, desde luego, ah¨ª est¨¢, encerrado en unos signos cabal¨ªsticos que la subjetividad de cada cual calificar¨¢, pero que, efectivamente -y ese es el milagro cuando se conocen suficientemente los rudimentos del asunto-, permiten llegar a la otra parte del mundo en unos pocos segundos. A la gente le han gustado siempre las novedades y, desde luego, ¨¦sta lo es. Despu¨¦s de algunos meses de paciente e insistente pr¨¢ctica, y desde una postura de escepticismo cong¨¦nito, puedo dar fe de que este complejo comunicador (no s¨¦ de qu¨¦ otra manera puedo referirme a las posibilidades que se abren cada d¨ªa en mi ordenador) es un invento de primera. Un invento que confirma la tesis de Paolo Fabbri sobre el hombre (o la mujer) centauro, es decir, medio humano / medio m¨¢quina, lo cual tambi¨¦n acarrea consecuencias, y no de poca importancia. Desde la legitimidad que me da, pues, el haberme convertido en internauta, part¨ªcipe de este nuevo mundo virtual y tras haber cumplido, esforzada y trabajosamente, con mis nuevos deberes de modernidad, puedo hasta estar de acuerdo con Bill Gates en que, gracias a este invento, "los negocios van a cambiar m¨¢s en los pr¨®ximos 10 a?os que lo que han cambiado en los ¨²ltimos 50". Y quien habla de negocios est¨¢, desde luego, hablando de vida: del estilo de vida web. Muy bien. Los gur¨²s y su propaganda pueden tener raz¨®n: tenemos el futuro al alcance de la mano... pero. Cuando uno alcanza el nivel suficiente para penetrar en el mundo web advierte de inmediato la otra realidad del asunto. ?Cu¨¢l es? Muy sencillo, las famosas autopistas de la informaci¨®n cuestan car¨ªsimas y est¨¢n llenas de baches, ladrones, esp¨ªas y peligros mucho m¨¢s propios del Far West que de la presunta modernidad intergal¨¢ctica que se promete. Vistas desde aqu¨ª mismo, esas carreteras al futuro son poco m¨¢s que un carril bici por el que tratamos de circular en un Rolls Royce a toda velocidad. Se nos impulsa a ir lanzados pero las infov¨ªas, los canales y la infraestrucrura por la que circulamos es miserable; como se dir¨ªa en ese lenguaje que abominan los cybernautas, el trabajo de las grandes empresas que construyen las famosas autopistas es claramente tercermundista. Es decir, que el problema, una vez m¨¢s, no somos nosotros, que estamos dispuestos modestamente a lanzarnos a la aventura, sino que son esos grandes holdings de comunicaciones llenos de pretensiones, de grandeur y de propaganda. Una vez m¨¢s: mucho ruido y pocas nueces, otro gran invento puede ir directamente la basura. ?No, por favor! Se?ores telef¨®nicos y fauna adjunta, sean ustedes tan competentes como promete su publicidad. ?Es una ingenuidad pedir estas cosas? Desde luego. A todos los novatos nos cuesta imaginar tanta incompetencia. Y entonces, un d¨ªa, vagando por la red, descubres el refugio natural de tus inquietudes: la capilla virtual dedicada a santa Tecla, patrona de los internautas catalanes. Un lugar donde meditar sobre esta cruz intern¨¢utica, donde rezar por que haya suerte en la conexi¨®n, hacer votos de infinita paciencia y confesarse de los pecados cybern¨¦ticos, es decir, la p¨¦rdida de la f¨¦. ?Santa Tecla, aux¨ªlianos! (http://antaviana.com/capella/index.html).
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