El manillar de Cipollini

En el pelot¨®n la gente comenta, se ven cuchicheos; en carrera, los italianos hablan entre ellos, pero no nos dicen nada a los dem¨¢s. La pol¨¦mica que dicen de esta etapa entre Tafi y Pantani ha debido de ser porque le han dicho al del Mapei que se callara, que no es el m¨¢s indicado para hablar del dopaje.La etapa ha sido de transici¨®n, pero r¨¢pida. De salida ya hemos ido a mil por hora hasta que se ha hecho el corte; despu¨¦s, ya m¨¢s tranquilos, hasta que los equipos de sprinters han considerado que se deb¨ªa dejar ir la escapada. Es que en los primeros 50 minutos hemos ido a 50 de media. Hubo un cortecillo, se fue uno solo, y poco despu¨¦s los otros dos . Y la ONCE all¨ª, por delante, a rotar por la cabeza hasta que se pusieron los de los sprinters, el TVM y el Liquigas, muy, muy r¨¢pido en un terreno que iba para arriba.

Hemos pasado una primera vez por meta, y asustados. Desde all¨ª se ve¨ªa a lo lejos el puerto de tercera que nos esperaba y todos nos pusimos con las orejas tiesas, preocupados porque era muy recto y pens¨¢bamos que se pod¨ªa cortar el pelot¨®n. Pero, por fortuna se ha subido en zigzag, despu¨¦s, en cinco kil¨®metros de bajada, se ha empalmado todo. A cuatro kil¨®metros pinch¨® Frigo, pero enlaz¨®, y por delante gan¨® Cipollini.

Por cierto, Cipollini estren¨® el manillar de una sola pieza. S¨ª, con la tija y el manillar todo uno, y decorado con la foto de una chica ligera de ropa. No s¨¦ si era su mujer, que como estamos en Toscana, su regi¨®n, ha venido a recibirle a la meta.