El Madrid aprovecha el 'efecto Savio'

Son el Madrid y el Mallorca los polos opuestos del f¨²tbol: el Madrid quiere tener mucho tiempo el bal¨®n, al Mallorca no le hace falta; el Madrid quiere partidos con muchos goles; al Mallorca le basta con que haya uno; el Madrid suma despiste tras despiste, el Mallorca pasar¨¢ a las enciclopedias como modelo de concentraci¨®n defensiva y contragolpeante. Ayer busc¨® m¨¢s de lo mismo, y poco le falt¨® para conseguirlo, porque Toshack, el entrenador del Madrid, ten¨ªa el partido entregado para el empate a la altura del minuto 45. Pero ayer el Mallorca se encontr¨® con tres dificultades: no pudo alinear a Biagini, y en eso se resinti¨® su contragolpe; sus delanteros fallaron en varios favores que concedi¨® la defensa madridista; y en la segunda parte apareci¨® el efecto Savio.John Toshack hab¨ªa relegado a Savio una vez m¨¢s en la alineaci¨®n inicial, en favor de Jarni. Se olvidaba del talento y de la rapidez, del zigzagueo eficaz, de las respuestas en corto del brasile?o, y de su valent¨ªa, para preferir el juego largo del croata, sus centros de rosca y su timidez. Era uno de esos mensajes que los entrenadores env¨ªan al p¨²blico, al rival y, sobre todo, a sus propios jugadores: "tengo miedo".

Savio salt¨® del banquillo para calentarse en el minuto 2 de la segunda parte, con motivo de una lesi¨®n leve de Morientes. Y el estadio le acogi¨® con una ovaci¨®n. Cuando Toshack tom¨® la decisi¨®n de introducir su primer cambio, sali¨® Sanchis por Jarni; y todo el Bernab¨¦u core¨® el nombre de Savio, en una protesta un¨¢nime.

El encuentro comenz¨® con un acoso intenso del Real Madrid, que lanz¨® tres saques desde el rinc¨®n en los tres primeros minutos, y una falta peligrosa en el cuarto. Anunciaba ya su principal peligro de la tarde: los balones bombeados. Para entonces, ya hab¨ªa disparado Roberto Carlos desde lejos (Roa desv¨ªa a c¨®rner), Ra¨²l hab¨ªa estado a punto de empujar el bal¨®n a la red (Roa corta con el pie antes de que el madridista llegue) y Panucci hab¨ªa rematado defectuosamente uno de los siete saques de esquina que el Madrid prodig¨® duante la primera mitad. Y en el sexto lanzamiento desde la esquina lleg¨® el gol de Morientes, sin que apenas mediasen un par de ataques m¨¢s del Mallorca.

La segunda parte comenz¨® igual que la primera, pero en este caso con las ocasiones consecutivas para el Mallorca. Ibagaza fall¨® (ni siquiera dio al bal¨®n) cuando s¨®lo necesitaba enganchar el cuero porque estaba solo a siete metros de la porter¨ªa, Dani tambi¨¦n pifi¨® un disparo con la izquierda dentro del ¨¢rea, y el guardameta madridista desvi¨® a c¨®rner un disparo de Ibagaza. Poco despu¨¦s, Iv¨¢n Campo comet¨ªa una falta innecesaria y peligrosa al borde del ¨¢rea, pero el disparo consiguiente choc¨® en la barrera.

El Madrid dejaba el terreno al rival y empezaba a desorganizarse. Sanchis no serv¨ªa de nada y todo el Bernab¨¦u aclamaba a Savio, que segu¨ªa observando el partido mientras correteaba por la banda. Por fin, en el minuto 57, Toshack congeni¨® con su afici¨®n. Y tal vez consigo mismo y su estrategia preconcebida d¨ªas antes.

S¨®lo la reacci¨®n que Savio suscit¨® en el p¨²blico y lo que los ¨¢nimos de la grada influyeron en los jugadores ya merec¨ªan la pena. Se vio en los dos minutos siguientes: dos jugadas de ataque del Real Madrid, dos remates de Morientes que se marcharon fuera por poco, el primero en jugada de Ra¨²l y el segundo tras el caracoleo del propio Savio entre dos defensas contrarios.

El Mallorca no se inmut¨® mucho, como es costumbre. Sigui¨® a lo suyo con mucho orden y ocupando cada vez m¨¢s las zonas de ataque. Se arriesgaba al contragolpe madridista, pero Seedorf no estaba para muchas inspiraciones, y Panucci tampoco. S¨®lo Savio asustaba.

Con seis minutos de partido esperando todav¨ªa en el reloj, Toshack sac¨® del campo a Ra¨²l y dio entrada a Guti, muy aplaudidos ambos en su cruce de caminos. Al poco, Guti respondi¨® al detalle. Lleg¨® el contraataque que pod¨ªa temer el Mallorca: Iv¨¢n Campo arrebat¨® el bal¨®n a Ibagaza en una entrada terrible con los dos pies, Guti lo tom¨® en el centro del campo y larg¨® un pase hermoso hacia Morientes, que supo diligenciarlo hasta hacer su segundo gol.

El Mallorca conseguir¨ªa por fin su objetivo de marcar en un despiste del Madrid. Lo hizo en el minuto 90, despu¨¦s de que Dani, el autor, se ayudase con el brazo para llevarse el bal¨®n. Ese tanto pod¨ªa haber llegado mucho antes. Pero el efecto Savio, que reanim¨® a un Madrid dormido, lo puso m¨¢s lejos y le quit¨® el valor del empate.