Un diputado del PP dimite tras ser condenado por el Tribunal Supremo

El Tribunal Supremo conden¨® ayer al diputado del Partido Popular por Toledo Jos¨¦ Berm¨²dez Alonso a dos a?os de inhabilitaci¨®n para el ejercicio de la profesi¨®n de abogado por su negligente actuaci¨®n profesional en la tramitaci¨®n de una indemnizaci¨®n para la familia de un fallecido en accidente de tr¨¢fico. Berm¨²dez anunci¨® que recurrir¨¢ en amparo al Tribunal Constitucional, pero present¨® ayer mismo la renuncia a su esca?o del Congreso, pese a que el PP, seg¨²n dijo, le dej¨® "absoluta libertad para decidir".

El Supremo atribuy¨® a Berm¨²dez un delito de deslealtad profesional por el que tambi¨¦n le impone una multa de 270.000 pesetas y le condena a indemnizar a sus antiguos clientes con un total de 7.250.000 pesetas. El abogado y diputado del PP por Toledo se mostr¨® "sorprendido" por la sentencia, pero convoc¨® una conferencia de prensa en su despacho en la que anunci¨® su dimisi¨®n como diputado nacional del PP, "para asumir unas responsabilidades superiores a las que marca la sentencia" y "dar ejemplo". Asegur¨® que no ha recibido "la m¨¢s m¨ªnima presi¨®n" del partido: "Simplemente, se lo he comunicado a Luis de Grandes [portavoz del PP en el Congreso], que en estos momentos es el ¨²nico que lo sabe, y me ha dicho que la decisi¨®n que tome la apoyar¨¢". Sin embargo, seg¨²n fuentes del PP citadas por Europa Press, el diputado "tom¨® la decisi¨®n de renunciar" tras conversar por la ma?ana con De Grandes, quien previamente hab¨ªa hablado con el secretario general, Javier Arenas.Berm¨²dez se ofreci¨® a asesorar a la viuda y los cuatro hijos de Andr¨¦s Moreno, muerto en atropello en Talavera de la Reina en diciembre de 1989, a quienes conoc¨ªa por vivir en el mismo pueblo. Pese a haberles dicho que podr¨ªa conseguirse una indemnizaci¨®n de unos siete u ocho millones de pesetas, no prest¨® atenci¨®n alguna al asunto hasta que el juzgado archiv¨® las diligencias. El acusado no pidi¨® al juzgado que dictase el auto que hubiera determinado el pago de hasta ocho millones de indemnizaci¨®n correspondiente al seguro obligatorio, sino que promovi¨® un juicio de reclamaci¨®n de cantidad contra la aseguradora que se acab¨® sobreseyendo, por ser un procedimiento inadecuado.

"Pese a este fracaso determinado en parte por el error del acusado", prosigue la sentencia, Berm¨²dez continu¨® sin solicitar del juzgado el auto ejecutivo. En cambio, tras advertir a la familia de que ser¨ªa un ¨¦xito si se consegu¨ªa una indemnizaci¨®n de uno o dos millones de pesetas, entr¨® en negociaciones con el abogado de la compa?¨ªa aseguradora, la Mutua Madrile?a en Toledo y pact¨® una indemnizaci¨®n de dos millones. De esa cantidad, Berm¨²dez descont¨® unilateralmente 750.000 pesetas en concepto de honorarios, y el resto del dinero lo guard¨® en un sobre, en su despacho. Despu¨¦s remiti¨® una carta a la familia Moreno para que pasasen a recoger el dinero, pero no consta que dicha carta llegase a sus destinatarios. En diciembre de 1994 la familia contrat¨® a otro abogado que descubri¨® lo sucedido y denunci¨® a Berm¨²dez. En 1988, la Audiencia de Toledo conden¨® a la Mutua a pagar otros seis millones a la familia Moreno.

La sentencia del Supremo, de la que ha sido ponente el presidente de la Sala de lo Criminal, Jos¨¦ Jim¨¦nez Villarejo, considera evidente el perjuicio: "A¨²n hoy, cuando nos acercamos al d¨¦cimo aniversario del accidente, su viuda e hijos no han percibido todav¨ªa la totalidad de la indemnizaci¨®n a que tienen derecho". "El perjuicio no ha consistido ¨²nicamente en el intolerable retraso", prosigue la sentencia, "sino en la comprensible angustia, inseguridad, desconfianza y des¨¢nimo con que han percibido durante largos a?os, desde la presumible modestia de sus posibilidades econ¨®micas y su escaso conocimiento del mundo jur¨ªdico, c¨®mo el tiempo pasaba y sus leg¨ªtimas expectativas se demoraban una vez m¨¢s".

Para el Supremo, el acusado pudo prever que "su desatenci¨®n y desaciertos" podr¨ªan originar una grave demora en los derechos de sus clientes y tuvo que ser consciente de que les estaba perjudicando "durante el a?o largo que tuvo en su despacho una cantidad que les pertenec¨ªa". Sin embargo, le absuelve del delito de apropiaci¨®n indebida del que acusaban sus ex clientes al no considerar veros¨ªmil que quisiera apropiarse del dinero.