Demasiados derechazos

Muchos derechazos ha pegado Eugenio de Mora en su comprometida tarde de soledad frente a seis toros. Sali¨® a hacerle cosas al primero de la serie y ya se li¨® con la mano derecha. Fueron 17 en total, repartidos en cuatro tandas. S¨®lo se ech¨® la muleta a la izquierda una vez, para dar cuatro naturales y el de pecho. Y miren ustedes por donde estos cuatro muletazos zurdos fueron los m¨¢s art¨ªsticos y de mayor cadencia de una faena excesivamente derechista en la que el torero empez¨® falto de acoplamiento y termin¨® m¨¢s centrado. Se quedaba corto el de los Bayones y Eugenio tir¨® bien de ¨¦l en la ¨²ltima tanda con la derecha, compuesta de cinco pases. Como guinda de variedad, introdujo en el trasteo un circular invertido.Su segunda faena fue un calco de la primera. Esta vez los pases con la mano diestra s¨®lo fueron 12, frente a nueve naturales. Y de nuevo el circular invertido. A estas alturas ya empezaban algunos a pensar que el toledano hab¨ªa venido falto de imaginaci¨®n. Pero no. En el tercero cambi¨® el orden. Inici¨® la faena con la mano izquierda y le extrajo al morlaco un total de 11 naturales. Los derechazos fueron 12. La cosa iba ya bien equilibrada y dosificada.

En el cuarto predomin¨® el toreo de rodillas, ese toreo genuflexo que tanto gusta exhibir el toledano. Y el toro, un inv¨¢lido de Alcurruc¨¦n, tambi¨¦n se arrodill¨®. No es la primera vez que ocurre este homenaje mutuo de toro y torero, salud¨¢ndose el uno al otro en esa postura. Se quedaba corto el bicho y manseaba. Al final, termin¨® encerrado en tablas. All¨¢ se fue Eugenio a hacer alardes de valor. Desplantes de rodillas, de espaldas al animal. Tocadura de pit¨®n. Ya saboreaba la parroquia las dos orejas que le iban a dar, pero el diestro no anduvo diestro con el estoque. En esta ocasi¨®n, el toreo de derecha-izquierda fue menor. Ocho derechazos y cinco naturales.

El quinto fue un toro muy violento en el primer tercio, que rompi¨® en la muleta. Con ¨¦l se espatarr¨® Mora y se puso feo toreando. Lo pas¨® con la suerte descargada y generoso empleo del pico. 14 derechazos y cinco naturales, que no consiguieron dominar al toro. Se fue sin torear.

Con el sexto se dirigi¨® a los terrenos de la solanera. All¨ª lleg¨® a darle hasta diez derechazos, con muchos enganchones. Tampoco pudo con ¨¦l. Un presidente excesivamente generoso se pas¨® al darle las dos orejas. ?l sabr¨¢ por qu¨¦.

Es posible que el abusivo empleo de la mano derecha haya convertido en mon¨®tona una tarde que, de haber tenido el torero mayor imaginaci¨®n y repertorio, le hubiera resultado m¨¢s lucida. Eugenio de Mora ha dado un total de 75 derechazos, que, evidentemente, pueden llegar a hartar. Pero el torero ha salvado dignamente su compromiso, siempre dif¨ªcil y arriesgado, de matar seis toros. Lo ha hecho al amparo de sus paisanos, que estaban deseando darle los trofeos en todos los toros. Puede irse contento porque, aunque con el quinto y el sexto ha andado un tanto aperreado, con los cuatro restantes ha podido hacer su toreo y ha terminado por demostrar que es diestro entregado y valiente.