El pueblo del presidente

"Nos toca y ya era hora". En los ¨²ltimos cuatro a?os, Benidorm ha repetido esta frase hasta la saciedad. Tantas veces como proyectos financiados por las arcas auton¨®micas se han presentado, licitado, contratado y ejecutado en la ciudad tur¨ªstica desde cuya alcald¨ªa se catapult¨® el actual presidente de los valencianos, Eduardo Zaplana.Acostumbrados sus dirigentes a quejarse de las escasas inversiones p¨²blicas, con la llegada de Zaplana a la presidencia en 1995 las cosas cambiaron en Benidorm. Los proyectos comenzaron a llegar en cascada y en el plazo de dos a?os la ciudad estaba patas arriba por las obras que, ante unas arcas locales endeudadas hasta el punto de peligrar el pago de las n¨®minas de los funcionarios -situaci¨®n que la oposici¨®n achaca a la gesti¨®n del Zaplana alcalde, que comparan con la que ha hecho famoso a Jes¨²s Gil en Marbella-, han sido sufragadas por la Generalitat en su integridad.

La veintena de obras p¨²blicas ejecutadas de momento, que incluyen hasta un acueducto para garantizar el suministro de agua potable, han supuesto inversiones de diversas administraciones por encima de los 11.400 millones de pesetas mientras se tramitan proyectos por otros 7.000. Esta fren¨¦tica actividad en la mejora de infraestructuras ha caminado pareja a una m¨¢s que cuestionable p¨¦rdida en la calidad de vida. La contaminaci¨®n ac¨²stica crece imparable, la limpieza viaria alcanza sus niveles m¨¢s bajos, el tr¨¢fico es un caos y la pol¨ªtica medioambiental, simplemente, no existe.

A principios de 1997, Zaplana anunci¨® un macroproyecto que, a la postre, se convertir¨ªa en objetivo principal de su mandato: la construcci¨®n de un parque tem¨¢tico para consolidar la oferta tur¨ªstica valenciana. El lugar en el que se construir¨ªa Terra M¨ªtica era un secreto a voces, aunque el presidente encarg¨® informes t¨¦cnicos de todo tipo para justificar la decisi¨®n. El 18 de abril de ese a?o se hizo p¨²blica la noticia: el complejo l¨²dico se construir¨ªa en Benidorm, en un enclave virgen en el que se han expropiado cerca de diez millones de metros cuadrados para acoger una larga lista de actuaciones p¨²blicas y privadas que incluyen la ejecuci¨®n de viales, hoteles de lujo, instalaciones deportivas de ¨¦lite, un zool¨®gico, centros de convenciones y conexiones del ferrocarril y la autopista del Mediterr¨¢neo. La inversi¨®n global, hasta el a?o 2009, se cifra en 183.000 millones.

Benidorm tendr¨¢ parque tem¨¢tico antes de superar vergonzantes carencias para una ciudad que vive exclusivamente del turismo. Desde los bancos de la oposici¨®n y desde la calle nadie se explica c¨®mo, en la recta final del milenio, esta ciudad no dispone de estaci¨®n de autobuses o centros culturales. Y eso pese a que cada a?o se cuentan por millares los autocares que recibe y por muchos m¨¢s los turistas que se quejan de la escasa actividad cultural. El origen pol¨ªtico del presidente se ha convertido casi en una se?a de identidad en la Comunidad Valenciana. Decir hoy que eres de Benidorm es una magn¨ªfica carta de presentaci¨®n para optar a puestos de relevancia en la Administraci¨®n p¨²blica. La cantera de Benidorm aporta al Gobierno auton¨®mico, adem¨¢s del presidente, un consejero, dos subsecretarios, varios directores generales y decenas de cargos medios, adem¨¢s de una prolija cohorte de contratados de confianza en gabinetes, empresas p¨²blicas y centros oficiales.

Zaplana participa activamente en las fiestas de su pueblo, que en noviembre canalizan a la gente a trav¨¦s de pe?as de amigos que alquilan locales de acceso libre al p¨²blico. La del presidente se llama El Picarol (El Cascabel) y la integran una veintena de matrimonios. M¨¢s de la mitad de sus componentes ocupan hoy cargos p¨²blicos.