El Papa mantiene su programa pese a sufrir una ca¨ªda en Varsovia

, ENVIADA ESPECIAL El programa de la octava jornada del viaje del Papa a Polonia se mantuvo ayer sin alteraciones, pese a la ca¨ªda sufrida por Juan Pablo II en la Nunciatura de Varsovia, que requiri¨® tres puntos de sutura. El peque?o accidente, ocurrido poco antes de las ocho de la ma?ana, no le impidi¨® trasladarse en helic¨®ptero, como estaba previsto, a la ciudad de Sandomierz, 200 kil¨®metros al sur de Varsovia, donde celebr¨® misa ante unas 400.000 personas.

El portavoz vaticano, Joaqu¨ªn Navarro Valls, neg¨® que la ca¨ªda se hubiera debido a un desvanecimiento del Pont¨ªfice. El portavoz de la Santa Sede ley¨® una nota oficial: "El Papa ha resbalado antes de abandonar su residencia, en la Nunciatura de Varsovia, caus¨¢ndose una herida lacero-contusa en la sien derecha que ha sido medicada adecuadamente. No se han producido alteraciones de los par¨¢metros biol¨®gicos, en particular de la presi¨®n arterial y de la actividad cardiaca. Invariada la situaci¨®n neurol¨®gica". Es la tercera ca¨ªda con consecuencias visibles que sufre el Papa en los ¨²ltimos a?os, aunque la menos grave de todas. En noviembre de 1993, durante una audiencia en la sala de las Bendiciones del Vaticano a los representantes de la FAO, Karol Wojtyla tropez¨® con la moqueta que cubr¨ªa los tres escalones sobre los que estaba colocado su asiento y cay¨® al suelo produci¨¦ndose una luxaci¨®n en el hombro derecho. Un a?o m¨¢s tarde, en abril de 1994, el Pont¨ªfice resbal¨® en el ba?o del apartamento vaticano y se fractur¨® el f¨¦mur. En esta ocasi¨®n hubo de ser intervenido quir¨²rgicamente en el policl¨ªnico Gemelli de Roma, donde le fue sustituida la cabeza del f¨¦mur por una pr¨®tesis. Desde entonces, el Papa ha necesitado un bast¨®n para caminar.

Adem¨¢s de la ca¨ªda, el aspecto fatigado del Papa respond¨ªa seguramente a la apretada jornada del viernes, en la que Wojtyla particip¨® en siete actos diferentes en Varsovia. El Papa ley¨®, sin embargo, con voz m¨¢s firme de lo habitual, su homil¨ªa en la misa de Sandomierz. Y por la tarde se traslad¨® a Zamosc, al este de Sandomierz, donde celebr¨® el segundo acto religioso de la jornada. El esparadrapo junto a la sien derecha era la ¨²nica huella de una fragilidad humana que no le hizo bajar el tono de sus alegatos contra el libertinaje, el aborto, la eutanasia o la fecundaci¨®n artificial.