"La comida transg¨¦nica es ingenier¨ªa decimon¨®nica"
Jeremy Rifkin, economista y presidente de la Fundaci¨®n sobre Tendencias Econ¨®micas de Washington, es conocido sobre todo por su libro El fin del trabajo, pero sus an¨¢lisis sobre los riesgos de la ingenier¨ªa gen¨¦tica empezaron hace ya m¨¢s de 20 a?os, en un momento en que casi nadie se preocupaba por unos avances cient¨ªficos cuyas aplicaciones parec¨ªan fantas¨ªas novelescas o delirios futuristas. Ahora que el futuro ya est¨¢ aqu¨ª, Rifkin vuelve a la carga con un nuevo libro, El siglo de la biotecnolog¨ªa (Editorial Cr¨ªtica-Marcombo), en el que analiza con erudici¨®n -y tambi¨¦n con una actitud m¨¢s matizada que su plano rechazo del pasado- las implicaciones del "segundo G¨¦nesis", una revoluci¨®n gen¨¦tica que "transformar¨¢ nuestra forma de vida en las pr¨®ximas d¨¦cadas m¨¢s profundamente de lo que la cambiaron los ¨²ltimos mil a?os". Rifkin, de 56 a?os, acaba de pasar por Madrid para promocionar su libro.
Pregunta. Una cosa es predecir los riesgos de la biotecnolog¨ªa y otra muy distinta evitarlos.
Respuesta. La biotecnolog¨ªa se puede aplicar de dos formas, que yo llamo la v¨ªa dura y la v¨ªa blanda. Las empresas usan la v¨ªa dura cuando desarrollan alimentos transg¨¦nicos, por ejemplo introduciendo en una planta de cultivo un gen bacteriano que mata a las plagas. Pero esto es ingenier¨ªa decimon¨®nica. Los bi¨®logos moleculares siguen pensando en t¨¦rminos lineales, simplistas, pasados de moda. Hace tiempo que la ecolog¨ªa, la f¨ªsica y la qu¨ªmica se est¨¢n moviendo hacia otra clase de pensamiento, basado en sistemas globales, cuyas partes est¨¢n altamente interconectadas. ?sta es la v¨ªa blanda, que debe usar la nueva ciencia de los genomas completos para desarrollar una nueva agricultura org¨¢nica.
P. ?Qu¨¦ hace a la ingenier¨ªa gen¨¦tica de las plantas tan diferente de la agricultura tradicional, con su selecci¨®n artificial de los cultivos?
R. En la agricultura cl¨¢sica s¨®lo se pueden hibridar variedades muy pr¨®ximas evolutivamente. Pero ahora uno puede mezclar genes de especies sin el menor parentesco evolutivo. La contaminaci¨®n gen¨¦tica que esto genera es infinitamente peor que cualquier contaminaci¨®n qu¨ªmica, porque est¨¢ viva y prolifera.
P. ?Admite usted que es un pesimista?
R. La gen¨¦tica puede conducirnos a un nuevo Renacimiento o a una nueva era de oscuridad, depende de c¨®mo la manejemos.
P. Las armas nucleares est¨¢n en manos del poder pol¨ªtico. Los recursos gen¨¦ticos pertenecen a las empresas privadas.
R. Lo que hace la situaci¨®n mucho peor, porque en un mercado de laboratorios nadie es responsable de nada, nadie elabora un plan coherente y seguro a largo plazo, nadie invierte seriamente en evaluar los riesgos.
P. Las restricciones impuestas por el Congreso de su pa¨ªs sobre la experimentaci¨®n con embriones humanos s¨®lo han servido para dejar esas investigaciones en manos de las compa?¨ªas privadas de biotecnolog¨ªa.
R. Esos experimentos no deber¨ªan hacerse, me da igual que sea el sector privado o el p¨²blico quien quiera abordarlos.
P. Pero, intereses econ¨®micos aparte, la experimentaci¨®n con genes y con embriones humanos constituye probablemente una gran oportunidad para la medicina, para salvar vidas humanas.
R. Nuevamente hay que distinguir entre la v¨ªa dura y la blanda. La v¨ªa dura est¨¢ orientada hacia el tratamiento de las enfermedades. La blanda consistir¨ªa en utilizar la nueva ciencia de los genomas completos para desarrollar una medicina preventiva eficaz.
P. ?C¨®mo?
R. La mayor¨ªa de las enfermedades se deben a una combinaci¨®n de predisposici¨®n gen¨¦tica, ambiente y estilo de vida. Dentro de unos a?os sabremos qu¨¦ constituciones gen¨¦ticas predisponen a unas u otras dolencias, y tambi¨¦n podremos dise?ar combinaciones complejas de dietas y h¨¢bitos que ayuden a cada persona a evitar la enfermedad a la que es proclive. En los Estados Unidos, 1996 fue el primer a?o en que los ciudadanos gastaron m¨¢s dinero en prevenci¨®n que en terapias. La v¨ªa blanda abre m¨¢s mercados potenciales que la dura.
P. Aunque usted tenga la raz¨®n estad¨ªstica de su parte, la gente seguir¨¢ poni¨¦ndose enferma.
R. De acuerdo. Si uno se pone enfermo, los f¨¢rmacos y la ingenier¨ªa gen¨¦tica pueden ayudarle. Acepto eso, siempre que no implique la modificaci¨®n gen¨¦tica de las c¨¦lulas sexuales, que se transmitir¨ªa a los hijos. Pero la ciencia debe centrarse en la prevenci¨®n y en la vida saludable.
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