Un golazo y la mano de Molina
El Atl¨¦tico gan¨® al Deportivo en Riazor con un tanto de Serena y se clasifica para la final
Un golazo y Molina sobre todas las cosas. Eso meti¨® al Atl¨¦tico en la final de Copa. Tambi¨¦n el buen orden general y un estado an¨ªmico crecido, sin fantasmas de promoci¨®n rondando ni complejos de inferioridad. Pero lo que principalmente tumb¨® al Deportivo, lo que le arranc¨® progresivamente la fe e invirti¨® el rumbo de un partido que parec¨ªan gobernar los de casa, fueron las paradas prodigiosas del guardameta, que le ha cogido gusto al papel de h¨¦roe, y ese zapatazo terrible que se sac¨® Serena de la nada en la segunda mitad. De salida, el Atl¨¦tico tuvo evidentes problemas con la pelota. Le cost¨® retenerla, aguantarla m¨¢s all¨¢ de dos o tres pases seguidos. Entre la imprecisi¨®n propia y la agresividad del rival en la presi¨®n, el bal¨®n acababa tarde o pronto, m¨¢s bien esto ¨²ltimo, en botas del Deportivo.
DEPORTIVO 0
ATL?TICO DE MADRID 1Deportivo de A Coru?a: Songo"o; Manuel Pablo, Naybet, Sch¨¹rrer, Romero; Ziani (Manjar¨ªn, minuto65), Scaloni (Pauleta, minuto65), Donato, Hadji (Armando, minuto77); Djalminha y Turu Flores. Atl¨¦tico de Madrid: Molina; Geli, Santi, Torrisi (Toni, minuto46), Serena; Aguilera, Bejbl, Valer¨®n (Roberto, minuto88), Lard¨ªn (Solari, minuto 67); Juninho y Jos¨¦ Mari. Gol: 0-1. M.60. Serena, de fuerte y colocado disparo desde fuera del ¨¢rea al rematar una falta que le sac¨® en corto Valer¨®n. ?rbitro: Eduardo J.Iturralde Gonz¨¢lez, perteneciente al colegio vizca¨ªno. Ense?¨® tarjeta amarilla a Djalminha, Naybet, Santi, Serena, Donato y Sch¨¹rrer. Unos 30.000 espectadores en el campo de Riazor. Partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey (0-0 en el encuentro de ida). El Atl¨¦tico de Madrid se clasifica para la final que se disputar¨¢ el pr¨®ximo 26 en Sevilla.
S¨®lo cuando Valer¨®n entraba en juego, algo que Scaloni trat¨® de evitar a toda costa, los rojiblancos consegu¨ªan alzar la voz. Tan evidente era que de ¨¦l depend¨ªa el f¨²tbol de su equipo, que el canario no limit¨® su repertorio a los pases de rigor, generalmente desaprovechados por alg¨²n compa?ero, sino a comprometerse en aventuras en solitario, quit¨¢ndose rivales de en medio a golpes de cintura. De una de ellas arranc¨® el Atl¨¦tico su ¨²nica oportunidad en la primera mitad: Valer¨®n regate¨® a media docena de deportivistas, le regal¨® la pelota a Bejbl y el checo, tras un recorte, remat¨® fuera.
El resto de ese periodo se lo pas¨® el Atl¨¦tico sufriendo. Se dedic¨® m¨¢s que nada a asuntos defensivos, obligado por el dominio rival y tambi¨¦n por su mayor intenci¨®n. No se entretuvo esta vez, como en la ida, el Deportivo. Busc¨® la porter¨ªa enemiga con menos toques y un f¨²tbol m¨¢s directo. Probablemente tambi¨¦n ¨¦sa era la ¨²nica manera de hacerle da?o al Atl¨¦tico, que mayoritariamente se defendi¨® con orden y acierto. Sobre todo Bejbl, que amarg¨® la vida a Djamilnha y a todo aquel que se le cruz¨® por la zona de entrel¨ªneas.
Pese a la buena salud t¨¢ctica del equipo, a la que ayud¨® sin duda su bonanza an¨ªmica -la salvaci¨®n asegurada, el triunfo ante el Madrid...-, el Atl¨¦tico ense?¨® considerables agujeros. Algunos llegaron a bal¨®n parado, acciones en las que los rojiblancos titubearon cuando los centros rivales se dirig¨ªan al segundo palo.
Pero la mayor¨ªa los caus¨® Ziani, que no par¨® quieto, que le arm¨® una aver¨ªa de consideraci¨®n al Atl¨¦tico. Part¨ªa desde la derecha, donde Lard¨ªn ni le ve¨ªa, pero aparec¨ªa por todos lados. Si el Deportivo no alcanz¨® el descanso con ventaja fue porque Santi y Geli sacaron dos balones bajo los palos y, sobre todo, porque Ziani y todo el Deportivo se dieron de bruces con Molina y su mano de santo.
El portero se impuso en todas las suertes: los uno contra uno, los balones cruzados y los remates a bocajarro.
Pero lo mejor, la gran obra del partido y probablemente de toda su carrera, lleg¨® en una mano imposible que se sac¨® de no se sabe muy d¨®nde tras un remate duro y bien dirigido de Ziani desde la frontal, un tiro que llevaba aviso de gol por todos lados.
Antic se percat¨® de por d¨®nde le dol¨ªa al Atl¨¦tico y meti¨® a Toni en la segunda parte. Entre el lateral y Santi, a quien el ¨¢rbitro dio demasiada licencia en el primer tramo para emplearse con dureza, asumieron la parte izquierda de la zaga, el territorio por donde m¨¢s veces se hab¨ªa infiltrado Ziani. Y a partir de la maniobra, el peque?o jugador deportivista desapareci¨®.
Resuelta esa cuesti¨®n, el problema para los rojiblancos pas¨® a llamarse c¨®mo demonios crear peligro, c¨®mo liberar a Valer¨®n del asfixiante acoso de Scaloni, c¨®mo acercarse hasta Songo`o y sus alrededores.
La soluci¨®n lleg¨® de la manera m¨¢s inesperada, en forma de falta lejan¨ªsima con escasas probabilidades a priori de prosperar. Pero Serena mand¨® a la basura cualquier pron¨®stico fatalista con un zapatazo brutal, un violento remate con la derecha que tras impactar en el larguero bot¨® dentro. El gol dej¨® al Deportivo sin respiraci¨®n, que ya estaba obligado a marcar dos goles para clasificarse.
El Atl¨¦tico se repleg¨®, pero, al contrario de lo que sucedi¨® en la primera parte del partido, supo manejar el bal¨®n cuando le toc¨® el turno.
Valer¨®n apareci¨® m¨¢s suelto, Geli le dio mejor salida al bal¨®n de lo que antes hab¨ªa conseguido Torrisi, Bejbl fue agrandando su partido y Juninho y Jos¨¦ Mari se apuntaron a la fiesta. El cansancio del Deportivo, la fe que le fue quitando Molina y otras tres o cuatro intervenciones del guardameta hicieron el resto. El Atl¨¦tico se meti¨® en la final.
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