Los agujeros negros de la PAC
El autor asegura que la raiz del esc¨¢ndalo del lono est¨¢ en un sistema de ayudas comunitario mal planteado. Entre otras soluciones propone que los Estados apliquen la modulaci¨®n de subvenciones, introducida en la agenda 2000
El llamado esc¨¢ndalo del lino constituye uno de los agujeros negros de una pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n (PAC) a la deriva, v¨ªctima de sus numerosas contradicciones, inconsistencias y fugas presupuestarias. Hasta la fecha ning¨²n cultivo hab¨ªa merecido tanta atenci¨®n en los medios de comunicaci¨®n, ni hab¨ªa provocado tal revuelo pol¨ªtico, incluida la constituci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n en el Congreso de los Diputados, como el lino textil. Pero mas all¨¢ del tratamiento period¨ªstico y pol¨ªtico, lo que interesa en este art¨ªculo es analizar con rigor las causas del problema y las posibles soluciones, cuesti¨®n de enorme trascendencia ya que el lino (10.000 millones de pesetas anuales de ayudas) no es m¨¢s que la punta del iceberg (800.000 millones de pesetas anuales de ayudas directas de la PAC).
El problema de fondo es apoyar al agricultor y al medio rural europeo mediante ayudas vinculadas a determinados productos agrarios. En efecto, este tipo de ayudas modifica la estructura de incentivos de los agentes econ¨®micos (agricultores), lo que en presencia de otras condiciones, como por ejemplo la inexistencia de mercado para el producto en cuesti¨®n, puede provocar efectos perversos, como ha sucedido con el lino. La ayuda al lino textil es tan elevada (120.000 pesetas por hect¨¢rea) que su cultivo en nuestros secanos extensivos es muy rentable aunque la producci¨®n por hect¨¢rea sea muy peque?a y la paja de lino no se transforme en fibra, ya que dicha fibra no tiene mercado o recibe precios muy bajos por su escasa calidad.
Pero ?c¨®mo es posible conceder una ayuda al lino tan elevada que ha convertido a este cultivo en uno de los m¨¢s rentables de nuestros secanos, independientemente de que el lino se cultive en zonas de alta o baja productividad y, lo que es m¨¢s incre¨ªble, independientemente de que la producci¨®n finalmente obtenida se venda o no? La respuesta est¨¢ en el hecho de que la ayuda al lino textil se fija por hect¨¢rea cultivada, en lugar de fijarla por kilo de producto entregado, o al menos modularla en funci¨®n del rendimiento de referencia de cada zona, como sucede en los cereales y oleaginosas.
Adem¨¢s, en el caso del lino la superficie que puede percibir la ayuda no est¨¢ limitada a nivel individual, regional o nacional, mientras que la superficie o cantidad de producto susceptible de beneficiarse de la ayuda de la PAC en otros cultivos, s¨ª est¨¢ limitada a uno o varios de los niveles mencionados.
Una vez aclarado que la ra¨ªz del problema reside en un fallo del sistema, es decir en un sistema de ayudas mal planteado, ?cu¨¢l es la raz¨®n por la que la Administraci¨®n no ha detectado las irregularidades o si las ha detectado ha mirado para otro lado? La raz¨®n hay que buscarla en la estrategia seguida por los gobiernos nacionales consistente en maximizar las ayudas procedentes de Bruselas. Esta din¨¢mica, entendible desde una visi¨®n electoralista y de corto plazo, es realmente peligrosa ya que puede matar la gallina de los huevos de oro.
En efecto, el hacer la vista gorda ante determinadas irregularidades, como ha sucedido en el lino textil y puede estar sucediendo en otros cultivos, permite engrosar la cifra total de ayudas procedentes de Bruselas que recibe el sector agrario espa?ol, pero puede generar tal desprestigio y p¨¦rdida de legitimidad de la PAC ante el contribuyente europeo, que acabe con las generosas ayudas que hoy d¨ªa perciben los agricultores europeos.
La inexistencia de un l¨ªmite a la cuant¨ªa de ayuda que un agricultor puede cobrar por cultivar lino, ha permitido que unos cuantos espabilados siembren miles de hect¨¢reas de lino y cobren por ello cientos de millones de pesetas, lo cual es, como m¨ªnimo, poco presentable, sobre todo si uno de ellos es nada m¨¢s y nada menos que el Presidente del FEGA (Fondo Espa?ol de Garant¨ªa Agr¨ªcola), organismo por el que pasan todas las ayudas directas de la PAC procedentes de Bruselas. En cualquier caso, el que unos cuantos listos se hayan aprovechado de las ayudas al lino no es suficiente motivo para descalificar a cientos de miles de agricultores profesionales que siguen en el sector gracias a las ayudas directas de la PAC.
La soluci¨®n a problemas como el de las ayudas al lino pasa por dos cosas. La primera, cambiar el tipo de ayuda y establecer una modulaci¨®n de la misma en base a distintos criterios, entre los que deber¨ªa jugar un papel clave la cuant¨ªa total de ayudas por explotaci¨®n. En este sentido, cabe destacar que la Agenda 2000, recientemente aprobada, ha introducido la modulaci¨®n de las ayudas, pero dejando en manos de los Estados miembros la decisi¨®n de aplicarla o no. Esperemos que con todo lo que est¨¢ lloviendo la Administraci¨®n espa?ola aproveche convenientemente esa posibilidad, ya que adem¨¢s el gasto agr¨ªcola ahorrado mediante la modulaci¨®n (disminuci¨®n) de las ayudas directas de la PAC, podr¨¢ emplearse para financiar ayudas al desarrollo rural. La segunda, gestionar de modo m¨¢s riguroso e intensificar el control de las ayudas de la PAC mediante la adecuada cooperaci¨®n entre la Administraci¨®n Central y la Auton¨®mica.
Sin embargo, el tipo de cambios propuestos no resuelven el problema de fondo. En efecto, es muy probable que despu¨¦s del 2006, o incluso antes seg¨²n se desarrollen las negociaciones de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, las ayudas directas de la PAC no puedan mantenerse, al menos en su concepci¨®n y cuant¨ªa actual. Por ello habr¨ªa que ir pensando en su reconversi¨®n gradual hacia otro tipo de ayudas en el marco de un nuevo contrato social en virtud del cual la sociedad apoyar¨ªa el mantenimiento de la actividad agraria no s¨®lo en raz¨®n de su funci¨®n de producci¨®n de alimentos sino tambi¨¦n de su funci¨®n de conservaci¨®n del medio ambiente, del territorio y del paisaje rural. Todo este conjunto de ayudas estar¨ªa integrado en el Reglamento de ayudas al desarrollo rural recientemente aprobado en la Agenda 2000 aunque con escasa dotaci¨®n presupuestaria.
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