LA CR?NICA El ex cintur¨®n GUILLEM MART?NEZ
Tecno-germinal. El cintur¨®n est¨¢ cambiando. Tanto que antes para saber lo que era bastaba echarle un vistazo. Ahora es necesario echarle encuestas. En la ¨²ltima encuesta del Instituto de Estudios Metropolitanos el notici¨®n del d¨ªa fue que, alehop, en el cintur¨®n ya no hay obreros. El grueso de la poblaci¨®n metropolitana rechaza la definici¨®n de clase obrera y se considera a s¨ª misma miembro de una clase nueva que, por lo que he le¨ªdo en la prensa, tira hacia el cuello blanco y que, al parecer, le tira ir por la vida estirando un tanto el cuello. Creen en la movilidad social, viajan, van de vacaciones, tienen coches rojos, casa en propiedad / hipoteca, sus hijos estudian, tienen ordenadores, hablan ingl¨¦s y cursan carreras universitarias. A pesar de la creencia en la movilidad social esa, curiosamente este grupo social se desplaza muy poco hacia arriba. Lo cual a) tiene su gracia, b) no tiene maldita la gracia. Cuando la mano invisible de Adam Smith se pone extravertida y reparte bofetadas, este grupo es de los primeros en recibirlas. Bueno. Las cosas no s¨®lo son lo que son, sino el nombre que reciben y lo que parece que son. EL cintur¨®n, sus habitantes, saben o no saben lo que son. En todo caso, parece ser que han perdido el nombre e ignoran a qu¨¦ se parecen. Por mi parte, ni idea. Let"s talk about money. En fin. Abren un Corte Ingl¨¦s en Cornell¨¤, Cintur¨®n DF. Yo estoy a favor de El Corte Ingl¨¦s. El Corte Ingl¨¦s, junto con la sensacional gama de productos Fairy y algunos productos de lycra, jam¨¢s me ha defraudado. Si pudiera votar a El Corte Ingl¨¦s, Fairy o Lycra Moviment, lo har¨ªa. El Corte Ingl¨¦s, por otra parte y como todas las cosas, es lo que es, lo que parece y el nombre que recibe. As¨ª, El Corte Ingl¨¦s es una tienda grandiosa que se llama as¨ª, que es un tanto cara, en la que hay de todo y en la que los dependientes te cambian una camisa que te ha regalado alguien y que te va peque?a y, adem¨¢s, te sonr¨ªen. Pero tambi¨¦n es un sitio donde compras sin dinero. Son muchas las personas que compran en El Corte Ingl¨¦s no porque sea m¨¢s barato, sino porque es el ¨²nico sitio donde pueden comprar cuando, en plena dimensi¨®n desconocida de cada mes, te quedas tieso. Hay mucha gente que se queda tiesa a mitad de mes. Sorpresa: yehehey, no era usted solo. Si levanta la vista, el se?or o la se?orita que ahora tiene al lado igual ya se han quedado tiesos este mes. En nuestra sociedad hemos decidido no hablar de dinero. La relaci¨®n con el dinero es, por aqu¨ª abajo, un tanto enfermiza. Por ejemplo, en Europa los cajeros autom¨¢ticos est¨¢n en la calle. A pelo. Si se fijan, la Pen¨ªnsula es de las pocas regiones del mundo donde los cajeros autom¨¢ticos est¨¢n dispuestos en habitaciones. Cuando entras en la habitaci¨®n del cajero, te encierras, como en un lavabo. Uno nunca habla de lo que hace en el lavabo. El dinero es algo importante. Si habl¨¢ramos m¨¢s de dinero, quiz¨¢ sabr¨ªamos lo que somos, qu¨¦ nombre recibimos y a qu¨¦ nos parecemos. El c¨ªrculo. Entro en El Corte Ingl¨¦s. Chachi-piruli. Todo muy grande y muy limpio. Cuatro bravas plantas cuatro. En cada una, la mercanc¨ªa est¨¢ expuesta en un gran c¨ªrculo, de manera que cuando compras andas en c¨ªrculos, lo que quiz¨¢ es una met¨¢fora de la vida en unos grandes almacenes. O sea, de la vida. Es curioso, pero la mayor¨ªa de los clientes avanzamos en nuestro c¨ªrculo de compras en el mismo sentido, el de las agujas del reloj. La humanidad s¨®lo camina en c¨ªrculos y en la misma direcci¨®n en lugares extra?os. Como La Meca. O como la Modelo. En el momento de mi visita, no hay mucha gente, de manera que las dependientas miran al vac¨ªo, como una dependienta en Corea del Norte. O como en los extintos almacenes Sogo, de lo que resulta que Corea del Norte y Sogo se parecen. La vida es rar¨ªsima. Los pocos clientes que hay son del cintur¨®n, mayoritariamente chicas equipadas de serie, que no tienen ning¨²n problema en mostrarlo y que llegaron al mundo con un manual de instrucciones, guau, diferente al de las chicas de otros barrios m¨¢s king size. Llevan cosas divertidas y quieren comprar cosas m¨¢s divertidas. Posiblemente lo compren sin dinero, porque no tienen dinero. Comprar sin dinero no s¨¦ lo que es, ni el nombre que recibe ni a qu¨¦ se parece. Supongo que, sea cual sea el nombre clave, ¨¦se ser¨ªa nuestro nombre clave.
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